A finales de enero Transparencia Internacional presentó el “Índice de Percepción de la Corrupción” a través del cual se muestra el mapa mundial de la corrupción mediante una escala de colores, en donde amarillo es “poco corrupto” hasta llegar a rojo de “bastante corrupto”. Entre los países, predomina el color naranja.
Enfocándonos en el continente americano, el color amarillo permea la parte de América del Norte, mientras que la gama naranja sobresale en América central. México se encuentra dentro de los colores calificados como “altamente corruptos”. Irónicamente, México encabeza la Clasificación Global del Derecho a la Información (Global Right to Information Rating), reconociendo a la Ley General de Transparencia como la mejor.
Si echamos un vistazo a las noticias de los últimos meses, podemos observar cómo los casos de impunidad y corrupción cada vez son más frecuentes, más difundidos y al mismo tiempo más descarados. México es un país donde los servidores sólo son públicos en el nombre: tenemos gobernadores que desvían fondos, clonan medicinas, y sus gastos no corresponden a su sueldo.
Por estas y otras razones, México, según los Índices de Percepción de la Corrupción, se ubicó tradicionalmente en el lugar 95, y en 2016 pasó al sitio 123, entre 176 países analizados. Es decir, durante 2016 los mexicanos consideramos que el gobierno era notoriamente más corrupto que el año anterior.
Una de las medidas para reducir, prevenir y castigar la impunidad y corrupción nacional fue crear el Sistema Nacional Anticorrupción, dentro del cual habrá un Comité de Participación Ciudadana. Dicho Comité se encargará de representar a la ciudadanía, así como de ser parte rectora del SNA; además estará conformado por ciudadanos que no ostenten un cargo público y estén dispuestos a trabajar por una cultura de legalidad y transparencia, que no tengan filiaciones políticas y no obtendrán una retribución económica por su trabajo.
Los integrantes de éste órgano serán Mariclaire Acosta Urquidi, Alfonso Hernández Valdez, José Octavio López Presa, Luis Manuel Pérez de Acha y Jacqueline Peschard Mariscal, quien será la Presidente del Comité durante el primer año de labores.
El Comité Ciudadano funcionará como un sistema de pesos y contra pesos dentro del SNA; será la voz de una población que exige legalidad, transparencia y honestidad por parte de los funcionarios públicos y de quien sea que viole las normas legales del país.
Se están tomando medidas para institucionalizar la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas. Sin embargo, el cambio no pertenece a las instituciones o partidos de turno, sino a un trabajo en conjunto para alcanzar una sociedad honesta, que incluye a ciudadanos y a funcionarios públicos.
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