5. Imprudencia
El sábado 20, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, tuiteó: “No hemos visto nada como esto antes. Nos enfrentamos a un invierno en el que, para millones de personas, no se tratará de elegir entre calefaccionarse o comer, sino que, trágicamente, no podrán pagar ninguna de las dos cosas”. Se refería a las tarifas de energía británicas, que -según estimaciones- se duplicarían en los próximos meses. Cerraba: "Esto no puede pasar. El gobierno debe intervenir para que las personas puedan satisfacer sus necesidades básicas."
El miércoles Emmanuel Macron, presidente de Francia, volvió al trabajo después de las vacaciones de verano. Entrando a la primera reunión de gabinete, dijo: “Creo que lo que estamos viviendo es una gran convulsión. En primer lugar porque estamos experimentando el fin de lo que podría parecer una abundancia de liquidez sin costo, y tendremos consecuencias en términos de finanzas públicas; el mundo se está reorganizando. El fin de nuestra abundancia de productos, de tecnologías, que nos parecían perpetuamente disponibles; (...) la ruptura de las cadenas de valor. La escasez de esto o aquello, de tal o cual tecnología o material, reaparece al fin de la abundancia de tierra, o materiales, o también de agua. (...). Es también el fin de la evidencia. Cuando miramos tanto a Francia, Europa y el curso del mundo, la democracia y los derechos humanos (...), es el fin del ascenso de los regímenes liberales por el fortalecimiento de los regímenes autoritarios (...). Y es también el fin para una forma de imprudencia [insouciance; también 'despreocupación' o 'descuido']. La guerra ha recomenzado hace seis meses en Europa. (...) Para muchas generaciones, la guerra ya no existía en suelo europeo. Del mismo modo, la crisis climática, con todas sus consecuencias, está aquí, perceptible, y también están apareciendo nuevos riesgos, como los cibernéticos. Este cuadro: el fin de la abundancia, de la imprudencia y de la evidencia, muestra que estamos viviendo un gran cambio, al que nuestros compatriotas pueden reaccionar con mucha ansiedad.”
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6. iRobot
Griselda Juárez, lectora y mecenas de esta cartita de la primera hora, me regala esta palabra que tomó del muro de Facebook de Gustavo Dessal. “iRobot es una compañía estadounidense creada en 1990 que se dedica a dos ramas industriales curiosamente distintas. Por una parte fabrica robots aplicados a fines militares, pero su fama mundial se debe al hecho de haber inventado el aspirador Roomba, conocido en todo el mundo. El 5 de agosto de este año 2022, Amazon ha anunciado la intención de comprar iRobot por un valor de 1700 millones de dólares. ¿Cuál es el motivo por el que Amazon está tan interesado en la simpática aspiradora? ¿Acaso ha descubierto algún misterioso uso para el polvo que se junta en las casas? Nada de eso. Al deslizarse de un lado a otro, Roomba va trazando un mapa del hogar donde actúa. Esos datos, unidos a los que proporcionan otros dispositivos como Alexa, o Ring (un sistema de vídeo que se activa para ver quién toca el timbre de nuestro hogar), le permite a Amazon hacer un cálculo bastante aproximado de lo que ocurre en el interior de las viviendas, la composición de sus habitantes, sus costumbres, estilo de vida y hábitos de consumo. Entre sus planes inmediatos está la compra de los datos médicos de la cadena de cuidados primarios One Medical, por la modesta suma de 3440 millones de dólares. Eso no le es suficiente a Jeff Bezos, pero lo sitúa como el propietario más grande de datos que existe en la actualidad.”
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7. Miquela
“La influencer virtual Miquela ha sido la elegida para ser la cara de PacSun, una marca de ropa para mujeres”, contó Mauricio Cabrera en la edición del domingo de su newsletter The Muffin. “Entra en lugar de Emma Chamberlain, una creadora de contenido que no es ajena a tomarse descansos por salud mental. Ciertamente, el convenio con Brud (la agencia creadora de Miquela) terminará cuando las métricas indiquen que pase su relevancia y no por algún asunto personal”.
Miquela está en Instagram desde 2016, con más de tres millones de seguidores. “Miquela Sousa o Lil Miquela, es un personaje que fue creado por Trevor McFedries y Sara DeCou, de la agencia Brud”, dice la Wiki. “En 2017 salió a recorrer las calles de Los Ángeles como un prototipo de robótica’”.
Miquela también es cantante virtual, con canciones hechas por McFedries. En su manifestación robótica, se sacó fotos con estrellas humanas, como Rosalía. Dicen que se llama a sí misma “la reina del metaverso” (N34P01). Y hasta sus problemas son virtuales. “En abril de 2018, un segundo personaje virtual conocido como Bermuda ‘pirateó’ la cuenta de Miquela”, se cuenta en la Wiki. “Finalmente fue revelado que tanto Lil Miquela como Bermuda eran personajes creados por Trevor McFedries y Sara Decou de Brud. Las dos influencers virtuales empezaron a publicar imágenes juntas”.
Dice Andrea Carrillo en Input: “Miquela es la candidata perfecta para el patrocinio. Nunca envejecerá, la ropa siempre le quedará perfecta en los anuncios y siempre hará exactamente lo que le pidan”. La política también se comercia en el metaverso. “Brieane Olson, presidenta de PacSun, dijo que la participación de Miquela en el movimiento Black Lives Matter y en la campaña Rally the Vote la alinean con los valores fundamentales de la marca”, señala Carrillo.
En 2018, Miquela fue nombrada entre las ‘25 personas más influyentes de Internet’ en la revista Time. La noción de “persona”, otra vez en cuestión.
¿Por qué será que siempre se les atribuye una identidad femenina a estas imitaciones digitales?
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8. Literalmente
El o la community manager del diccionario Merriam-Webster sí que se gana su sueldo. Gracias a Matías Fenández llegué a este tuit, que consagra con un meme uno de los temas que me obsesionan: el uso figurado del adverbio “literalmente”.
El meme es el de la chica que le grita al oído al chico, y por eso el texto está en mayúsculas (y en inglés) en el original. “UNA DE LAS DEFINICIONES DE 'LITERALMENTE' ES ‘EN EFECTO, VIRTUALMENTE, UTILIZADO DE MANERA EXAGERADA PARA ENFATIZAR UNA DECLARACIÓN O DESCRIPCIÓN’. ALGUNAS PERSONAS SE ENOJAN SI LO USÁS DE ESTA MANERA PORQUE NO ES EL SIGNIFICADO PRINCIPAL DE LA PALABRA, PERO ESTE SENTIDO DE 'LITERALMENTE' SE HA UTILIZADO DURANTE 250 AÑOS”.
Me acuerdo de los autoantónimos (N92P02) y la antífrasis (N92P03), donde los términos designan lo contrario de lo que se suponía (¿quién suponía?) que significaban. “Hay más casos de los que se cree”, dice en otro tuit la cuenta del diccionario. “MUY [very] originalmente significaba ‘en realidad’ [de vera, verdadera en latín]. TERRIBLE originalmente significaba ‘causar terror’. MARAVILLOSO originalmente significaba ‘asombroso’. IMPRESIONANTE originalmente significaba "asombro inspirador". Y sigue: “Cuando palabras como estas modifican otras palabras, en lugar de tener significado en sí mismas, pierden parte de su intensidad. Aquí, 'literalmente' tiene significado: "Seguimos tus instrucciones literalmente", pero aquí, 'literalmente' añade énfasis a otra palabra: "Literalmente me morí de la risa". Si eliminás 'literalmente', la oración todavía se entendería como una hipérbole. Si 'literalmente' solo agrega énfasis al poder de otra palabra, entonces pierde algo de su propio poder. Así es como algunas palabras cambian de significado con el tiempo”. El último tuit del hilo ofrece un link a un artículo donde se dice: “Esta reducción de la intensidad de una palabra se llama ‘blanqueo semántico’. Y cierra: “Es importante reconocer que el lenguaje es flexible y que las palabras pueden tener varios significados diferentes.”
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9. Expensas
“Ser porteña y trabajar con el lenguaje se debe parecer a ser pelirroja de nacimiento; es el único pelo que has tenido, pero vas por la vida acostumbrada a manejarte como una excepción, con la conciencia de la excepción”, dice Tamara Tenenbaum en ElDiarioAr.
(Me habría encantado ser pelirroja de nacimiento; me tocó ser porteña. No está mal).
Sigue TT: “Me toca pensar en esto muy seguido, y cada vez más, a medida que dialogo más frecuentemente con países —mercados— fuera de la Argentina. Los últimos tres años más o menos los pasé trabajando en la primera temporada de El fin del amor, adaptación de un libro que escribí, y que si todo sale bien va a verse en muchos lugares muy lejanos a mi Buenos Aires querido; el debate que más me gusta de todos los que tuvimos que tener fue el que trataba sobre la frase ‘pagar las expensas’. No fue particularmente largo, y la frase quedó, pero me gusta porque representa muchas cosas: cuando hablamos de la dificultad del dialecto rioplatense pensamos sobre todo en el voseo o el lunfardo, y pocas veces en la cantidad de frases y construcciones que usamos sin saber que son de acá. Me gusta también porque muestra algo que es obvio, que es que las variaciones del español representan no solamente maneras de hablar específicas sino también mundos específicos: economías específicas, transacciones específicas, formas de vida específicas. ‘Pagar las expensas’ no solo es una frase que no existe en otros lugares; es un concepto muy distinto en otros lugares, en los que ese gasto no está tan cerca de lo que se paga por un alquiler, en los que los encargados no son la institución que son aquí (acá) y las reuniones de consorcio tampoco. Por eso no se la podía sacar: una discusión sobre departamentos que hable de ‘los gastos’ y no de las expensas es una discusión que no está sucediendo en Buenos Aires, sino en algún no-lugar inventado en el que los personajes se cuidan de no ser malentendidos como si supieran que hay alguien que los está mirando. Es esto último lo que me molesta a veces en la traducción, también, lo que creo que hay que combatir: el miedo al malentendido. Si los originales se donan siempre al malentendido, porque el lenguaje necesariamente lo hace, la traducción no debería venir a rescatarlos.”
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10. Amorología
Hablando de donarse al malentendido: recién hoy, ayer, ahora encontré esta canción de Regina Spektor, Loveology. Spektor (hablante nativa de ruso, estrella pop estadounidense), se tira de cabeza a inventar un lenguaje amoroso donde el malentendido es la regla y no hay nada que aprender. Ninguna traducción podría (ni querría) rescatar estos malentendidos; no hay nada que rescatar.
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Oh, an incurable humanist you are
You are, you are, are
Let's go to the movies
I will hum you a song about nothing at all
Nothing at all, nothing at all
Sit down, class!
Open up your textbooks to page 42
Porcupine-ology, antler-ology
Car-ology, bus-ology
Train-ology, plane-ology
Mama-ology, papa-ology
You-ology, me-ology
Loveology, kiss-ology
Stay-ology, please-ology
Let's study, class
Let's study, class, sit down!
Loveology, loveology
I'm sorry-ology
Forgive me-ology
Oh, an incurable humanist you are
I'm sorry, forgive me
I'm sorry-ology
Forgive me, I'm sorry
Forgive me-ology
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Oh, sos un humanista incurable
sos, sos, sos
Vamos al cine
Te voy a tararear una canción de nada
Nada de nada, nada de nada
¡Siéntense, clase!
Abran sus libros en la página 42.
Puercoespinología, hormigología
Cochelogía, coletivología
Trenología, avionología
Mamalogía, papalogía
Voslogía, yología
Amorología, besología
Quedatelogía, porfavorlogía
Estudiemos, clase
Estudiemos, clase, ¡siéntense!
Amorología, amorología
Losientología
Perdonamelogía
Oh, sos un humanista incurable
Lo siento, perdoname
Losientología
Perdoname, lo siento
Perdonamelogía
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Porteña, pero a qué expensas: siempre midiendo la distancia implícita entre cada palabra y cómo (me) suenan. Tratando de entender de dónde vienen las reverberaciones, por qué me miran como me miran, qué pretenden de mí. Trato de exorcizar la parálisis de la Medusa compartiéndola en esta carta semanal (Carlos Ulanovsky dixit ❤️).
En el anarchivo que cuidan amorosamente Lucas Dima y 🤖 ya se acumulan 970 palabras. Si alguna te mira de frente, podés ilustrarla. Y si te aburrís, podés jugar al diezple.
Como dice el gran Valentín Muro, este newsletter es gratuito pero no es barato. Esta edición llevó 17 horas. Si querés colaborar en esta colectivología, este trabajo de conciencia de la excepción, hay muchas formas y todas suman 👇
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- Podés recomendar esta carta con el hashtag #diezpalabras en tu red social preferida, o donde quieras. También 👄 a 👂, que nunca falla (¡y qué lindo cuando me cuentan "me lo recomendó un amigo").
- Podés invitarme un cafecito ☕ (o una copa, que me gusta más), desde Argentina, con cafecito.app o desde cualquier otro lugar del mundo, con ko-fi.
- Podés contribuir con un aporte mensual por tres meses (¡o más), desde $300 (a través de Mobbex) o desde USD$ 3 (a través de Patreon). Eso te convierte en ¡mecenas✨!, que es una linda palabra. Para tu cumpleaños, regalito 🎁 (¡esta semana cumplieron Griselda, Bri y Claudio!)
- Si ya sos mecenas, ¡muchísimas gracias por tu apoyo! Si querés ayudarme a inventar una paritaria newsletera para atajar la estanflación, pasá por acá ❤️
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En todos los casos, contribuís a la sustentabilidad de un proyecto artesanal de intervención sobre la realidad (¡en su tercer año!), y te lo agradezco un montón.
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Hoy es sábado, mañana domingo... bueno, no, ya es domingo. No hay nada como el tiempo para pasar.
A las 15.10 se van a cumplir dos años de este tuit con el que me tiré de cabeza sin red. “Bueno amigues, voy a hacer un experimento. Me viene dando vueltas la idea de un newsletter semanal llamado Diez palabras: las que más me hayan impactado en la semana. Si este tuit llega a diez likes lo armo y les paso el link de suscripción. Con diez suscriptes, sale mañana.”
Quiero agradecer enormemente, especialísimamente, a las primeras diez personas que le dieron like (en cuatro minutos): @lumpenar, Verónica Wiñazki, Sebastián Lidijover, Pablo Valle, Mariano Canal, José Esses, Fabio Márquez, Laura Preger, Catalina Lascano y Ana Laura Maizels. Y también, a las primeras diez que se suscribieron (en cien minutos): Alejandra Petino, Débora Campos, Ana Rodríguez Fidalgo, Fabricio Di Dio, Virginia Avendaño, Librenauta, Sebastián Lidijover, Ignacio Sanz, Dafna Nudelman y Marina Ocaña. Y a las otras 35 que se suscribieron esa tarde, antes del primer envío. Gracias por saltar conmigo.
Era un agosto distinto: encerrado, aislado, distanciado. Nunca imaginé que la pandemia iba a durar tanto. Pero parece que todo llega: llegó el momento en que el COVID desapareció (por ahora) de estos envíos. El tiempo no para. Las palabras tampoco.
Leer es hablar con otra persona, me dijo hace poco Mariano Fressoli. Escribir también. Como abrir el pecho y sacar el alma. Muchas muchas muchas gracias por estos dos años de conversación, de la pandemia a la guerra al humo, tratando de deshacer y hacer sentido, de haber sentido, de sentir.
Muchas gracias por leer.
Hasta el sábado o el domingo, si todo va bien.
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