Siempre es hoy
A veces me pregunto si es que la escritura comanda mi vida o es que la vida comanda mi escritura. Supongo que es un poco de las dos cosas. La cuestión es que en este momento es jueves a la madrugada y yo no puedo dormirme. El concepto de este newsletter ya estaba pensado desde antes, claro, pero no fue hasta ahora que entendí que iba a tener que ponerlo en práctica a la hora de sentarme a escribirles. ¿De qué vamos a hablar hoy? De pedir ayuda, de reconocer las falencias y dejar que la humildad nos haga mejores. Por eso es que después de intentar literalmente todo para quedarme dormida, me decidí a pedirle ayuda a ustedes. Espero que cuando esto llegue a sus casillas mi problema para dormir ya esté resuelto, pero mientras les escribo estas palabras siento que me están haciendo un favor inmenso del que no tienen idea. La escritura es eso: comunicarse con personas que no se imaginan que vos estás intentando acercarte y que ellos te devuelvan ese mensaje mucho tiempo después en una soledad igual a la tuya, sin que vos conozcas tu impacto. La escritura es una máquina del tiempo, una comunicación entre el futuro y el pasado, una forma de romper con la linealidad y hacer que todo se convierta en un presente constante que en realidad no existe. Siempre es hoy, ¿no?
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Escribir no es solo escribir
La palabra ignorancia parece espantosa pero todos la llevamos con nosotros en mayor o menos medida. Ya les hablé sobre reconocer las fallas en un newsletter anterior pero hoy quiero hablarles sobre qué hacer una vez que dejamos de lado la soberbia y la postura a la defensiva y aceptamos que no podemos solos. Hace poco leí que escribir es un 5% escribir y un 95% hacer otras cosas que te ayudan a escribir. No puedo hacer más que estar de acuerdo. Algo que yo hago mucho es hacer una lista detallada de qué actividades voy a hacer durante el día y cómo voy a ocupar incluso mis ratos más minúsculos. Con esto no quiero hablar de ser nuestros propios dictadores y obligarnos a aprovechar cada minuto del día, sino a saber qué estamos haciendo con nuestro tiempo. Como vivimos en un mundo donde todo se mide en productividad (cosa que detesto, a quién carajo le importa cuántos budines de banana me puse a hacer esta cuarentena?), muchas veces podemos sentirnos culpables cuando descubrimos que durante todo el día no escribimos ni cuatro oraciones. Entiendo que nos parezca mucho pasar un mes entero jugando al Animal Crossing, pero tampoco está bueno irnos para el otro extremo y castigarnos porque no escribimos. Repito, escribir no es solo escribir. Por eso, para esta edición, voy a contarles un poco acerca de todo eso que hoy me ayuda a seguir escribiendo día a día un poco más.
Organización:
Lo primero que podría decirles es que la clave está en organizar sus metas semana a semana para poder monitorearse a ustedes mismos. Yo lo hago los domingo completando esta plantilla y la dejo a la vista, cerca de mi escritorio. Esa plantilla me gusta porque también tiene una sección para logros. Es importante medir lo que hicieron y no sólo lo que les queda por hacer. Esta semana por ejemplo me puse como meta terminar de editar dos capítulos de mi novela, escribir este newsletter, escribir 3000 caracteres diarios para el mundial de escritura, escribir la letra de una canción para el álbum que está haciendo mi amigo y leer un libro. Soy consciente de que es muchísimo pero también aprendí a conocerme a mí misma y sé que estoy en un muy buen momento si de inspiración y compromiso hablamos. Al principio de la cuarentena, mis metas eran simplemente leer, porque sabía que escribir se me hacía imposible. En octubre, por ejemplo, me pasé el mes entero mirando películas románticas. No escribí casi nada, pero estaba abierta a mirar y analizar historias audiovisuales, así que aproveché eso. Lo que quiero decir con esto es que para poder juntar logros primero tienen que conocerse a ustedes. No hay brillo sin esfuerzo, y más adelante voy a profundizar en por qué no hay esfuerzo más grande que la auto-percepción. Con respecto a la organización, analicen su energía, su estado de ánimo y qué rumbo les pinta tomar en este momento. Exploten eso al máximo y cuando tengan que ir para otro lado, redireccionen. Siempre van a sentir que hay algo que no están haciendo suficiente, ya sea leyendo, escribiendo o lo que sea. Hay momentos para todo y el punto es explotar las temporadas de la mejor manera. Dicho con otras palabras, no intenten cocinar guiso en verano ni tomen tereré en invierno. Sean inteligentes y acepten la realidad tal cual es.
Estudio:
Yo considero que para aprender a escribir, tenemos que estar en un proceso de constante estudio. Ya les he recomendado libros, así que me voy a mantener lejos de eso esta vez. Además, tenemos a Kate más tarde con sus recomendaciones. Hoy por hoy, estoy estudiando a través de lo que consumo, así que acá van mis aportes:
+ Cuando escucho música, le presto atención a las letras y trato de guardarme las formas en las que los sentimientos están expresados. Mis discos favoritos de esta temporada son Norman Fucking Rockwell!, MASSEDUCTION y por supuesto Chromatica, especialmente 1000 Doves cuando busco canalizar vulnerabilidad. Si quieren acompañarme en un ejercicio para comparar cómo se puede expresar el mismo sentimiento de formas muy distintas les recomiendo la canción Te Vas a Acordar De Mí de Franny Glass, que plantea muchísimas imágenes visuales y transmite la tristeza de una forma honesta y su gemela malvada, Feliz Año Nuevo de los Gay Gay Guys, que vendría a ser la versión más pura del resentimiento. Algo que le digo a mis alumnos es que no hay que hacer que nuestros personajes superen momentos antes de tiempo. Si van a hacer una escena en la que hay una ruptura muy fresca, Feliz Año Nuevo vendría a ser la banda sonora perfecta, mientras que la canción de Franny Glass quedaría mejor para como el personaje se siente unos meses después de que la situación pasó.
+ No soy una persona muy visual, por lo cual el arte y la fotografía no terminan de parecerme accesibles, pero me gusta aprender de los procesos creativos de artistas que sigo porque puedo aplicar lo mismo a mi escritura. Les recomiendo el IGTV de Claudia Sahuquillo, una chica española que me recomendó una de mis queridas alumnas.
+ Cuando veo una película, intento ver cómo está planteada su estructura. Como les dije, el tema de este newsletter es pedir ayuda, y con lo que es cine, que me fascina pero me resulta tan ajeno, aprendí que bajar la cabeza y decir que no tenía idea me llevó a encontrarme con mucha gente dispuesta a enseñarme. No sólo recurro a una de mis mejores amigas de Londres que estudió cine y me cuenta todo lo que sabe sobre sus películas favoritas cada vez que nos juntamos, sino que además me conseguí una nueva amiga (que no voy a nombrar por si quiere mantenerse en el anonimato) que me pasa guiones y me explica un montón de tecnicidades que no me imaginé nunca que podía llegar a entender. Mi recomendación básicamente es no creer que porque son buenos en algo eso los hace ser automáticamente buenos en todo. Yo soy buena escribiendo ficción, pero no tengo la visión panorámica para estructurar algo como lo puede tener un guionista. Y está bien, nadie me obliga a tenerla. Lo importante es reconocer qué me falta aprender y saber dónde buscarlo.
Espiritualidad y cuidados del alma:
Algo que aprendí de mi hermano es que no se puede crear algo que conecte íntimamente con otro si no podemos conectar también con nosotros mismos. O, como dijo uno de los amores de mi vida, Virginia Woolf, 'si no dices la verdad sobre ti mismo, difícilmente podrás decir la de las otras personas.' Por eso, les recomiendo dejar de huir de la cultura de tenerla re clara y decir que podemos solos y aceptar que necesitamos MUCHÍSIMO de la ayuda de otros para poder transitar los procesos que nos van a terminar formando como personas. Si nunca probaron yendo a terapia, les recomiendo que intenten y que se animen a cuestionarse absolutamente todo. Escribir y editar es básicamente cuestionarse cada decisión. ¿Por qué este personaje es abogado y no médico? ¿Por qué se llama Mateo y no Juan? Nada puede ser librado al azar, nada puede estar ahí porque sí. Cuando hablamos de su forma de ver las cosas, pasa lo mismo. ¿Por qué escriben? ¿Por qué escriben el género que escriben? ¿Por qué no escriben? Las trabas en la escritura surgen de la inseguridad y la inseguridad es una sola. No van a poder sentirse confiados en la escritura si no se sienten confiados en la vida y esto no es una sentencia de muerte si no una solución. Pueden sentirse confiados, si solo se animan a pedir ayuda, van a ver que el camino es mucho más fácil de lo que parece.
En otro aspecto en el que les voy a pedir que bajen el copete si es que lo tienen alto es en lo referido a lo esotérico en general. No les estoy diciendo que tienen que creer en la astrología o el tarot, hagan lo que quieran. Lo que sí les voy a decir es que para realmente aprender y mejorar, hay que ver todo como un area que puede enseñarnos cosas. En mi experiencia no hay nada que me haya ayudado tanto a escribir personajes como leer arquetipos de los signos y pensar como entran en juego unos con otros. Después pueden elegir o no creer que su amiga de sagitario es lo más porque es de sagitario (pista: lo es), pero si lo dejan de aplicar a la vida real, van a ver que lo que tienen frente a ustedes es básicamente un catálogo de cómo una persona puede tener fuerzas en oposición dentro suyo. Si se animan a dejarse llevar por lo que dicen las estrellas, les recomiendo la cuenta de Youtube de Empress Rose que no es muy conocida pero que a mí me fascina. Es una mujer tarotista que hace lecturas semanales por signo. Yo la escucho los domingos y dejo que ella me diga cómo siente mi energía. A veces hay cosas que no resuenan, pero creo que si ustedes, como yo, tienden a sentirse perdidos, les va a servir tener a alguien que los guíe. También les recomiendo meditar, especialmente cuando hay eventos lunares importantes. Mi canal favorito es The Physic Soul que sube pocos videos pero todos son geniales.
Por último en el plano espiritual, los invito a que pidan más ayuda a sus amigos y se animen a compartir sus vulnerabilidades con ellos. Van a saber entenderlos mejor de lo que ustedes creen, incluso si no son creativos como ustedes. Y sí, como frutillita del postre, les dejo mi clave para tener siempre apoyo y contención: hablen con sus personajes. No les digo que hablen en voz alta (o sí, lo que ustedes quieran hacer va a servir), sino que hagan que sus personajes les escriban cartas cuando ustedes se sientan estancados o no sepan como resolver una trama. Ellos saben lo que quieren hacer y saben a dónde quieren ir. Ah! Y otra cosa muy importante: cuando se sientan inseguros, pídanles ayuda a ellos y dejen que los aconsejen sin juzgarlos. Entiendo que parezca un delirio, pero la realidad es que ustedes en el fondo de su alma saben que su arte importa, que son talentosos, que vinieron al mundo a hacer más que ocupar espacio y mirar televisión. Quizás les cueste reconocerlo, pero a sus personajes no. Ellos salieron de la parte más honesta de su alma, dejen que les hablen y les digan lo mucho que los quieren.
Ocio:
Por último, es necesario tener tiempo lejos de nuestro yo creativo para poder extrañarlo. También sirve para que bajemos la guardia y nos permitamos estar más receptivos a ciertas cosas. En mi caso, he podido desbloquear trabas de la escritura leyendo sobre filosofía, algo que jamás me interesó mucho, pero enmarcado en el libro Star Wars y La Filosofía se me hizo mucho más fácil. También logré quererme más a mí misma desde que empecé a cocinar y gracias a ese subidón de autoestima, empecé a querer más lo que escribo. Ni hablar de que cocinando nos desconectamos del ruido mental y nos conectamos con nuestras propias manos, algo que es muy importante hacer de vez en cuando. Para inspirarme en recetas les recomiendo la cuenta de Romikid, que hace cosas que yo jamás haré, pero cada tanto me invita a probar usando un poco de cebolla colorada que no suelo usar. También pueden probar haciendo ejercicio, escuchando podcasts, mirando TikToks, jugando al Animal Crossing (pero no por 90 horas!) o lo que sea que se les ocurra. Dense esos momentos de “permitidos” y van a ver como de a poco la culpa de no ser lo suficientemente productivos se va disipando.
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My biggest enemy is me, pop a 911
Si vamos a hablar de pedir ayuda, también tenemos que hablar de esos que nos ponen piedras en el camino. En mi caso, y creo que en el de muchos, el mayor villano es el ego. Hace un tiempo que en algunos aspectos de mi vida vengo batallando contra el ego día a día, intentando interceptar mis pensamientos antes de que se materialicen porque sé que no quiero quedar atada a un sentimiento tan nocivo como aquel que sale de adentro mío cuando me hieren y me pongo a la defensiva. Porque cuando alguien nos lastima el ego, esa parte nuestra tan débil que se cree tan importante, él suele aparecer para hacernos creer que vinimos al mundo ganar y no a amar.
Antes de que me sigan leyendo, me gustaría que vieran este video de Elizabeth Gilbert hablando sobre la creatividad. ¿Listo? Seguimos. Ese video me lo pasó un amigo con el que siempre hablamos sobre el proceso creativo. Es importante rodearse de gente que entienda lo que uno siente mientras transita el campo minado que a veces es el arte. Creo que ya les dije esto mil veces, pero el público se renueva así que vuelvo a repetirlo. Yo jamás me sentí incapaz de crear o escribir. Nunca lo sufrí, nunca la pasé mal, nunca me pregunté de qué servía sentarme a escribir. Sí hubo momentos en los cuales no quise hablar del tema, en los que me escondí de las miradas ajenas, pero puertas adentro, siempre escribí lo que quise cómo quise cuando quise. Quizás es por eso que la quiero tanto a Liz Gilbert y recomiendo siempre su libro Big Magic para los creativos. Ella fue la que me hizo entender que mi felicidad hacia la escritura no era una locura inocente de aquel que todavía no vio el mundo real y no entendió cuán duro es. Gracias a ella pude hacerme cargo de mi comodidad frente al papel y decir que sí, que realmente soy feliz escribiendo y que no creo que eso afecte negativamente mi desempeño, todo lo contrario. Hay una concepción de que aquellos que son felices en el fondo no entienden nada. “Esperá a que lleguen al mundo real y van a ver”, dicen algunos. ¿Qué van a ver? ¿Acaso no es más sabio aquel que se enamoró de alguien y logró tener una relación natural, fluida y sana sin complicaciones que yo que pongo palos que no existen en ruedas que deberían andar sin trabas?
Algo que me gusta mucho de lo que dice Elizabeth es que su relación con la escritura es la única relación no tóxica que pudo cultivar. Yo no adhiero del todo porque tengo grandes amigos y una familia que es un sueño, pero sí miro objetivamente la diferencia entre mi relación con la escritura y con el amor y encuentro en una todo lo que le falta a la otra. El ego que casi ni aparece cuando escribo o mando mis textos a concursos es el headliner de todas mis relaciones amorosas. Pienso cuán diferente sería todo si pudiese aceptar los finales de las relaciones como acepto esos rechazos hacia aquello que escribí. No hay un punto conclusivo en todo esto, porque estoy en proceso de tratarlo, pero los quiero invitar a que piensen un poco cómo se llevan ustedes con su escritura. ¿Son como yo y Liz, que no aspiramos a ser perfectas si no a ser felices o son como la Juana que va en citas y necesita controlar cada detalle para que todo “salga bien”, lo que sea que eso signifique? Y cuando se encuentran de cara frente al rechazo o la insuficiencia de su talento, ¿son como yo frente a una novela, que me doy palmaditas en la espalda por haber logrado lo que logré o son como yo frente a un espejo, llorando porque la opinión de alguien que me conocí cinco minutos pasó a importar más que la mía, que me conozco desde hace 27 años? Por último, cuando piensan en el futuro, ¿tienen esperanzas, como yo que no sé cómo ni cuándo ni por qué, pero estoy convencida de que mis novelas van a estar en las librerías, o son como yo en mi soltería, que cada tanto aparezco en los grupos de mis amigas con un mensaje que dice “llegué a la conclusión de que me voy a morir sola”? Cualquiera sean las respuestas, espero que se animen a pedirle ayuda a su arte para hacer un trabajo en equipo, que no caigan en la necesidad de querer ganar reconocimiento mientras sufren en el proceso, que cuando se encuentren frente al rechazo (porque va a pasar) no se golpeen aún más creyendo que nada de lo que hacen sirve o, más importante aún, espero que no caigan en un vórtice de locura que los hace creer que son unos incomprendidos y que la industria no está preparada para lo que ustedes tienen para ofrecer. Espero que vean a su arte como un compañero y no como un boleto a los aplausos que igual los van a dejar vacíos. Espero que sean felices y que la búsqueda por esa plenitud sea su prioridad, porque en realidad son ustedes los únicos que se pueden encargar de conseguirla.
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El rincón de Lady Data
Hola querides Juaniters! Acá Katerina, trayéndoles libritos hermosos desde las profundidades de mi biblioteca personal. Escribo esta sección sin poder dejar de pensar en las canciones de Hamilton. Todavía no la vieron? Búsquenla en los rincones de internet y la van a encontrar sin problemas. ¿Cómo que no saben lo que es Hamilton? Bueno, para algo está google. Yo vine a otra cosa.
Esta semana les traigo 3 recomendaciones de narrativa de terror latinoamericano. ‘Uf, que pesada, otra vez con el terror’ sí, sí, otra vez con el terror. Lo que pasa es que en latinoamérica el terror pasa muy lejos de los poltergeist y los vampiros europeos. Acá el terror está íntimamente relacionado con lo terrenal. Muchos de estos autores buscan generar el miedo desde lo conocido: eventos políticos, los desconocido que es para los citadinos el mundo rural, todos los ritos nativos que ignoramos por sólo conocer la historia de los conquistadores. Es por todo esto que el terror me parece uno de los géneros más nobles para empezar si no están acostumbrados a leer a autores locales y cercanos. Como les dije la otra vez, todos van a ser libros de cuentos o novelas cortas, para la cartera del millenial y el bolsillo del centenniall.
La casa de los eucaliptus, Luciano Lamberti
12 cuentos perturbadores y bien locales. Un médico rural se pierde yendo a su pueblo natal y pasan cosas. Un tío que se muere y revive, pero en vez de ser un zombie de película está tiradito ahí haciendo nada. Una chica que está poseída pero todos le dicen que nomás es un poco histérica. Arte puro. Luciano Lamberti es de los autores más activos dentro del género en Argentina. Su novela corta La Maestra Rural también es mega archi recomendable.
King, tributo al rey del terror, Jorge Luis Cáceres (comp.)
Acá me voy a tomar un ratito para contarles cómo llegué a este libro. Después de agotar todas las recomendaciones de mis libreros de confianza, tenía sed de más. Le escribí a mi abuelo, que trabaja en la industria librera hace mil años, y le pedí mails de libreros de Perú, Ecuador, México, Colombia... básicamente todos los mails que conociera. Les escribí diciendo "Holis, acá no consigo nada, ¿qué me recomendás de tu país?" y las respuestas fueron maravillosas. Los que sabían me pasaban su larga lista, y los que no, me contactaban con gente que sí supiera. Así terminé hablando con el autor y recopilador de este libro: Jorge Cáceres.
Este libro fue mi lectura favorita de cuarentena. Cuando Jorge me comentó de su existencia, temí no conseguirlo, pero por suerte está en todas las librerías. Son 18 cuentos, todos de autores latinoamericanos diferentes. ¿Qué tienen en común? Todos están escritos bajo la influencia de Stephen King, pero con un tono latinoamericano. Ya sea adoptando elementos o estilos, todos los cuentos son un 10. Nadie se esperaba que Pennywise apareciera en Balvanera. Entre los autores se destacan Mariana Enriquez, Juan Terranova, Edmundo Paz Soldán, Alberto Chimal y Alexis Iparaguirre.
Nuestro Mundo Muerto, Liliana Colanzi
Llegué a esta autora boliviana también por recomendación de Cáceres. Se mete con la idiosincrasia aborigen, con misiones de colonización a Marte y con ritos regionales de una manera sublime. Son 9 cuentos de la más alta calidad. Este libro también se consigue en tu librería de confianza.
Eso es todo por hoy! Les prometo que la próxima no les hablo de literatura de terror. Si tienen ganas de preguntarme cosas o de decirme maestra qué es esto que me hiciste leer, pueden escribirme en twitter (@_katelandia) o instagram (@katepetrich). Les mando un abrazo a la distancia y espero que se estén cuidando co-mo-se-de-be.
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Chau, chau, adiós
Se nos ha ido un nuevo viernes y nos acercamos cada vez más a la plenitud creativa. ¿O no que es hermoso ver los cambios que ocurren cuando le comunicamos al universo que queremos ser artistas? Acuérdense que nadie quiere que ustedes sufran bajo el peso de lo que no pueden crear. Si creen en ustedes mismos, el universo va a acompañar con la fuerza que está esperando que ustedes le pidan.
Yo también quiero aprovechar para pedirles ayuda. No, no es para que me ayuden a dormirme, este párrafo está siendo escrito horas antes de llegar a sus casillas. Hace ya unas semanas que me pregunto qué es lo que me queda decirles. Siempre pienso que ya dije todo pero después conozco alumnos nuevos que vienen leyéndome desde el primer newsletter y me preguntan cosas con una curiosidad insaciable, entonces pienso que quizás todavía me queda bastante por contarles. Tengo algunas ideas de las temáticas que puedo tocar en el próximo newsletter, pero quiero saber un poco qué es eso que les gustaría saber a ustedes. También vengo pensando en hacer una masterclass de un tema concreto y qué mejor que saber de primera mano cuál tema prefieren. Pero no se crean que esto viene sin una recompensa para ustedes. Si entran a este formulario pueden dejarme su mail y yo les voy a reenviar todos los newsletters anteriores, para aquellos que no estuvieron acá desde el primer día. Me lo venían pidiendo mucho y si les soy honesta, no encontraba una forma práctica de mandárselos, pero eso es porque soy tecnológicamente tonta. Ahora que me iluminé, quiero darle al pueblo lo que el pueblo quiere.
Eso es todo. Sin más preámbulos, me despido. Les deje mil links, así que tienen dos semanas interesantes por delante. Estudien, relajen, cuídense.
Los quiere,
Juani
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