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Edición especial de los quilombos que está atravesando Facebook.

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Por Axel Marazzi

Index
  1. Brian Acton, el último idealista
  2. Marcus le contestó a Acton
  3. Chau, fundadores de Instagram

Google cumple 20 e Idea Millonaria 10

Ya comenté que viajé a Colombia para cubrir un evento por los 20 años de Google. De ahí salió esta crónica donde cuento un poco, en primera persona, cómo la compañía que nació como un buscador con la intención de organizar información hoy se convirtió en un monstruo de cientos de brazos sin el cual podríamos vivir. Además, salí hablando al respecto en Sensacional Éxito, el genial programa de radio que hacen mis queridos Fio Sargenti y Luciano Banchero en la Metro.

Idea Millonaria cumplió 10 episodios y una de nuestras peores pesadillas terminó por volverse realidad: no se grabó bien la primera versión que hicimos así que tuvimos que grabarlo dos veces. Fue un momento en el que casi lloro, pero después con Valentín decidimos ir a comprar unas cervezas y grabarlo otra vez y terminó quedando mejor de lo que había quedado la versión fallida. En fin, como siempre, espero que les guste.


1. Brian Acton, el último idealista

En noviembre de 2009 Brian Acton se juntó con Jan Koum para crear WhatsApp, se convirtió en el co-fundador y se quedó con el 20% de las acciones. En abril de 2012 Koum y Zuckerberg se reunieron por primera vez para almozar y empezar a hablar sobre la potencial adquisición. En febrero de 2014 se anunció y se convirtió, al menos hasta ese momento, en una compra brutal que sorprendió a todos: la red social pagó US$19.000 millones por la app de mensajería. En septiembre de 2018 Acton anunció que dejaba Facebook porque tenía diferencias en relación a cómo querían monetizar el servicio. En febrero de 2018 dijo que pondría US$50 millones para crear la Signal Foundation y que trabajarían mano a mano con el desarrollador y experto en seguridad informática Moxie Marlinspike para hacer el servicio de mensajería más seguro del mundo. En marzo de 2018 tuitéo, después del escándalo de Cambridge Analytica, que era momento de #DeleteFacebook. Desde ese momento no volvió a publicar ningún mensaje en la red social.

El párrafo anterior es un resumen bastante certero del paso de Acton por WhatsApp desde su creación hasta que Facebook empezó a intentar monetizarlo y terminó teniendo diferencias con Zuckerberg.

Pero hay mucho detalle en el medio que es interesante. Acton decidió irse de la compañía un año antes de poder llevarse todas sus acciones. Esa decisión de haber renunciado antes le costó US$850 millones de dólares. ¿Por qué? Porque tanto Zuck como Sheryl Sandberg, COO de la red social, querían hacer cosas con las que él no estaba de acuerdo. Una decisión moral increíblemente cara, sin lugar a dudas.

Las palabras de Acton hablan de un hombre idealista que, por momentos, hasta podría estar sufriendo por lo que pasó: "A fin de cuentas, vendí mi compañía. Vendí la privacidad de mis usuarios por un beneficio mayor. Tomé una decisión y un compromiso y tengo que vivir con eso todos los días".

Todo se empezó a pudrir cuando Zuck le pidió a Acton que se reuniera con él el pasado septiembre para empezar a hablar de iniciativas de monetización. Facebook, además de ser un increíble producto, también es una máquina de publicidad perfecta y, desde siempre, tanto Koum como Acton odiaron los anuncios. Incluso ambos consideran que los númetros astronómicos que lograron convertir a WhatsApp en lo que es hoy se deben, en parte, a esos motivos.

Zuck quiere monetizar WhatsApp a través de dos formas: 1) poniendo publicidad en medio de los Status como pasa en Instagram y 2) venderle el producto a compañías para que pudiera chatear con los usuarios (WhatsApp Business) y una vez que estuvieran adentro también venderles analytics. El primer punto fue una piña para Acton. Odia tanto la publicidad que su slogan dentro de WhatsApp siempre había sido "no ads, no games, no gimmicks".

El desafío más grande es el cifrado de extremo a extremo que tiene WhatsApp. Esto hace que absolutamente nadie pueda leer los mensajes. Ni siquiera las autoridades de Facebook o WhatsApp. Si bien la red social no planea romper el cifrado sí habían empezado a probar nuevas formas de ofrecer a las empresas información analítica sobre los usuarios. Eso también fue mucho para Acton.

¿Cómo planeaba monetizar él? Cobrando un décimo de un centavo cada vez que un usuario llegaba a una cantidad de mensajes enviados. Sandberg dijo que no iba a escalar. Él le contestó que no es que no iba a escalar, sino que no iba a hacer tanto como las otras opciones que ellos tenían en mente. "Ellos son muy buenos haciendo negocios. Ellos representan a las prácticas de los negocios, sus principios, ética y políticas con las que no necesariamente estoy de acuerdo", dijo. En vez de ponerse a pelear con abogados y demás, decidió vender: "Soy un vendido, lo admito".

Mientras Zuck y Sandberg, que son las dos personas más importantes de Facebook, quieren aprovechar su engranaje de productos para poder generar la mayor cantidad de dinero, otros creadores son más idealistas e intentan mantener sus productos como cuando los desarrollaron antes de haber sido adquiridos. Pasó no solo con WhatsApp hace meses, sino también con Instagram esta semana. Y si bien entiendo ambos puntos, ya no somos adolescentes. Cuando decidís vender tu producto a una compañía muchísimo más grande que, en general, sabemos cómo funciona, no podés pretender después que te traten diferente. ¿Es extraño que Zuck quiera poner avisos entre medio de los Status cuando ya está haciendo lo mismo con Instagram y sus Stories? No. ¿Es extraño que no solo quiera venderle un producto superior a compañías para que puedan chatear con usuarios de una manera más formal para impulsar su negocio? No. Acton sabía perfectamente que el modelo de negocio de Facebook venía por el lado de la publicidad. No podía esperar que resultara diferente para WhatsApp.

Y quizás verdaderamente no se dio cuenta –o le mintieron bien– y lo que nos lo demuestra es que el tipo se fue de la empresa en la que si se hubiese quedado un año más hubiera podido vender sus acciones por US$850 millones. Hoy, después de haber puesto US$50 millones en Signal, está trabajando con las personas que crearon el protocolo de seguridad extremo a extremo que utiliza WhatsApp y recreando una app de mensajería como él hubiera querido que fuese su anterior emprendimiento. Quizás sí odia las publicidades como nadie en el mundo. Quizás de verdad sea uno de los últimos idealistas.


2. Marcus le contestó a Acton

David Marcus, que es una de las personas más importantes dentro de Facebook, salió a contestarle a Brian Acton.

En una publicación en Facebook, donde aclara que nadie le pidió que saliera a decir nada, hizo explícito apoyo a Zuck y explicó cómo el creador y CEO de la red social defiende a los creadores y empleados de las aplicaciones que adquiere.

Marcus, que fue el VP de Messenger y ahora innovando con Blockchain dentro de la red social para ver cómo pueden implementar la tecnología en sus plataformas, habló de cuatro puntos en particular.

Primero en relación a cómo la empresa trabaja de manera activa para retener a los talentos y creadores de las adquisiciones. Da el ejemplo de Systrom y Krieger, quienes trabajaron para Facebook por 6 años y el de Brian Acton y Jan Kuom, que lo hicieron durante 3 y 4 años respectivamente.

Después en cómo Zuck defendió, en más de una oportunidad, la encriptación que tenía WhatsApp y la privacidad de los usuarios incluso cuando eso, en algunos casos, es contraproducente para poder recolectar información para poder vender mejor publicidad.

Uno de los detalles más interesantes que, obviamente, Acton no dice, es que el cofundador de WhatsApp jugaba en contra de monetizar su plataforma y que, directamente, no quería hacerlo.

Y aclara algo que es clave: si bien Acton se fue antes de la compañía y decidió dejar de lado US$850 millones, también es cierto que haberle vendido su plataforma a Facebook lo hizo asquerosamente rico. Hoy la fortuna de Acton está valorada en US$3.6 mil millones de dólares. Si bien puede sentirse mal por, como dijo, haber vendido a sus usuarios, la realidad es que sentirse mal con esa cantidad de plata es mucho mejor que sentirse mal sin ella.


3. Chau, fundadores de Instagram

Kevin Systrom y Mike Krieger son dos de las personas más importantes en el mundo de la tecnología. Quizás no sepan quiénes son, pero lo más seguro es que uses la aplicación que crearon todos los días. Ellos son los fundadores de Instagram y manejaban cada aspecto de la compañía. ¿Por qué digo manejaban? Porque en la semana, por diferencias con mi querido Zuck como pasó con Brian Acton, decidieron renunciar.

Systrom y Krieger no solo crearon un producto espectacular que logró, incluso siendo de Facebook, mantenerse como una marca independiente, que pudo hacerle sombra, acaparar al público más joven y matar a competidores como Snapchat.

Lo que pasó, al menos según dicen las fuentes de Bloomberg, es que se sintieron frustrados porque Zuck empezó a participar muchísimo más activamente en los últimos tiempos en la red social de fotos y por eso empezaron a surgir tensiones. Kevin Weil, el muy querido VP de producto de Instagram, se fue hace unos meses al nuevo team de blockchain de Facebook y en su lugar llegó Adam Mosseri, una de las personas del círculo más cercano al CEO la red social. Es lógico si tenemos en cuenta que Instagram se convirtió en uno de los caballos de batalla del conglomerado de apps que tiene la compañía para planear el futuro de Facebook.

¿Cambiará Instagram? Si los rumores en relación a la pelea son ciertos, lo más probable es que sí. Si hay peleas es porque las intenciones son diferentes. Un ejemplo que está circulando mucho es el botón de reshare. En una entrevista con Wired en 2017 Systrom explicó que es una feature que no para de debatirse dentro de Instagram, pero que la decisión de no implementarla está relacionada a mantener el feed centrado en las personas que conoces y no en lo que las personas que conoces quieren que veas. "Creo que eso es más un testamento de nuestro enfoque en la autenticidad y en las conexiones que realmente tenés que en cualquier otra cosa", dijo en ese momento.

Cuando Krieger y Systrom le vendieron Instagram a Facebook por US$1.000 millones en 2012 tenían solo 13 empleados y 30 millones de usuarios registrados. Hoy más de 1.000 millones de personas utilizan la aplicación mensualmente y es el principal ingreso del conglomerado a través de publicidad después del news feed de Facebook.

Lo único que dijeron es que quieren explorar su curiosidad y creatividad y que para poder entender qué es lo que necesita el mundo hay que dar un paso atrás y estudiar.

Y si bien estoy seguro, después de lo que nos revelaron las declaraciones de Acton, que estar al lado de Zuck no es algo simple, la realidad es que Systrom nunca fue el CEO de Instagram. Quizás sí en los papeles, pero no en su función. Sin intención de desmerecer lo que hizo –supo ver lo que hacía falta en el mercado en el momento justo y convertirlo en un monstruo como es Instagram– él nunca fue un verdadero CEO sino más bien alguien que logró desarrollar un producto perfecto. Un CEO es muchas cosas y no solo alguien que logra crear un producto único sino también un modelo de negocios alrededor de ese producto. Y eso no lo hizo ni Systrom ni Krieger, sino Zuckerberg.


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observando · hecho en buenos aires con mucho ❤️ · Capital Federal, Buenos Aires 1431 · Argentina

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