Vislumbres del Reino – en la Comisión Internacional para la Justicia Social
El deporte es una de las pocas cosas en el mundo que une (o divide) a las personas de toda las razas y culturas. La variedad de deportes representados en los Juegos Olímpicos de verano o invierno permite a las personas participar en estas actividades. También hay deportes con sus propias ligas y competencias, tal como el futbol. En Sudamérica, la parte del mundo de donde procedo, la Copa Mundial de Futbol, y todo lo que está relacionado con ella, es siempre un gran evento para todos los involucrados.
Mi primera participación con un evento deportivo fue en el 2007 durante los Juegos Panamericanos en Rio de Janeiro. Realmente no sabía que esperar, pero pensé que el Ejército de salvación debería hacer algo más que distribuir tratados o tener reuniones de aire libre. Me parecía que necesitábamos hallar un enfoque diferente y quizás buscar saber más sobre lo que sucedía detrás de las escenas. Al trabajar con mi equipo, nos dimos cuenta de que no solamente había atletas y aquellos trabajando con dedicación durante este tiempo, sino tambien los que harían maldad estaban configurando su trabajo y tenían sus propias agendas para lo que querían lograr durante esos eventos.
Así que, durante los Juegos Panamericanos hicimos mucho alcance evangelístico, pero de una manera diferente a la que imagine. Nos enfocamos en las conversaciones con las personas – hablando de sus vidas diarias, cómo se sentían, que les preocupaba y cómo estaban viviendo sus vidas. Pero por, sobre todo, nos enfocamos en los temas de la
justicia, especialmente en el problema de la trata de personas y el turismo sexual (especialmente relacionado con menores) que ocurría en el trasfondo mientras que otros están enfocados en el deporte.
Esa experiencia me ha llevado a estar involucrada en varios eventos deportivos de gran magnitud en diferentes países – recientemente en Los Juegos Olímpicos Juveniles en Buenos Aires, Argentina, evento que reunió a más de 4,000 adolescentes de todo el mundo. En adición a los atletas, los juegos implican una mayor infraestructura, más familias y turistas. ¡La ciudad es invadida!
Durante este tiempo fuimos desafiados con el tema de la trata de personas ya que el Ejército de Salvación en mi territorio está involucrado con crear consciencia y con el grupo de elaboración de políticas que trabajan en este frente. Nuestra base durante los juegos fue el cuerpo central (iglesia) en Buenos Aires, en donde a unos 200 metros de distancia se lleva a cabo abiertamente la trata de personas. Los 85 jóvenes que vinieron, no solamente de Argentina, Uruguay y Paraguay (los países que conforman este territorio), pero también de los otros cuatro territorios de Latinoamérica, y del Reino Unido, fueron capacitados por el gobierno local con lo que es la trata de personas, cómo y por qué sucede y la situación en Buenos Aires. Ellos fueron animados a participar en una campaña de sensibilización para ayudar a luchar contra este mal. También se compartió con los jóvenes la información de que el Ejército de Salvación ha estado involucrado con la trata de personas por más de 100 años y sobre su énfasis actual para trabajar por su erradicación a todo nivel. Esto es especialmente importante cuando se está trabajando en países en donde el inglés no es el primer idioma y en donde es muy limitado el acceso a la información (y hasta a la historia del Ejército de Salvación).
Los jóvenes fueron divididos en grupos y para transmitir el menaje al público crearon pancartas, expresiones de arte y drama. Los dos primeros días fueron bien, a medida que los jóvenes limpiaban los paraderos de autobús y los puestos de publicidad al aire libre en donde se exhibían los anuncios de sexo. Pero durante el tercer día, algunos de la cadena de tratantes empezaron a reaccionar amenazando y asechando a los jóvenes. Una mujer “trabajando” en el área entregó a un salvacionista una nota que contenía información acerca de dónde traían a las personas y a donde estaban siendo trasladadas. Esto permitió que los jóvenes tuvieran un sentido real de lo peligroso y oscuro que puede ser el mundo. Algunos de ellos estaban asustados, otros preocupados, mientras que otros decidieron que debíamos continuar, cualesquiera que fueran las consecuencias. Luchar por la justicia no es una tarea fácil: hay un precio que pagar cuando interrumpes el mundo de aquellos que buscan beneficiarse de la injusticia.
La semilla ha sido sembrada, se ha elevado la consciencia entre los salvacionistas, y la comunidad alrededor del cuerpo central sabe que el Ejército de Salvación continuará trabajando con este tema. Es nuestra oración que los jóvenes salvacionistas continúen teniendo un sentido claro de lo que significa ser un soldado en el Ejército de Salvación y entiendan que nuestra misión incluye confrontarse con los males sociales que afectan a las personas de nuestras comunidades y ayudar a los que están “atrapados”, al mismo tiempo se den cuenta que las lecciones aprendidas pueden ser adaptadas para enfrentar las preocupaciones y situaciones de injusticia observadas en sus propias comunidades de modo que más salvacionistas puedan ayudar a crear un voz aún más alta contra la injusticia.
Pensamiento final: Nunca sabemos que tan lejos llegará nuestro mensaje ni a quien podrá alcanzar. Recientemente en el cuartel territorial hemos recibido un sobre de Nueva Zelanda conteniendo uno de los folletos usados en la campaña contra la trata de personas y que fueron distribuidos durante los Juegos Olímpicos Juveniles, también contenía una donación para nuestro ¡trabajo en este frente!
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