Hace unos días se anunció que Cristina Jurado, Nieves Mories y yo co-seleccionaremos las obras que formarán parte del concurso Visiones 2020. Un certamen de la AEFCFT. Las bases están aquí y te animo desde ya a que participes.
Eso es lo fácil. Hablarte de la ilusión que me hace, de lo mucho que me apetece leer un montón de relatos de personas a las que de otra manera no leería porque la vida está hecha de tiempo y el tiempo, maldito sea, no es infinito.
Pero yo no soy amiga de lo fácil, así que llevo unos días pensando en que los concursos están muy bien, pero a lo mejor no son para todo el mundo. O todo el mundo no está hecho para ellos.
Si enviar un libro a una editorial y que lo seleccionen para publicarlo es difícil, ganar un premio literario todavía lo es más. Así que presentarse exige un mucho de coraje y otro mucho de estar anclados a la realidad. Por lo que pueda pasar. De todo esto hablaba en mi artículo de esta semana, que te dejo para descargar más abajo.
Lo empiezo contando que algunos concursos he ganado y que hacerlo es un subidón de autoestima, claro que sí. Pero he perdido muchos más de los que he ganado. Y no es bonito.
Una de las primeras cosas que hago cuando pierdo un concurso es leer esa obra que se supone que es mejor que la mía. Y casi nunca he estado de acuerdo con el jurado. Al menos no de inicio. Los meses, el reposo y la edad me han dado otro punto de vista.
Pero bueno, tú preséntate al visiones 2020 ¿eh? A ser posible después de leer las bases, por favor :)
Otra cosa chula que ha pasado esta semana es que he cumplido años. 46, concretamente. Y para celebrarlo tengo un regalito en forma de libros, que es lo que mejor sé hacer (libros, no regalos. Aunque me dicen mis amigas que para los regalos estoy bien dotada, también).
Te dejo aquí la promo con los enlaces, por si te la has perdido en redes.
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