De mayor quiero ser dentista y no redactor.
Los dentistas me dan mucha envidia.
Cobran tarifas dignas, no regatean los precios, les pagan al contado y cuando explican a qué se dedican, todo el mundo lo entiende y admira.
En cambio, los redactores freelance competimos por rebajar los precios, cobramos tarde y mal, y la mayoría de la gente no valora nuestro trabajo.
¡Tendría que haberlo pensado mejor y hacerme dentista en lugar de redactor!
En fin, de todas maneras hay unas cuantas lecciones valiosas que estos profesionales aún nos pueden enseñar para ser mejores freelance.
¿Quieres saber cuáles son?
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