Hola,
Junio es uno de esos meses donde haces balance, algo que requiere muchísima energía mental, reconozcámoslo. En este proceso de autocrítica hay que mirar con objetividad lo que ha ocurrido durante la primera mitad del año y prepararse para los próximos seis meses.
Sin embargo, para muchos, tomar decisiones en ese momento no es muy apetecible, y aunque es la mejor manera de dirigir un proyecto, a veces nos atascamos a la hora de tomar decisiones o negociando con nosotros mismos.
En el caso del proyecto EXPRESSAN, he dedicado unos días para analizar, con una lupa contundente, los datos obtenidos y sacar conclusiones. Algunas tan incómodas como posponer la convocatoria Arte-Piscinas IV hasta la próxima temporada.
Y es que una de las habilidades más valiosas que puedes adoptar en la vida es hacer las cosas cuando tienes que hacerlas aun cuando no te apetece hacerlas. La persona que diseña cuidadosamente su rutina diaria llega más lejos que la que negocia consigo misma cada día. Esa temible frase “lo haré más tarde”.
Un amigo exitoso me contó hace tiempo que iba a escribir un libro. Le pregunté cómo pensaba hacerlo con las responsabilidades en casa y el trabajo. También sabiendo lo que supone escribir un texto. Y con una respuesta simple me dijo: “Me levanto a las cinco, tomo mi primer café y escribo entre 500-600 palabras todos los días, llevo 39 días y lo haré hasta que el libro esté terminado”. En ese momento supe que escribiría el libro.
Aunque entiendo que tampoco hay que obsesionarse con el espejismo de la eficiencia total, si es verdad que las personas con más éxito que conozco siguen una rutina para asegurarse de que los proyectos más importantes reciben el tiempo y la dedicación que necesitan.
|
|