Si se están preguntando: ¿Por qué hablar de reggaetón en una edición de Feminismo(s)💜? Bueno, porque el reggaetón en inseparable de temas de género, sexualidad, raza y clase. Es inseparable de Latinoamérica. Porque hoy hay un boom, pero la música lleva décadas. Porque es interesante entender porqué –en particular a las mujeres– nos atrae tanto. Como imán. (A muchas) nos ponen reggaetón y sentimos un magnetismo en el cuerpo, ganas de bailar, de soltarnos, de quitarnos las culpas y solo ser. Me parece fascinante cómo utilizamos estas canciones para apropiarnos del cuerpo.
En esta edición aprendí que el reggaetón no es feminista, más bien creo que lo hemos convertido en una herramienta feminista al consumirlo para nuestro placer, y no para el placer de la mirada masculina.
Tenía muchísima curiosidad sobre el tema. Y Tatiana me dio un montón de respuestas.
🔥 ¿Por qué crees que el reggaetón se ha convertido en un ritmo que conecta tanto a Latinoamérica (en especial a las mujeres)?
Tatiana Rojas: Escuchar y bailar reggaetón es parte de mis raíces y lo que significa para mí ser latinoamericana. Esto lo he vivido como migrante colombiana en Barcelona. Con el tiempo también he comprendido porque durante mi adolescencia si me catalogo como ‘inculta’ por decir que me gustaba el reggaetón. Para entender esto hay que revisar la historia del género. El reggaetón empezó en los ochenta, y tiene diferentes raíces, no sólo inicio en Puerto Rico, sino que migró a Panamá, República Dominicana, Colombia…En estos tiempos, era un género clandestino, un altavoz para las comunidades afrolatinas, diásporas y personas de barrios obreros. La gente no solo crítica al reggaetón, esto va más allá de la letra y el ritmo porque su historia es inseparable de cuestiones de raza y clase.
El reggaetón es latinoamericano. Este ritmo caliente y lento rompe fronteras, impregna y permea la realidad de todo lo que es Latinoamérica (en lo cultural, político, social). Y siempre abre temas que muchos no quieren que se abran sobre la clase social, la nación, y hasta el lenguaje.
🔥 ¿Cómo describirías la relación entre reggaetón, perreo y feminismo?
TR: Mira, la primera reacción –casi siempre de hombres hetero– que recibimos las feministas que decimos que nos encanta perrear es una cara de sorpresa, te abren los ojos y te dicen "¡que contradicción!". Mi respuesta es clara: para mí, escuchar y bailar reggaeton es una decisión política. El reggaetón es machista, sí, pero ¿qué género está libre de machismo cuando el patriarcado atraviesa todo? Vivimos en un mundo patriarcal, cuesta mucho derribarlo todo y yo creo que hay que derribarlo desde adentro. ¿Qué hacemos las mujeres que perreamos? Nos apropiamos de las pistas de baile, de la calle y estos lugares donde siempre hemos sido acosadas, violentadas y observadas desde la mirada masculina.
Bailamos para nosotras, no para ellos. Bailamos y no pedimos permiso: nosotras decidimos cómo, cuándo, dónde y con quién. También veo procesos de de-construcción: cada vez hay más artistas re apropiándose del género y dandole vuelta al patriarcado. Por ejemplo, Chocolate Remix, Tremenda Jauría, o hasta Karol G. Hay muchas mujeres haciendo reggaetón y vendrán más.
🔥 ¿Por qué perrear es revolucionario?
TR: Perrear es revolucionario, resistencia, libertad y una delicia. Revolucionario porque que todas bailamos como nos gusta, sin pena, sin vergüenza, porque para perrear no hay una regla que tienes que seguir, sino que lo disfrutamos a nuestro modo. Eso es muy poderoso. Porque entre más nos dicen que las feministas no perrean, nosotras más bajamos hasta el piso, moviendo nuestras caderas y culos y aplastando los comentarios no pedidos.
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