Con la consigna “Basta de tarifazos”, una multitud se concentró en Avenida de Mayo y 9 de Julio  y marchó hacia el Congreso Nacional. Estaban allí los titulares de las dos CTA, Hugo Yasky y Pablo Micheli; el secretario general del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, y representantes de la Multisectorial 21F, las 62 Organizaciones Peronistas y la Ctera, entre otras organizaciones. También hubo mucha gente autoconvocada, que llevó su pancarta casera para expresar la bronca. “Debemos aunar esfuerzos para dar marcha atrás con estos aumentos. No nos resignaremos hasta derrotar las políticas de hambre y ajuste de este gobierno”, se leyó desde un palco ubicado sobre la avenida Entre Ríos, donde hubo un llamado a la unidad de la oposición  parlamentaria para “impedir que este nuevo atropello se consume”.  

 También Barrios de Pie se movilizó al mediodía a la secretaría de Energía en rechazo a los aumentos de los servicios públicos y prometió instalar allí una olla popular. En tanto, las fuerzas de izquierda y agrupaciones gremiales clasistas se congregaron a partir de las 17 en Sarmiento y Perón, donde realizaron un acto con la misma consigna de la marcha principal, y luego confluyeron hacia la Plaza Congreso. 

Con la caída del sol, la movilización fue acompañada por manifestantes que marcaban su oposición al aumento de tarifas –y hacia otras políticas del Gobierno–, con antorchas y velas. 

A las seis de la tarde, Enrique, Américo y Oscar ya estaban en el Congreso, ansiosos por protestar porque “ya no se puede vivir más. Estamos jubilados con la mínima y no podemos ni comprar los remedios”, contó Oscar. Enrique acotó: “Prefiero que me mate una bala de los milicos antes que esta muerte lenta porque nos dejan sin nada”. Cerca de ellos estaba María Luisa: “Me vine desde Quilmes. Estoy sobre todo por el futuro de los más jóvenes. Esto es terrible. Nos enferma a nosotros, los viejos, porque la plata no nos alcanza. Pero para los jóvenes es peor, están con miedo a lo que puede pasar. Se enferman por miedo, la gente está histérica y no se pone a pensar. Por eso me preocupa el voto electrónico, con eso nos van a repudrir”. 

Lo que peor pegó en la gente, y lo que más se comentaba, era el cierre de las escuelas nocturnas. Beatriz y Sara, que fueron desde Flores, se indignaban: “Nosotras ya estamos viejas, pero lo que les hacen a los chicos es para matarlos. No encuentran trabajo y les cierran las escuelas. ¡Y después los tratan de vagos! ¿En qué cabeza cabe cerrar una escuela? ¡Hay que ser burro!” Al oírlas, otra señora terció: “Dejan a los chicos sin escuelas y sin trabajo. Y después los matan. ¿Cuántos chicos mató la policía? Se gastan la plata en esas pistolas y las escuelas revientan con las garrafas”.

Mabel y Camila, madre e hija, llegaron al Congreso desde Mataderos. “Amo a mi país y lo están destruyendo. Por eso vinimos, para defender a la patria. ¡Es increíble cómo están todos dormidos!” Camila prefirió destacar que “hay mucha violencia contenida. Yo siento mucha bronca porque nos atacan todo el tiempo. Las otras plazas y marchas eran de alegría. Ahora tengo mucha bronca y veo que el futuro es desastroso”.

Mariel y Javier llegaron con su hijo Nahún de la mano, desde Lomas de Zamora. Además de “que se vaya Macri” y “en defensa del pueblo y contra el tarifazo”, Mariel insistió en que “hay que exigir que terminen los recortes, sobre todo a los discapacitados. Nahún es discapacitado y recibe una pensión de 5600 pesos por mes. Es una burla. Yo también soy discapacitada y quiero que entreguen los materiales y las prótesis. ¡Quiero mis audífonos! ¡Queremos volver a vivir como vivíamos antes!”

Duante la tarde, se iba juntando gente en la plaza. Mucha pancarta casera, de las de cartulina, rotulador y más o menos creatividad para expresar la bronca. Las consignas que más se repetían era de rechazo al tarifazo, eje principal de la marcha. Pero en los comentarios entre los grupos el tema predominante fue el cierre de escuelas, incluso entre gente que no estaba entre los directamente perjudicados por la medida. 

Ale, de 17, aseguró que “este gobierno tomó todas medidas erróneas, equivocadas. Hay que salir a mostrar que estamos en contra”. Y Nico, de 16, con una semisonrisa, confesó: “Yo soy un arrepentido. Milité en el socialismo hasta que les creí, me comí el discurso de los medios y todas sus mentiras. Después tuve que hacerme cargo de pagar las facturas en mi casa y ahí me dieron un cachetazo. De un mes para el otro entendí qué era este Gobierno”.

Graciela y Carlina, dos entrerrianas que hace muchos años están en Buenos Aires, llevaron a su comprovinciana Virginia. “Estamos en contra de todo esto. Las medidas son perjudiciales para todos, pero especialmente para los niños. Lo que está pasando con la educación es terrible”, sintetizó Graciela el sentir del trío.

La marcha fue organizada por los gremios del transporte y de la seguridad social, las dos CTA y los municipales, entre otras organizaciones sindicales. Empezó en la 9 de Julio y terminó con un acto en Plaza Congreso, donde se leyó un documento que rechazó los aumentos de tarifas y de los servicios públicos (ver aparte).

“Nos comprometemos a poner en las calles las demandas más sentidas y a marchar en todo el país para decirle no a los tarifazos”, señaló el documento conjunto de las organizaciones que convocaron a esta protesta.

Los organizadores convocaron además para “un ruidazo contra los aumentos”, con la idea de que el repudio de la población se manifieste en en las plazas y esquinas más concurridas de las ciudades del país. 

Al llegar a la concentración, el camionero Pablo Moyano expresó: “Queremos que el Gobierno deje de atacar a la gente con estos aumentos, eso es lo que vinimos a decir acá. Tenemos que transformar esta bronca en millones de votos en octubre para que la derecha no vuelva nunca más a gobernar en Argentina”.

El dirigente camionero anticipó además que las organizaciones sindicales que llamaron a esta marcha contra los aumentos de tarifa piensan replicar esta convocatoria en otras ciudades del país. 

Sumaron su adhesión la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), la Asociación Bancaria y otras agrupaciones políticas. El acto se inició pasadas las 20 y tras la lectura del texto que consensuaron los organizadores, culminó con la entonación del Himno Nacional Argentino por parte de los manifestantes. Y las antorchas encendidas.