De todos los dictadores que ha conocido el siglo XX, Francisco Franco es el que persiguió con mayor virulencia los valores de librepensamiento y tolerancia que abandera la Masonería. En su último discurso público de 1975, el dictador culpó a la Masonería de la retirada de embajadores y la protesta de las democracias internacionales que hizo reaparecer el fantasma del aislamiento. Fiel a esa masofobia, Francisco Franco Martínez-Bordiú, primer nieto varón del dictador, ha culpado a la Masonería de que los restos mortales de su abuelo hayan sido exhumados en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

"¿La familia Franco no puede entender que en una democracia, en pleno siglo XXI, con una mayoría que ha votado a favor de la exhumación, con un respaldo unánime del poder judicial, no se puede consentir un mausoleo homenaje a la figura de un dictador?". Esa es la pregunta que el diario El País lanzaba al nieto que ha ejercido de portavoz de la familia Franco en los últimos meses. En su respuesta, rechazaba "todos estos razonamientos" y añadía: "Mi abuelo tuvo dos enemigos, que son los masones y los comunistas. La Ley de la Memoria Histórica que hizo Zapatero, que era masón, lo único que ha hecho ha sido crear rojos y azules, independentistas y unionistas. En el preámbulo dice que es para la reconciliación y es mentira. Es un arma política para conseguir los objetivos de intentar borrar toda la época de mi abuelo".

La Masonería Española, formada por cerca de 4.000 seres humanos que tratan de conocerse a si mismos y construirse desde el amor fraternal hacia cualquier otro ser humano, ha guardado un silente respeto sobre el proyecto de exhumación de los restos del dictador. Fuimos, como bien apunta su nieto, objetivo preferente de persecución por parte de Franco pero solo a los tres poderes de la democracia española, que protegen y amparan nuestra existencia, les correspondía pronunciarse sobre su oportunidad.  

Sí compartimos el deseo de que toda una época de la historia de España no sea borrada. Conocernos a nosotros mismos. Recordar, especialmente, aquellos hechos que nunca deberían repetirse. Entre 1936 y 1938 la condición masónica bastó para que miles de Queridos Hermanos fuesen asesinados en el territorio del bando nacional mediante fusilamientos de retaguardia sin ningún tipo de juicio previo. A partir de 1938, Franco destinó importantes recursos a organizar el mayor archivo destinado a la represión de la Masonería que ha existido jamás en el mundo. Entre 1941 y 1953, miles de personas fueron condenadas por su pertenencia a la Orden gracias a la documentación incautada, que generó 80.000 fichas personales, leyes retroactivas que castigaban la pertenencia a la Masonería con anterioridad a su promulgación y la creación de un tribunal especial que, sin abogado defensor ni garantías procesales, celebraba juicios secretos que duraban una media de 15 minutos entre el inicio y la sentencia condenatoria inapelable. Ninguna placa recuerda el emplazamiento de aquel tribunal, por el que pasan cada día miles de personas.

Las presiones del Obispo de Córdoba han llevado a los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca de Córdoba a emitir un escueto comunicado en el que "dan por finalizado" el acuerdo de colaboración con la Respetable Logia Maimónides número 173 de la Gran Logia de España una semana después de que El Oriente divulgase la firma del convenio. "Aunque nada se indica en la nota de cancelación del acuerdo", el diario que ha difundido la información afirma que "la actuación episcopal ha sido determinante".

El Hospitalario de Maimónides 173, el Respetable Hermano Jesús Ojeda, cree que "descalificar una ayuda humanitaria, altruista y generosa por cuestiones subjetivas y evidentemente inciertas, es cuando menos de una irresponsabilidad más que notoria por parte de quién predica el amor al prójimo. Es curioso y realmente triste que en el resto del mundo civilizado la Masonería sea considerada como depositaria de los más altos valores y en España hay quien sigue pensando que los masones se comen a los niños y hay que fusilarlos, como ya tristemente se hizo. Muchísimas instituciones tanto de índole local como provincial, autonómico y nacional en España han reconocido las injusticias que se cometieron con los masones reconociéndoles su honorabilidad pero parece que para el Obispo de Córdoba eso no es de recibo".

El escudo de la Respetable Logia Maimónides 173, donde los símbolos de las tres grandes religiones del libro se abrazan en la cadena de unión, expresa el masónico deseo de tolerancia que en el siglo XXI todavía es perseguido por el integrismo religioso. El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, está considerado en medios especializados como uno de los más conservadores de la Conferencia Episcopal. En 2011 afirmó en una homilía que la Unesco tenía un plan para "hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual". Con posterioridad, ha protagonizado diversas polémicas hasta la más reciente, en la que hablaba de "un rebrote de la lucha dramática entre la mujer y Satanás" . ¿Explicará el obispo de Córdoba el porqué de su "actuación determinante" en una de sus próximas cartas?

El convenio cancelado, que constituía un marco de colaboración para que la Respetable Logia aportase de forma altruista sus medios humanos y materiales a la Casa Familiar San Francisco de Asís no tiene nada de excepcional. La Gran Logia de España cuenta con 189 Respetables Logias, cada una de las cuales decide libremente en qué proyectos centra sus acciones de solidaridad. Un número significativo de ellas colabora con diversas instituciones católicas, persuadidas de la eficacia de su obra social.