Ya en la Medina, declarada Patrimonio de la Humanidad, visitaremos sus joyas arquitectónicas como la Mezquita la Kotubia, con su alto minarete del siglo Xll y la Madrasa Ben Youssef, una escuela coránica fundada en el siglo XlV y ejemplo de la máxima exquisitez del arte islámico.
Las Tumbas Saadíes forman un conjunto de mausoleos reales descubiertos en 1917. Sus jardines de rosas, fuentes y pabellones ricamente decorados son una visita obligada. A poca distancia de aquí, atravesando las callejuelas del barrio judío se levanta el Palacio de la Bahía que conserva más de 150 estancias ricamente decoradas con mármol, madera de cedro y azulejos. Sus patios ajardinados son una obra de arte.
Marrakech es una ciudad con jardines de ensueño. En una calesa recorreremos sus viejas murallas de color rojizo y sus puertas monumentales para llegar al Jardin Majorelle diseñado por el pintor francés Jacques Majorelle (1886-1962) en torno a la mansión que se hizo construir de estilo Art Decó. El jardín es un oasis de plantas exóticas y especies provenientes de todos los rincones del mundo. A pocos metros se levanta el impresionante Museo Yves Saint Laurent, inaugurado en el 2017, que rinde homenaje al genial diseñador que encontró aquí la inspiración para sus diseños más vanguardistas.
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