Pagar por pensar: cómo cambiarán tu mundo las nuevas patentes de software

La próxima vez que vayas a presentar el presupuesto de un nuevo proyecto informático, es posible que tengas que incluir una partida para pagar las licencias de uso de “tecnología” de terceros como el carrito de la compra, el doble clic de ratón… o incluir enlaces en un mail. Una realidad cada vez más cercana gracias a la nueva Ley de Patentes que quiere aprobar el Gobierno.

 

Tanto en la nueva Ley como en la actual, en vigor desde 1986, los programas de ordenador se incluyen entre las obras intelectuales que no se consideran invenciones y, por tanto, no se pueden patentar. El problema es la nueva redacción del artículo 5, que incluye sólo dos nuevas palabras, pero tan poderosas que pueden acabar con la seguridad jurídica a la hora de desarrollar software: “como tal”.
 
“Lo dispuesto en el apartado anterior excluye la patentabilidad de las materias o actividades mencionadas en el mismo solamente en la medida en que la solicitud de patente o la patente se refiera exclusivamente a una de ellas considerada como tal.”
 
Ese “como tal” quiere decir que, si lo que intentas patentar es software funcionando en conjunción con cualquier “otra cosa” -algo loco como, por ejemplo… hardware- lo más seguro es que lo consigas. Fernando Acero explica en su blog el poder en la legislación de la expresión “como tal” o “as such” en su forma inglesa.
 
Que la Comunidad técnica no se haya levantado en armas contra esto sólo puede deberse al desconocimiento o a la confusión de este tema con el eterno debate sobre si todo el software debería ser open source, pero en realidad no tiene nada que ver. Dejad que os ponga un ejemplo.
 
Nosotros hemos empleado un montón de tiempo y dinero de nuestros inversores para recopilar millones de datos históricos de precios de videojuegos. Y hemos invertido aún más dinero para contratar a Rafa y ponerle a hacer puro I+D, para ver si somos capaces de identificar patrones que nos permitan prever cambios y tendencias de precio antes de que estos ocurran.
 
Si lo conseguimos, puedo intentar recuperar nuestra inversión haciendo open source el software desarrollado y vendiendo servicios de desarrollo y consultoría. También puedo elegir exigir un pago por uso y limitar la copia y distribución del mismo, aunque eso me convierta en Belcebú de cara a algún talibán del software libre.
 
En cualquier caso, para protegernos de una copia no deseada de nuestro software, no hace falta una patente de software, es suficiente con el Copyright. Un derecho que prohíbe la copia literal de textos, audios, imágenes o software, entre otras cosas.
 
La patente de software sólo tendría sentido si lo que quisiéramos proteger fuera la sola idea –crear un algoritmo que predijera cambios de precio en base a la búsqueda e identificación de patrones en registros históricos- no la implementación de la misma. Si quisiéramos impedir fuera que alguien pudiera hacernos la competencia encontrando una solución distinta para el mismo problema. ¿De verdad os sentirías a gusto limitando así la innovación?
 
Yo no, pero la directora de la Oficina Española de Patentes y Marcas, Patricia García Escudero –hermana de Pío García Escudero, Presidente del Senado, todo queda en casa, como es costumbre- sí.
 
Es posible que Doña Patricia debiera revisar los resultados prácticos de la aplicación de leyes similares en EEUU. Como por ejemplo, que Apple patente el rectángulo para su uso en dispositivos móviles, la misma Apple que pagó una licencia para poder implementar la compra con un solo clic, patentada por Amazon.
 
Cuando quedan apenas 15 días para las próximas elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo, es bueno saber que nuestro Gobierno va a crear la enésima Ley Froilán: un tiro en el pie para la industria del software de este país. Uno no quiere que le empujen, pero es difícil competir cuando se empieza la carrera medio cojo...

 

 

Si te ha gustado, pinta, colorea, copia y distribuye:

4.329 tarugos han recibido esta Bonilista.

(Ilustración original cortesía del dibujolari Hugo Tobio)

¡Apoyar a la Bonilista es fácil! Sólo tienes que hacer ejercicio, comer empanadas y jugar con tus videojuegos favoritos.