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Septiembre 10, 2022

El jueves nos enteramos que después de 96 años en esta Tierra y 70 años en el trono del Reino Unido y la Mancomunidad de Naciones, la reina Isabel II murió de causas naturales.

Su Alteza Real subió al trono a los 25 años y durante sus 70 años de reinado (es la reina que más ha durado) vio pasar a 15 primeros ministros del Reino Unido, conoció a 13 presidentes de EE. UU. y a 6 papas; sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial –y sirvió en ella– y a la pandemia del covid –que hasta le dio–, y se convirtió en una de las figuras más importantes de los siglos XX y XXI. 

Así que como hay mucha tela para cortar, ponte cómodo y veamos esto en 2 partes.

Primera parte: El Puente de Londres ha caído


Esa es la frase que le dijo el secretario privado de la reina a su familia y círculo íntimo, y la que marcó el comienzo de la «London Bridge Operation» o la «Operación Puente de Londres», que es el protocolo planificado desde la década de 1960 para la muerte de la reina Isabel.

Toda la realeza británica tiene sus movidas preparadas para el momento de su muerte, y esta es una tradición de la monarquía desde hace mucho tiempo. Pero desde finales del XX y ahora en el siglo XXI se ha hecho más común que los códigos funerarios lleven nombres de puentes. Por ejemplo, cuando en el 2002 murió la mamá de la reina Isabel II —Isabel Bowes-Lyon, conocida como «la reina madre»— su protocolo funerario se llamó «Operación Puente Tay»; y la «Operación Puente Forth», en abril del 2021, fue el código de la muerte del príncipe Felipe de Edimburgo, el esposo de Isabel II. 

No solamente la muerte de los royals se dice en códigos, sino que para la protección de todos ellos, hasta su más mínimo paso lleva un apodo; tanto así que cuando la reina Isabel II salía de su casa se convertía en Sharon (o simplemente S) para su equipo de seguridad. 


¿Cómo va el plan?

En el momento en que la reina murió, su secretario privado, Edward Young, le dio la noticia a su círculo más cercano y a la nueva primera ministra —que no tiene ni una semana en el cargo— Liz Truss, con la frase «London Bridge is down» o «El Puente de Londres ha caído», y después le dio el mismo mensaje al Centro de Respuesta Global del Ministerio de Asuntos Exteriores, que se encargó de pasarlo a los gobiernos de los demás países de la Mancomunidad de Naciones. 

Después comenzó el mambo. Cuando ya todos los jefes estaban claros, entonces Associated Press y BBC Media se encargaron de publicar un comunicado anunciando la muerte, y todos los medios locales de Reino Unido y países de la Mancomunidad pasaron la noticia al resto del mundo, con un protocolo que estaba ensayado desde hace años.
Comunicado oficial de la BBC sobre muerte de la reina Isabel II
Fuente: BBC
También se puso el comunicado en el Palacio de Buckingham y todos los edificios gubernamentales pusieron su bandera a media asta.
Comunicado oficial en el Palacio de Buckingham
Fuente: BBC
 
Algo curioso es que desde el momento en que la reina soltó el último aliento, su hijo, el príncipe Carlos, que llevaba casi toda su vida como heredero, se convirtió en el nuevo rey. Hoy mismo lo hicieron oficial, pero la coronación será dentro de unos meses.


Y es un especial de 3x1

Porque a la par de la Operación Puente de Londres, se están llevando a cabo las Operaciones Unicornio y Spring Tide. La primera es un extra porque la reina no murió en Londres, sino en Balmoral, Escocia; la otra es el protocolo para la subida al trono del nuevo rey Carlos III. 


La Operación Unicornio

Es como un apéndice de la Operación Puente de Londres, y es el plan para llevar el cuerpo de la reina hasta el castillo principal en Londres. Como falleció en el castillo escocés de Balmoral, su cuerpo lo llevaron al palacio de Holyrood —que también está en Escocia— para ponerlo en un ataúd y de ahí moverse a la Catedral de Edimburgo para los primeros servicios funerarios. Después de eso transportarán el cuerpo hasta Londres en el Royal Train para dejarlo en el Salón del Trono del Palacio de Buckingham, y 4 días después lo moverán a la capilla ardiente del Salón de Westminster.

Cuando terminen con todo ese movimiento llevarán el ataúd a la Abadía de Westminster, 9 días después de la muerte de la reina. Luego dejarán su cuerpo en la Cripta Real de la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor, al lado de los restos de su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo. 


La Operación Spring Tide

Y mientras todo pasa con la reina, también se mueve esta operación que es un sí pero no; sí se hace por la muerte de la reina, pero no tiene que ver con ella. Y es que Spring Tide es el proceso que se activó de una vez para nombrar a Carlos como el nuevo rey. 

El primer paso fue que el Consejo de Adhesión —o sea el Consejo Privado de la realeza, la Cámara Alta del Parlamento, el alcalde de Londres y altos representantes de la Mancomunidad— se reunió en el Palacio de St. James para jurarle lealtad y proclamar al nuevo rey (y de paso darle el pésame por la muerte de su mamá). Y en estos dos últimos días el nuevo rey ha ido recorriendo Londres para poner a todo el mundo claro. Ahora Escocia, Gales e Irlanda del Norte proclamarán a Carlos como el nuevo monarca y después de ahí saldrá de gira por varios países del reino.   

Aunque «a reina muerta, rey puesto», en Reino Unido habrá 10 días de luto por la muerte de la Isabel y se harán varias actividades. Si no te quieres perder ninguno de los eventos, solamente tienes que entrar a cualquier medio de la BBC, o sigue este link de la página oficial de la familia real.

Segunda parte: 70 años de reinado


Si morirse a los 96 años no es tarea fácil, imagínate llegar hasta ahí siendo la jefa de Estado de Reino Unido e Irlanda del Norte y toda una Mancomunidad completa, por 70 años. Vamos a darnos un viaje por la vida de la reina Isabel II, la reina más longeva.


Érase una vez

El 21 de abril de 1926 nació Elizabeth Alexandra Mary Windsor (Isabel Alejandra María Windsor). Sus padres, el príncipe Alberto, duque de York (y posteriormente rey Jorge VI) y la duquesa de York, Isabel Bowes-Lyon (después reina Isabel), le apodaban Lilibeth. Y Lili estaba en fila para ser reina desde que nació, porque al momento de nacer era nieta del rey Jorge V; sobrina del heredero, su tío Eduardo VIII; e hija del segundo heredero.

Cuando su abuelo murió en 1936, su tío duró solamente algunos meses en el trono porque armó una crisis constitucional cuando le pidió matrimonio a Wallis Simpson, una mujer americana y divorciada, que según los ministros y consejeros nunca iba a ser aceptada como reina. Después de que Eduardo abdicó (abdicar: renunciar a un cargo y cedérselo a otra persona) el papá de Isabel subió al trono y ella se convirtió en la primera en línea y comenzó a prepararse para subir después de su papá, cosa que pasó en 1952 cuando el rey murió de cáncer.


Comenzó el reinado

Cuando la reina llegó al trono, ya casada con Felipe de Edimburgo, siguió con el proyecto de transformar el imperio británico en la Mancomunidad de Naciones —que actualmente son 54 países independientes y semiindependientes que comparten su historia con el Reino Unido— y por eso viajó a todos los países de la Mancomunidad y a otros estados, convirtiéndose en la monarca británica que más viajó. 
Primera sesión de fotos de Isabel II como reina 
Fuente: El País
La reina trabajó en la descolonización de varios países de África y el Caribe que todavía existían como colonia británica y entre los años 60 y 70 más de 20 países declararon su independencia y formaron gobiernos autónomos. Aparte de eso era muy admirada por los jefes de Estado, que se sorprendían al saber que la reina dominaba sus problemas de gobierno al dedillo. Por ejemplo, el exprimer ministro de Canadá —que es miembro de la Mancomunidad de Naciones—, Pierre Trudeau, llegó a su mandato diciendo que «la Corona no tenía sentido», y al final terminó impresionado por la reina Isabel y feliz de que ella se pusiera a favor de su deseo de reformar la Constitución canadiense. 


Siempre se mantuvo reina

Y aunque después de la Segunda Guerra Mundial los poderes de las monarquías de todo el mundo fueron perdiendo poder, la reina Isabel metió mano para que por lo menos en Reino Unido se quedara el papel de importancia que merecen los reyes. Y por eso vio pasar por su lado a más de 15 primeros ministros que tuvieron que ir a presentarse y tener la validación de la reina antes de tomar el cargo. 

Y fue ella quien ayudó a que la monarquía británica dejara de ser un misterio y comenzó a cambiar el término de «monarquía» por «familia real», e incluso fue la primera reina, en 1969, en permitir a un medio de comunicación —en este caso la BBC— grabar la vida cotidiana de la realeza desde dentro en un documental. Además, fue quien hizo más transparente la administración de la familia real, y abrió las puertas a las mujeres dentro de la monarquía.
 

Pero no siempre fue fácil

En 70 años de reinado, a Isabel II le pasaron varios malos tragos, y casi todos gracias a sus hijos y nietos. 

 

Carlos, 1992, annus horribilis 

Uno de los momentos difíciles para la reina, que era muy seguidora de todas las formalidades del título real, fue cuando en 1992, Carlos, su primer hijo y el heredero al trono, decidió divorciarse de la princesa Diana, al mismo tiempo que se hizo público que él tenía como amante a Camila Parker Bowles, que también era casada. Y el amor venció, porque Carlos y Camila se volaron las reglas y en el 2005 se terminaron casando.
El príncipe Carlos y Camila Parker en 1979
Fuente: El País
Y 1992 fue literalmente un año terrible para la reina, quien tituló su discurso de ese año «annus horribilis», porque aparte de que su hijo Carlos se separó de Diana, su otro hijo, el príncipe Andrés, se separó de su esposa, Sarah Ferguson; su hija, la princesa Ana, se separó del capitán Mark Phillips; y en noviembre, en su casa principal, el castillo de Windsor, hubo un fuego que casi acaba con todo.

 

Andrés en 2019 

Muchos años después, en el 2019, Andrés, el tercer hijo de la reina, apareció metido en el lío de la red sexual de Jeffrey Epstein. Virginia Gauffre, una de las denunciantes, dijo que la obligaron a tener relaciones con el príncipe cuando ella tenía solo 17 años. Después de eso, la reina le quitó a Andrés todos sus honores militares y las protecciones reales, y sirvió de intermediaria en un acuerdo con Virginia para desestimar el caso.

 

Meghan en 2020

Dos años después del boom de la boda de la actriz americana Meghan Markle con el príncipe y también duque de Sussex, Harry, la pareja decidió separarse de la familia real y crear su propia vida con sus hijos lejos del palacio y de la exposición pública. La salida, según la BBC, fue un trago amargo para la familia real y se volvió un escándalo tan grande en Reino Unido que lo llamaron el Megxit —así como el Brexit pero Megxit por Meghan—. Y la cosa empeoró cuando el año pasado Harry y Meghan tuvieron una entrevista con Oprah donde ella habló de ideas suicidas y de comentarios racistas mientras estuvo en Londres, y la reina tuvo que responder con un comunicado diciendo que todas esas acusaciones se las tomaban muy en serio.
El último jubileo de la reina, el de platino, para celebrar sus 70 años en el trono en febrero de este año.
Fuente: BBC

Y colorín colorado

Como todo en la vida tiene que terminar, el reinado más largo del Reino Unido también llegó a su fin. Ahora el trono lo tiene el rey Carlos III, pero su vida y su proceso de sucesión ya tocaría en otro especial. 

Y si hasta este punto todavía no te importa en lo absoluto la monarquía británica, no te preocupes, a varias personas de nuestro equipo tampoco. Pero no cabe dudas que la muerte de la reina Isabel II definitivamente marca un hito más en la historia, y por eso estamos aquí.

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