Julio de 2022. El mar Cantábrico esconde en sus profundidades uno de los seres mitológicos que han copado leyendas, expediciones científicas y novelas de aventuras y ciencia ficción. Algunos lo llaman kraken, otros architeuthis dux y solo unos pocos, los de aquí, lo llaman peludín. El calamar gigante ha vuelto a su caladero.
La villa de Luarca inaugura mañana, viernes 15 de julio, el nuevo Museo del Calamar Gigante en un “emplazamiento y con una propuesta diferente a la anterior”, como explica Ismael González, concejal de turismo del Ayuntamiento de Valdés. El consistorio es el promotor de este nuevo espacio de descubrimiento de una singular especie marina en un destino empeñado en situarse como referente turístico en el apartado científico. “Vamos a tener dos recursos con una gran singularidad que destacan no sólo en Asturias, sino en el norte de España”, como comenta Óscar Pérez, alcalde del municipio. Al legado de Severo Ochoa, premio Nobel de Medicina y natural de Luarca, y al tesoro botánico del Bosque-Jardín de la Fonte Baxa, se une ahora el santuario del mayor de los cefalópodos.
Un nuevo espacio
“No tiene nada que ver con lo que había antes” explica el concejal. En 2014, el mar Cantábrico invadió el puerto de Luarca con enormes olas que superaron los espigones. Una de esas marejadas que protagonizan el otoño e invierno asturiano destruyó lo que era el Aula del Mar de Luarca, situada en el Muelle Nuevo. Este espacio museístico quedó reducido a escombros por el mar, que hasta “se llevó algún ejemplar de calamar gigante”, como cuenta el edil de Turismo. Desde entonces, la preciada colección de estos enormes moluscos ha estado custodiada por la Coordinadora para el Estudio de las Especies marinas (Cepesma) y su presidente, Luis Laria.
Ocho años han pasado para que Luarca vuelva a “recuperar para su exposición al público una de las mayores colecciones de calamares gigantes del mundo”, como explica González. La inmersión al mundo del calamar ahora ha cambiado.
Las profundidades del cañón de Avilés
En el Aula del Mar los cefalópodos se mezclaban con diferentes especies de peces, cetáceos e información medioambiental. “En el nuevo museo el calamar gigante este el gran protagonista y el resto son sus presas y depredadores”, añade González. Architeuthis dux, taningia danae o dosidicus gigas. El visitante descubrirá hasta diez ejemplares de estos seres mitológicos que estarán acompañados por decenas de cefalópodos y muestras óseas de distintos cetáceos que abunda en estas latitudes.
Exploramos el ecosistema del cañón de Avilés, un valle submarino situado a 7 millas de la costa asturiana y a 5.000 metros de profundidad. Entre los diferentes ejemplares de especies abisales se encuentra “el calamar más grande conservado del mundo”, según el concejal de Turismo. Esta sala de 270 m2 propone un recorrido circular hasta el fondo del Cantábrico donde la falta de iluminación se compensa con un sonido de ambiente que despierta “la pasión por el descubrimiento”, en homenaje a Severo Ochoa. Contará, a su vez, con un laboratorio para indagar en la anatomía de este animal marino. El objetivo es recrear las profundidades de la fosa de Avilés a través de una experiencia sensorial para descubrir el hábitat, las leyendas y las características de una especie misteriosa, aún por conocer. Además, contará con diferentes interactivo.
“La apertura del Museo del Calamar Gigante tiene mucha importancia para Luarca porque nos permite competir cualquier mes del año”, explica Óscar Pérez. “Puedes descubrir este museo en los meses de verano y también en invierno cuando el tiempo no permite siempre visitar otras instalaciones al aire libre, que son las que abundan en el Principado”, concluye el alcalde, que hace hincapié en la labor pedagógica de este espacio científico “que va a atraer excursiones escolares permanentemente”.
Dónde. El museo está ubicado en la calle Nicanor del Campo, en el lugar donde se ubicaba la antigua discoteca Villa Blanca.
Precio: 3 euros en taquilla.
Horario: de lunes a domingo de 10.30 a 13.30 y de 15.00 a 18.00 durante julio y agosto.
Para comer. Además de contar con una de las mayores colecciones de grandes cefalópodos del mundo, este puerto marinero es gastronómicamente conocido por los calamares de potera de Luarca. Preparados en su tinta, con razón blanco y pescados de manera artesanal. Son la estrella culinaria de la villa y se pueden encontrar en buena parte de sus restaurantes.
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