Saber para Actuar

Venustiano Carranza intentó sin éxito promover la extinción de los cargos electivos en la capital mexicana debido a la probable rivalidad que representarían a la presidencia de la república a la que aspiraba. En 1928 Álvaro Obregón envió a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión una iniciativa de reforma al artículo 73 Constitucional, para suprimir el régimen municipal en el Distrito Federal, con lo que las trece municipalidades existentes y el gobierno pasaron al mandato del presidente de la república, administrando el territorio con un Departamento Central designando al regente, al procurador de justicia e interviniendo en la designación de los futuros delegados, esta iniciativa fue publicada el 20 de agosto en el Diario Oficial de la Federación entrando en vigor el 31 de diciembre de 1928, sin que Obregón llegara a verla implementada ya que fue asesinado el 17 de julio, poco después de su ascenso al poder.

En 1941 se nombró a la administración central como Departamento de la Ciudad de México y en 1970 el organismo pasó a ser Departamento del Distrito Federal con 16 delegados en igual número de nuevas delegaciones.

Teniendo como antecedente la reforma política de 1977 y luego de las elecciones federales de 1988 en que se cuestionó la imparcialidad y la eficacia de las autoridades y el sistema electoral prevalente, en 1998 se creó la primera Asamblea de Representantes del Distrito Federal y el 10 de septiembre de 1993 se concretó la reforma política del Distrito Federal luego de los resultados del plebiscito de 1992, en donde participó ANCIFEM. Como resultado de esta reforma, se conformaron en 1994 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal. En 1996 se realizó una nueva reforma política, que permitió que por primera vez en 1997 la jefatura de gobierno fuera electa de manera democrática, y a partir del año 2000 los jefes delegacionales.

En 2001 José Agustín Ortíz Pinchetti presentó ante la ALDF la primera propuesta de reforma política, la cual fue aprobada en la Asamblea y en la Cámara de Diputados, pero rechazada al año siguiente por el Senado de la República. La Asamblea presentó una controversia constitucional en respuesta, la cual fue desechada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En 2009 la ALDF creó la Comisión Especial para la Reforma Política del Distrito Federal.

Tres años más tarde, dentro del paquete de reformas consideradas en el denominado Pacto por México en 2012, acordado por el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, se incluyó la aprobación de la reforma política del Distrito Federal.
El 13 de agosto de 2013 el jefe de gobierno del Distrito Federal Miguel Ángel Mancera presentó a la Junta de Coordinación Política del Senado de la República una propuesta legislativa en el mismo sentido desde la Unidad para la Reforma Política del Distrito Federal, con Porfirio Muñoz Ledo como comisionado presidente y un consejo formado por especialistas en el tema.

Hasta este momento, el Distrito Federal conservaba una doble naturaleza, la primera como circunscripción territorial, sede o lugar de residencia de los poderes federales u órganos del gobierno federal, y la segunda como capital de los Estados Unidos Mexicanos con la denominación de Ciudad de México. Se regía por la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y por su Estatuto de Gobierno. (La diferencia entre una Constitución local y un Estatuto de Gobierno es que este último no es autónomo ya que es expedido por un poder federal: el Congreso de la Unión).

En diciembre de 2015 el Congreso de la Unión aprobó en lo general la reforma, con reservas en 10 artículos y la turnó a los congresos locales quienes como órganos legislativos estatales la discutieron y aprobaron, finalmente el 29 de enero de 2016 el presidente Enrique Peña Nieto ratificó y promulgó la tan esperada reforma.

Los cambios Constitucionales en materia del Distrito Federal, se anunciaban desde 1928, sin embargo aún no se han completado, la reforma democrática todavía tiene diversos pendientes por abordar.

El cambio sustancial que trae consigo la última reforma publicada el 29 de enero de este año es que el Distrito Federal pasa a denominarse Ciudad de México y se eleva a rango de entidad federativa que goza de autonomía en todo lo concerniente a su régimen interior y a su organización política y administrativa, con todos los derechos y obligaciones que  ello conlleva, por lo que deberá convocar a un Constituyente para la elaboración de su propia constitución, de esto informaremos en el próximo número.