Tan útil como poco frecuente es ver a un emprendedor que muestre de forma explícita los trade-offs de su estrategia, producto o modelo de negocio.
Casi toda decisión entraña aspectos positivos y negativos. Solemos mejoramos un aspecto a la vez que inevitablemente empeoramos otro aspecto, con la esperanza de que el efecto positivo supere al negativo.
Si somos una compañía innovadora con un modelo de negocio alternativo a la de una compañía incumbente, ¿no sería muy útil analizar las diferencias entre las cuentas de resultados (no la actual, sino a la que queremos llegar si todo sale bien) de ambas compañías?
Ejemplo: Ofrecemos una solución a un coste menor para el cliente, lo que previsiblemente nos permitirá ganar cuota de mercado. A pesar de que nuestros márgenes serán menores que los de la compañía incumbente, nuestro beneficio será mayor, puesto que la automatización de buena parte de nuestros procesos hace que la disminución de costes sea superior a la pérdida de márgenes.
Los estados financieros son utilísimos porque sintetizan de manera precisa los fundamentales de un negocio. No deberían verse únicamente como una manera de reportar el pasado sino como una forma de analizar el futuro.