En nuestra respuesta recordamos que "la esencia sobre la cual la Masonería construye la fraternidad entre los seres humanos es el respeto a las convicciones ajenas. Es un ejercicio de tolerancia al diferente. En ese sentido, en la Masonería conviven personas de muy diversas convicciones políticas o religiosas. Cuánto más diversas son, mayor es la riqueza de nuestras vidas en Logia, donde compartimos nuestra visión del mundo, del ser humano y de nosotros mismos. Nos une el afán de perfeccionarnos sin imponer nuestro camino al otro. En ese sentido, la Masonería nunca ha prohibido a sus miembros la pertenencia a ninguna iglesia o partido. Más bien al contrario, la Masonería nos impulsa a realizarnos plenamente en la sociedad, a vivir nuestras convicciones".
Respecto a la posible prohibición de la doble pertenencia, como ocurrió con el integrismo religioso del catolicismo en el siglo XIX o los totalitarismos políticos del XX, recordábamos que "con la incompatibilidad, ocurre siempre al contrario: cuando una confesión religiosa o un partido se considera excluyente de todos los demás, uno de sus primeros actos será prohibir a sus miembros la pertenencia a la Masonería".
|