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25 mayo 2022
 
La Tranformación:
Un cambio de sociedad
Nota: Esta es la parte cuatro de una serie de cuatro partes sobre los distintivos de la Educación Transformadora, en el cuál exploramos cuatro tipos de cambio. Estos cambios corresponden a los cuatro principios fundacionales e influyen todo lo que hacemos en nuestras escuelas y aulas. Para leer la parte 1 haz clic aquí; para la parte 2, haz clic aquí; y para leer la parte 3, haz clic aquí.

 
"...[el evangelio] Así como en todo el mundo
está dando fruto constantemente y creciendo..."

―Colosenses 1:5-6[1]
 
Estaba sacando una foto de los estudiantes en una escuela cristiana cuando imaginé a todos estos niños yendo por todas las partes de sus comunidades llenos del Espíritu Santo y muy apasionados para servir a Dios. Vi el potencial tremendo que tenían para hacer una diferencia en sus comunidades y alrededor de todo el mundo. ¿Cuál era el ingrediente mágico que necesitabamos añadir para darles todo lo necesario para ser el ejército del Señor para la transformación de su sociedad? Tal vez no sería tan simple como añadir especias a una sopa, pero ¿qué tal un poco de amor, gracia y verdad?

Todos estos, por supuesto, son cualidades de Jesús. Como seguidores de Jesús, queremos ser más cómo Él y ver a cada uno de nuestros estudiantes crecer en su imagen. Así que proveemos una educación que ayuda al desarollo de estas cualidades. Sin embargo, a diferencia de los otros sistemas de educación, las metas educativas no son solamente para el beneficio del estudiante, sino para el beneficio de la humanidad. No desarrollamos consumidores de conocimiento sino preparamos jóvenes para el servicio en el reino de Dios.

Mientras los estudiantes son transformados, pueden tener un impacto inmediato en sus familias y amigos. Entonces, mientras tomen su llamado en la vida, pueden influir todas las áreas de la sociedad, no solamente en ser bueno en su campo de trabajo sino también en ser ejemplos de respeto, compasión, alegría e integridad mientras lo hacen. Como modelos transformados en todos los caminos de vida, los estudiantes brillarán una luz en las tinieblas, atraerán a otros a Cristo, y cumplirán el plan de Dios por el mundo.

Una escuela puede hacer muchas cosas para facilitar esta "transformación en ación". Puede ser involucrada en la comunidad y en proyectos con valor alrededor del mundo. Puede tomar en serio las dos instituciones dadas por Dios para mostrarnos qué debemos hacer con nuestras vidas y cómo podemos impactar a las vidas de los estudiantes para que ellos puedan influir la sociedad.

La primera institución es el Ministerio de la reconciliación
"Y todo esto procede de Dios,
quien nos reconcilió consigo mismo
por medio de Cristo,
y nos dio el ministerio de la reconciliación..."

2 Corintios 5:18.

La reconciliación es la curación de las relaciones. Nuestros estudiantes tienen relaciones rotas en muchas áreas. Esto los impide de ser todo lo que pueden ser y de vivir el tipo de vida que puede hacer una diferencia en el mundo.

Su relación más importante es con Dios. Todos somos separados de nuestro Padre celestial por nuestra naturaleza de pecado. Es el plan de Dios restaurar esta relación. Todos los estudiantes deben entender esto y ser animados para recibir a Cristo a través de la revelación continua de la historia del evangelio a través de palabra y acción.

Tristemente, muchos estudiantes vienen de situaciones donde son dañados en el interior por la negligencia, el abuso, el abandono, o el rechazo. A menudo, ellos se echan la culpa a si mismos o por lo menos se ven a sus mismos sin dignidad o incapaces de ser amados. En estos casos el corazón de Dios es reconciliar la relación que tienen con si mismos al mostrarles su identidad verdadera en Cristo. Tienen valor eterno como hijos de Dios y por tanto, son amados sin condiciones. Podemos ayudar a través de ver a los niños como Dios los ve y tratarlos de esa manera.

Incluso en nuestras comunidades de escuela, vemos mucha angustia de relaciones rotas. A menudo, los profesores pueden ayudar a los estudiantes a navegar las aguas inestables de relaciones con pares. Los profesores son llamados a corregir el comportamiento agresivo, resolver disputas, ayudar a los estudiantes a cooperar, enseñarles cómo ser considerados y generosos con sus compañeros de clase y cómo reparar estas relaciones cuando haya alguna ofensa. Estas habilidades también pueden ser traducidas a las relaciones fuera de la escuela, especialmente al traer reconciliación a las familias.

Podemos usar el contexto de la vida diaria en el salón de clases para ser involucrada continuamente en el proceso de reconciliación. La reconciliación libera al niño para sentir la transformación y los prepara para ser líderes en llevar la gracia de Dios al mundo.

La segunda institución nos dirige a la misión de discipulación (El gran encargo).
"Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones..."
Mateo-28:28-29a

Estos versículos dicen claramente que la misión de cada cristiano y cada organización cristiana es de estar involucrado de alguna manera en hacer discípulos. Para aquellos de nosotros que trabajamos en la educación cristiana, la mesa esta puesta claramente en frente de nosotros.

Muchos de los cimientos y principios de la educación transformadora de las que hablamos involucra el discipulado. Los dos son muy similares. Debemos tener la intención en hacer discípulos y depender de Dios para hacer la transformación.

Lo que esto quiere decir para la escuela cristiana es que ayudamos a estudiantes a seguir a Jesus: tener su visión y propósito, saber la verdad sobre cómo es el mundo, desarollar el carácter y valores piadosos, para amar a Dios, amar a otros, y compartir a Cristo.

El discipulado es la estrategia para la transformación del mundo que Dios demostró para nosotros durante sus años en la tierra. Su meta era que cada persona oíria las buenas nuevas de la vida eterna. Pasó la mayoria de su vida con un grupito pequeño quiénes Él preparó para llevar el evengelio a través de todo el mundo. Debían hacer esto al discipular a otros que por turnos preparían a otros hacer la misma cosa. Este efecto de multiplicación probó eficacia en darle la vuelta al mundo. Si preparamos a nuestros estudiantes a tomar parte en este plan, veremos un fruto similar.

Los profesores no deben nunca perder la visión de los resultados a largo plazo del proceso transformador o lo que Dios puede hacer con lo que ellos derrama en las vidas de sus estudiantes, incluso si ellos no siempre ven los resultados. Como los panes y los pescados, Dios multiplicará nuestros esfuerzos mucho más allá del salon de clases.
 
Bob Adams
Consultor educativo
TeachBeyond Global

 
[1]Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS © Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation a travéz de Biblegateway.com. Usadas con permiso.

Créditos para las fotos:
Gota de agua explorada: Sergiu Bacioiu via Flickr. Redimensionada.
Estudiantes: Bob Adams
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Sobre la Práctica es un correo electrónico bimensual diseñado por ayudar a los miembros de TeachBeyond compartir sus ideas, recursos, y aplicaciones practicas como una manera de animar a la excelencia profesional y vocacional en la sala de clases. Producido por el Departamento de Servicios de Educación para Profesores. Comentarios y contribuciones están bienvenidas: onpractice@teachbeyond.org.




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