Hola,
Cualquier suceso ocurrido a nuestro alrededor está sujeto a interpretaciones. Lo único que limita estas interpretaciones es el contexto en el que tienen lugar los hechos, que aporta no sólo intención sino también significado.
Así, por ejemplo, hay personas en Twitter discutiendo sobre el escandaloso préstamo del vestido de Marilyn Monroe, su valor o por qué este vestido es más valioso que otro que está en su museo. En este ejemplo, el matiz que distingue esta discusión de cualquier otra en la que se habla de que se ha dañado un artículo raro o fuera del alcance de la mayoría, como si de un artículo de lujo se tratase, es que este vestido se entiende como parte del patrimonio cultural.
En internet, la falta de contexto está normalizada. Nos invaden imágenes y titulares y se presupone que el usuario es activo y dará el siguiente paso de investigación. Sin embargo, la mayoría de las veces no es así y por eso cada vez está más en auge los curadores de contenido digitales. Me gustó mucho esta entrevista a Kyle Chayka, en la que lo menciona.
Lo curioso es que fuera del entorno de internet también ocurre. La mayor parte de los productos o proyectos que nos parecen excepcionales lo son sólo si los vemos desde el marco de referencia adecuado. Por el contrario, incluso el mejor producto del mundo podría fracasar si su contexto no fuese el correcto.
Se han hecho muchos experimentos sobre este tema. Un vídeo muy famoso que circula por You Tube es de uno de los mejores violinistas del mundo, que llenaba continuamente auditorios vendiendo cientos de entradas a más de 300 dólares y, sin embargo, tocando en el metro apenas fue capaz de recaudar 20 en una mañana. Sin el contexto apropiado, no somos capaces de apreciar las cualidades de un músico, un artista o de un proyecto cultural.
En el ámbito expositivo también encontramos situaciones con esa falta de contexto: piezas colocadas en salas de forma independiente, que no ofrecen una experiencia conjunta ni permiten al visitante entenderlas, o recorridos planteados más allá de la percepción visual de cada obra, etc.
Si queremos que nuestro proyecto brille ante otras alternativas posibles debemos armarnos de valor para decir no a ciertas prácticas que restan y ofrecer el contexto apropiado que se merece.
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