Número 113 - Bruselas, 29 de abril de 2022

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Es viernes y este es el número 113 de Nexo Europa, la newsletter semanal de actualidad y análisis de asuntos europeos. Hablaremos, evidentemente, del resultado de las elecciones francesas y también de los últimos acontecimientos relacionados con Rusia, que, como saben, ha cortado el suministro de gas a Polonia y Bulgaria. 
 

Europa respira

Como ya todos saben el domingo pasado Emmanuel Macron, presidente francés, ganó en las elecciones presidenciales galas con un 58% de los votos frente a la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen, que cosechó cerca del 41% de los votos. Europa tendrá cinco años más de tranquilidad con Macron en el Elíseo a la espera de lo que ocurra en las elecciones legislativas de junio, en las que la Francia Insumisa busca que el resto de formaciones de izquierdas se sumen a su lista para acudir unidas. 

Pero el resultado debe dejar poco espacio a la complacencia. La extrema derecha se encuentra en máximos históricos y Macron no estará en las siguientes elecciones en 2027. Si nada cambia, si el presidente no es capaz de dar forma de verdad a un partido real, con capacidad y líderes alternativos, como podría ser por ejemplo el ministro de Finanzas Bruno Le Maire, las elecciones de dentro de cinco años serán un choque entre la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon y la extrema derecha de Marine Le Pen, con todos los partidos tradicionales desintegrados y una izquierda totalmente fragmentada a la que no le quedaría más opción que apoyar a un líder populista y chovinista como es Mélenchon. 

Volvemos a lo que ya contamos aquí en la edición de la semana pasada: más de un 50% de los votantes en estos comicios han apostado por opciones que buscan salir de forma directa o indirecta de la OTAN y que plantearían serios problemas para la Unión Europea. Esa es la corriente de fondo y es probable que siga ahí cuando los franceses vuelvan a ir a las urnas en 2027. 

Europa ha celebrado la victoria de Macron con alivio. El líder francés ha vuelto ha aparecer envuelto en la bandera europea y el Himno de la Alegría, celebrado por los proeuropeos como la cabeza visible de la Unión, el ‘pater familias’ del proyecto europeo. Y es evidente que el presidente de Francia sale reforzado en el plano de la UE, que gana peso y que se reafirma como el principal líder europeo ante un Olaf Scholz, canciller alemán, dubitativo y relativamente ausente en la escena europea. 

Pero Europa necesita ahora otro servicio de Macron: que se centre en Francia y en el centro del tablero político galo, dando forma a un partido con vida propia, que sea independiente de él o que incluso empiece a mirar hacia otro candidato, como hablábamos un poco más arriba. El mejor servicio que puede hacerle Emmanuel Macron a Europa en los próximos cinco años será dejar una Francia más estable y unida.

Gas venenoso y divisivo

El miércoles la compañía rusa Gazprom confirmó que había cortado el suministro de gas a Polonia y Bulgaria por no haber pagado en rublos. Recordarán que en marzo Vladímir Putin, presidente ruso, anunció que los países “no amistosos”, entre los que se encuentran todos los miembros de la Unión Europea, tendrían que empezar a pagar su gas en rublos, algo que los socios comunitarios rechazaron de manera frontal, explicando que eso sería una violación de la mayoría de los contratos vigentes, que establecen que los pagos se harán en euros o en dólares. Bruegel hace una muy buena explicación de por qué Rusia exige los pagos en rublos. 

El movimiento no ha sido una sorpresa. Desde que Putin había hecho esa exigencia eran muchos los que creían que antes de que la UE tuviera que aplicar un veto a la importación de gas ruso (ya saben que es una de las sanciones más mencionadas por todos y que más divisiones provocan) sería la propia Moscú la que empezara a cortar el suministro. Pero el objetivo es dividir y enfrentar a los Estados miembros. 

En los próximos días podríamos ver una división entre las capitales que están apostando por soluciones intermedias para pagar el gas y aquellos que consideran que esa es una línea roja inaceptable. Esa división podría traer dolores de cabeza a una Unión Europea que, hasta el momento, se ha mostrado bastante más unida de lo previsto en su respuesta a Rusia. 

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, rápidamente acusó a Moscú de “chantaje”. Al ser preguntada el miércoles por una información de Bloomberg que apuntaba que doce compañías estaban listas para pagar en rublos y que cuatro ya lo habrían hecho, alemana ha dejado claro que el pago en rublos en caso de que el contrato no lo estipulara es una violación de las sanciones. 

Fuentes comunitarias explicaron las cosas un poco más el jueves, después de que varias compañías y capitales señalaran que las directrices enviadas por la Comisión el pasado 21 de abril no eran demasiado claras. Moscú obliga ahora a abrir una primera cuenta en Gazprombank en Rusia en la que se deposita el pago en euros (hasta aquí es todo correcto, incluso si hasta ahora la cuenta en la que se realizaba el pago estaba en Luxemburgo), y debe abrirse una segunda cuenta en rublos, donde llega la cantidad ya en dicha divisa, con la que se realiza la transacción final a Gazprom. Rusia considera, a través del último decreto, que solamente se ha cumplido con el contrato cuando se ha completado esta segunda fase. Pero para la Comisión Europea todo el proceso de la segunda cuenta en rublos es una violación de las sanciones.

“Lo que no podemos aceptar es que las empresas estén obligadas a abrir una segunda cuenta en rublos y que el pago se complete solo cuando el pago se convierta en rublos”, ha explicado la fuente comunitaria, que ha recordado que es la obligación de los Estados miembros asegurarse de que las sanciones se están cumpliendo. Pero es precisamente uno de los Estados miembros el que ha señalado que cumplirá con el procedimiento que pide Moscú: Hungría, aunque la Comisión Europea ha rechazado hacer comentarios al respecto por ahora.

El 40% del gas importado consumido en 2021 en la Unión Europea procedía de Rusia, y aunque el 8 de marzo la Comisión Europea presentó un plan con el que pretende reducir un 65% su dependencia del gas ruso este mismo año, lo cierto es que Moscú tiene aquí una de sus principales cartas en su pulso con Bruselas, como demuestra lo divisivas que son las conversaciones sobre sanciones. 

• Pa’ tu casa, Jansa: el pasado domingo no solamente fue derrotada Marine Le Pen. En Eslovenia se celebraban elecciones y Janez Jansa, primer ministro y viejo conocido de esta newsletter por su tendencia autoritaria y sus ataques sobre la prensa nacional e internacional, fue derrotado de manera contundente por un nuevo partido ecologista-liberal, Movimiento Libertad (GS) liderado por Robert Golob. En cuestión de un año Europa se ha librado de varios líderes políticos que pretendían aplicar las lecciones de Viktor Orbán en Hungría a otros países europeos. El último ha sido Jansa, pero antes fue Andrej Babis en República Checa. En 2021 también fue derrotado en Bulgaria Boyko Borisov por un movimiento anticorrupción tras meses de protestas en las calles de Sofía. 
   
• Problemas en Sofía: el corte del gas del que hemos hablado justo arriba ha provocado nuevas tensiones en Bulgaria entre el primer ministro Kiril Petkov y el presidente Rumen Radev, que ha criticado que el Gobierno haya permitido que se haya cortado el suministro de gas desde Rusia. “Hay muchos círculos políticos y económicos en Bulgaria que defienden directamente los intereses de Rusia", ha respondido Petkov. Se rompe así un cierto equilibrio que existía entre dos tendencias en Sofía y ahora la formación del primer ministro muestra un apoyo más abierto y directo a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa. 
   
• OTAN en movimiento: esta semana EEUU invitó a unos 40 países a la ​​Base Aérea de Ramstein (Alemania) para celebrar un encuentro en el que se quería comenzar “la discusión con naciones de ideas afines sobre las asociaciones de defensa que Ucrania necesitará en el largo plazo”, según explicó el portavoz del Pentágono. No se trata de un encuentro de la OTAN, aunque muchos de los países que han participado son efectivamente de la Alianza Atlántica. Pero también esta semana la OTAN ha anunciado una reunión extraordinaria de ministros de Asuntos Exteriores en Berlín el próximo 14 y 15 de mayo.
   
• Suecia y Finlandia en fila: ya llevamos algún tiempo hablando de que las candidaturas para entrar en la OTAN por parte de ambos países, tradicionalmente neutrales, podrían estar al caer. Varias fuentes aliadas han señalado que el escenario central podría ser la cumbre de la Alianza en Madrid a finales del mes de junio. Esta semana ha sido Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, el que ha hablado del asunto, y también de la situación en la que quedarán durante el periodo entre que piden su entrada en la Alianza y acceden formalmente, ya que Rusia ha advertido en varias ocasiones a ambos países de que no dieran este paso. “Estoy seguro de que hay maneras de abordar este periodo interino de forma que funcione para Suecia y Finlandia”, ha señalado el noruego en el Parlamento Europeo. 
   
• Moldavia en el radar: desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania ha habido otro país que ha estado en todos los radares. Y es Moldavia y la posibilidad de que Moscú buscara conquistar todo el sur ucraniano hasta llegar a Transnistria, una franja de territorio moldavo que vive en la nostalgia de tiempos soviéticos y es un satélite del Kremlin con presencia militar rusa. En las últimas horas hemos visto explosiones en la región, lo que ha hecho saltar todas las alarmas en la OTAN y en la Comisión Europea ante la posibilidad de que sean usadas como excusa para una intervención rusa en la zona. “Mi total solidaridad con Moldavia en estos tiempos desafiantes y difíciles. Transnistria no debe utilizarse como un caballo de Troya para exacerbar aún más las tensiones en la región”, escribió Charles Michel, presidente del Consejo Europeo. 
   
• Sexto paquete de sanciones: estamos pendientes del trabajo en un nuevo paquete de sanciones en el que, de alguna manera, la UE atacaría el petróleo ruso, uno de los principales pilares de la maquinaria económica del Kremlin que le ayuda a financiar la guerra en Ucrania. No está claro de qué manera se abordará, ya que, además, sigue existiendo cierta oposición entre algunos países, principalmente Hungría, que ha repetido en numerosas ocasiones que las sanciones sobre el petróleo y el gas son una línea roja para Budapest, la capital más cercana a Moscú políticamente, aunque algunas fuentes ven un cambio en los últimos días. ¿Cuándo llegará este siguiente paquete? Pues no lo sabemos, ya que la única indicación que teníamos por ahora era que estaba en preparación y que no se esperaba en los próximos días (eso a mediados de semana). “El sexto paquete de sanciones llegará a su debido tiempo. Estamos trabajando intensamente en ello”, explicó Von der Leyen después de conocerse la noticia del corte del suministro a Polonia y Bulgaria.
   
• Pero Alemania se mueve: Berlín está siendo objeto de muchas críticas a lo largo de la guerra en Ucrania por su lentitud y torpeza a la hora de tomar decisiones. Se sigue aplicando aquel lema merkeliano de que Alemania “hace lo correcto tras haber agotado todas las otras opciones”. En las últimas horas hemos visto dos cambios importantes. Por un lado el Gobierno alemán ha expresado ya que está listo para empezar a digerir unas sanciones al petróleo ruso. Antes de la guerra en Ucrania importaba el 35% desde Rusia, pero hoy es ya solamente el 12%. Pero aunque siga siendo poco en términos absolutos sigue siendo un asunto sensible, porque Moscú alimenta prácticamente por completo la refinería de Schwedt, que es clave para Berlín, la capital. El otro asunto en el que Alemania se ha movido es en la cuestión de ofrecer a Ucrania armamento pesado. Hace solamente algunas semanas el Gobierno explicaba que había demasiados inconvenientes, que las tropas ucranianas no sabrían utilizar el material. Pero esa línea roja ya ha sido cruzada también. Todo es imposible en Berlín hasta que deja de serlo. 
   
• Un lastre para el SPD: algunos altos cargos de los socialdemócratas alemanes quieren que se expulse del partido a Gerhard Schröder, antiguo canciller alemán, que 17 días después de abandonar ese puesto en el año 2005 recibió una llamada de Vladímir Putin para convertirse en el presidente de la Junta de Accionistas de Nord Stream, que como ya saben es la encargada de los famosos gasoductos del Mar del Norte, un puesto que el ya excanciller aceptó. Desde entonces Schröder ha estado muy vinculado al Kremlin y a la élite rusa, algo que se ha extendido a otros políticos de altos vuelos en Alemania moldeados por la visión del SPD de lograr en Rusia “un cambio a través del acercamiento”. Os recomiendo esta lectura sobre cómo la guerra en Ucrania ha desmontado el discurso de décadas de “ostpolitik” del SPD, como quedó demostrado en aquel discurso del Scholz del que tanto hablamos. La última petición de expulsión ha llegado por parte de Saskia Esken, una de las dos colíderes de los socialdemócratas: “Gerhard Schröder ha estado actuando meramente como un hombre de negocios durante muchos años, y deberíamos dejar de percibirlo como un viejo estadista y antiguo canciller”. Lo que ha hecho que todo vuelva a explotar es esta entrevista en el New York Times en la que Schröder dice que no hará ningún “mea culpa” sobre sus estrechos lazos con el Kremlin.  
   
• Acuerdo político sobre energía: la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, a cargo de Transición Ecológica, junto a su homólogo portugués José Duarte Cordeiro, anunciaron este martes un “acuerdo político” con la Comisión Europea para el establecimiento de un precio de referencia (tope) para el gas durante los próximos 12 meses que ronde la media de los 50 euros MWh, empezando por 40 euros MWh. Lo anunciaron tras una reunión con Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea a cargo de Competencia, cuyo departamento era uno de los más escépticos respecto a la propuesta hispanoportuguesa, que en principio establecía el precio de referencia en los 30 euros/MWh. Ribera expresó su intención de tener la luz verde de la Comisión Europea en los próximos días para poder aprobar este esquema en el Consejo de Ministros del próximo martes. Aquí tenéis más detalles. 
   
• No toquen el mercado: también este viernes hemos conocido el informe que la Comisión Europea encargó a la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER, por sus siglas en inglés) sobre las propuestas para reformar el mercado mayorista de la energía que propuso España con el apoyo de Francia. La ACER rechaza la idea hispanofrancesa de desacoplar el gas del resto de la energía. “ACER considera que el diseño actual del mercado mayorista de electricidad garantiza un suministro de electricidad eficiente y seguro en condiciones de mercado relativamente "normales". Como tal, la evaluación de ACER es que vale la pena mantener el diseño actual del mercado”, subraya el informe. El documento también advierte de algunas medidas adoptadas por los Estados miembros. Sobre el establecimiento de un precio tope para el gas, la ACER señala los “costes directos significativos, a saber, la diferencia entre el precio de oferta (tope) de la central eléctrica de gas en cuestión y sus costes de abastecimientos, costes que deben ser asumidos por el presupuesto del gobierno y, por lo tanto, pagados indirectamente por el contribuyente o el consumidor de electricidad. Contabilizar, monitorear y pagar estos costos adicionales también implicaría una carga administrativa significativa”.
   
• Acciones contra Hungría: recordarán que a principios del mes de abril Von der Leyen anunció que se arrancaría el procedimiento por el cual se le podrían cortar fondos europeos a Hungría si se demuestra que hay violaciones al estado de derecho en el país que ponen en riesgo el presupuesto comunitario. Aunque se anunció a principios de mes la activación formal se ha producido esta semana. Los técnicos comunitarios han enviado la notificación a Budapest en la que le acusan de deficiencias en la contratación pública, corrupción, fraude y falta de transparencia o rendición de cuentas. 
   
• Dimisión del director de Frontex: Fabrice Leggeri, director ejecutivo de Frontex, ha presentado este viernes su dimisión tras las últimas revelaciones sobre devoluciones en caliente realizadas por la agencia de fronteras de la Unión Europea. Leggeri lleva envuelto en escándalos por su gestión de Frontex y por la ausencia de garantías para los migrantes y el Parlamento Europeo ha presionado durante mucho tiempo para lograr que abandonara el cargo. 
   
• Cooperación UE - India: como explicamos en el último número, el pasado fin de semana Von der Leyen visitó India y se reunió con el primer ministro Narendra Modi en un momento en el que las relaciones entre Bruselas y Nueva Delhi pasan por un momento delicado debido a la negativa india a condenar la guerra de agresión rusa contra Ucrania y su cercanía a Moscú, aunque el Ejecutivo comunitario ha apostado por una actitud más cercana con India que con China, a la que exige una responsabilidad acorde a su tamaño, aunque la presidenta de la Comisión también ha intentado hacer entender a Modi que su Gobierno debe alinearse con occidente en este conflicto. Durante la visita de Von der Leyen ambas partes anunciaron un consejo de comercio y tecnología que, citando el comunicado de prensa conjunto, “proporcionará la orientación política y la estructura necesaria para poner en práctica las decisiones políticas, coordinar el trabajo técnico e informar al nivel político con el fin de garantizar la aplicación y el seguimiento en sectores que son importantes para el progreso sostenible de las economías europea e india”. Podéis leer el comunicado completo aquí.