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¡Hola, maja!


Aquí estamos una semana más, intentando traerte el mejor contenido mientras procuramos sacar adelante nuestra vida social, laboral y todo eso. 

Mientras tanto, nuestra querida Ayuso se está haciendo las Américas con tu dinero (si es que tributas en Madrid), preocupada por nuestra vida social, laboral y todo eso. En Nueva York están que no veas de contentos por tenerla allí.

Pegatina Majas
Más importante que el viaje de Ayuso, sin duda, es que entre estas pegatinas está la de Majas, diseñada por @deestoylootro. Si nos encuentras por la ciudad, etiquétanos en @mazomajas
La movida de Lucía de esta semana:
Se había descubierto un fuego grande y espantoso en la isla de La Palma y del mismo fuego se distinguían otros fuegos grandes que en forma de ríos corrían hacia la mar. (...) Una humareda grande negra y espesa subía al cielo con gran violencia y oscurecía el sol. Entrando más el día se conoció que había reventando el volcán, expeliendo humo, fuego y otras materias…
 
Y entonces alguien dijo: hay tiempo, hay tiempo de comer sin problema.

Podía haberlo escrito cualquiera de los periodistas que se han acercado a la lava estos días, pero lo escribió el Gobernador de las islas en 1646 en una carta dirigida al rey Felipe IV. En ella narraba la erupción del volcán Martín, porque claro, en aquella época no tenían a todas las televisiones conectando en directo para narrar la tragedia minuto a minuto.

Escribía nuestro amigo Gobernador: “La materia corriente es espesa como en forma de brea derretida, de día es de color morada oscura y de noche como fuego”. Un poeta. Aunque no tanto como mi amigo Tapia, que está cubriendo la noticia para una de esas televisiones y me dijo el otro día por Instagram “lo que viene siendo un planeta abierto sin tapadera” 😲

Maja, hoy vengo a hablarte de volcanes porque, efectivamente

Me encanta que este meme no envejezca. Llamadme boomer, pero adoro.

Como te iba contando, el otro día reventó el volcán de Cumbre Vieja (así lo dicen los palmeros) y desde entonces no ha parado de expulsar lava, gases y ceniza. Bueno, vale, sí que paró un ratico el lunes, pero parece que la cosa sigue. Y mientras tanto, la erupción está dejando imágenes brutales: ríos de lava resbalando lentamente por la ladera, piscinas que desaparecen engullidas por la roca fundida, explosiones sobrecogedoras...

Las que no estamos en La Palma nos debatimos entre el dolor y el espectáculo. Bueno, primero nos debatimos entre La Palma. Las Palmas👏 y Gran Canaria. Y luego ya, eso, el dolor y el espectáculo: “Intentar explicarle a una persona que lo que tiene, literalmente, ya no está. Intentar comprenderlo” escribe Eduardo Robaina, en La Marea. Y al mismo tiempo, una mujer, de unos cuarenta años, que lleva soñando con este momento histórico "desde pequeña". Lo mejor y lo peor, un laboratorio natural para unos, una pesadilla muy real para otros.

Es verdad que nuestro imaginario volcánico no ayuda. Por ejemplo, esta moñada de corto de Pixar presenta a los volcanes como gigantes bonachones y solitarios en busca de 'somebody to lava' (el juego de palabras es suyo, sorry not sorry). Por cierto, está inspirado en el cantante hawaiano de Over the Rainbow 🌈 y su mujer. 

Por otro lado tenemos a la artista Elena Boils, que convierte su fascinación por estas "cámaras de magma" en animaciones de colores pastel and I think that's beautiful.

Los volcanes de la vida real no son tan cuquis como los de Elena Boils, que creció en una región volcánica al sur de Ciudad de México.

Luego ya están el Vesubio y Pompeya, y otras erupciones catastróficas que los medios se han encargado de rescatar convenientemente estos días. Dando ánimos. A Laki, el volcán islandés que cambió el clima de Europa e hizo estallar la Revolución Francesa la verdad es que no lo conocía, así que gracias por el clickbait, supongo.

Y es que hay muchas formas de mirar un volcán. La de María Abenia, desde La Palma, es crítica con la sobreexposición y el hiperconsumo visual que rodea a la isla estos días. Ella repara en una cosa en la que yo no me había fijado: la imagen del volcán que se retransmite es, por lo general, muda. Los fotogramas se repiten en bucle —la señora del colchón, los chorros de lava, el humo negro— mutiladas, sin el sonido real del volcán, que ella define como "detonaciones constantes de bombas de destrucción, algo que podría resultar desagradable y poco seductor para el relato televisivo de mediodía". 

Otra mirada interesante es la que propone la escritora María Sánchez en su newsletter, conmovida por la idea de la convivencia entre volcanes y criaturas (qué hippy es la tía). Y por supuesto, la del dron de Antonio, el agricultor/samaritano que ayudaba a sus vecinos sobrevolando las zonas afectadas para informarles sobre los daños sufridos en sus casas hasta que la Guardia Civil le confiscó el aparato 🤦‍♀️

Eso sí, hay un punto de vista sobre lo del volcán que no interesa a nadie: el de Pablo Casado.

Literal

El mío espero que te haya interesado un poco más. Y si no, no pasa nada, seguramente te falte crater-io (este sí que es mío, lo siento).

PD. Justo cuando el texto tiene el ok final, la lava llega al mar. Lo ha hecho para joder.

La movida de Clara de esta semana:

¿Los que os dedicáis a escribir, de qué escribís cuando no tenéis nada que escribir?

¿Y qué es la nada en realidad? Lucía ha hecho un texto súper bonito a la par que didáctico sobre los volcanes, y mira yo, nada. Te podría decir que en las últimas dos semanas no me ha pasado nada y por eso no tengo nada que contar, pero ni siquiera es cierto. En ocasiones (veo muertos) no apetece hablar de nada. A veces pasa que de unas vacaciones a Asturias se puede relatar la historia de un pueblo minero. Otras veces solamente de esperar, del verbo esperar, surge un texto. Pero con frecuencia se junta la nada que contar con la nada que querer contar.

La Nada, en La Historia Interminable, es una fuerza de vientos huracanados, malvada e incontrolable, capaz de destruir el Reino de Fantasía, creado gracias a los sueños y la imaginación de los seres humanos. Con el paso de los años, critica Ende, fuimos perdiendo la capacidad de inventar e imaginar, y nuestro pequeño planeta se ha ido dejando invadir por la Nada.

La Nada en La historia Interminable
Esa metáfora de la sociedad moderna en este parrafito te ha quedado súper discreta, Michael Ende.

No quisiera yo contradecir a Michael Ende, pero es posible que haya una nada buena. Que no todo es productividad, emprendimiento, imaginación y éxtasis; que nada como dejarte invadir por la nada, pero de verdad, sin remordimientos.

Podría hablar de todo eso, pero no soy quién para negar a semejante escritor, porque en el fondo yo no quería hablar de nada y porque tengo unos remordimientos como un piano de grandes por no haber escrito nada 🎹

Un día tenemos que hablar seriamente de lo difícil que es buscar memes graciosos en Google.

Lo que iba diciendo. Podría no escribir nada, y nunca sabrías que he estado pensando en todo esto. También podría hablarte de lo estúpido que es que nos sintamos responsables de tareas que no deberían suponer ningún agobio, como escribir Majas, y aquí estamos. Tengo un audio de Lucía diciendo que nadie nos paga por escribir (we wish) y que no pasa nada por no tener un tema del que hablar. Segundos después, en ese mismo audio, confiesa que ha dormido poco porque ha pasado la noche investigando sobre el Gobernador de las Canarias en el año 1646, así que tampoco estamos como para aceptar consejos de mi compañera de newsletter (mi teoría es que ha estado toda la noche con esto). Igual es el momento de reivindicar la nada buena y abandonar el capitalismo interiorizado. Recuperar el descanso. El no hablar de nada, el no enviar emails nunca más. El silencio. 

Es contradictorio no querer hablar de nada, reivindicar la nada buena, y estar escribiendo y generando contenido como si no fuera suficiente ya todo el que existe. Creo que Bo Burnham habla de ello en Make Happy, pero es que le he mencionado tanto en Majas que me da vergüenza hacerlo una vez más. También acabo de caer en que nunca más voy a poder utilizar el recurso en Majas de no querer hablar de nada.

Bob Esponja en terapia

A Bob Esponja tampoco le pasa nada.

Para no haber hablado de nada, he escrito más de 500 palabras sobre la propia nada, las cuales me van a permitir dormir esta noche. ¿Es cierto que fui aprobando todos los años de mi vida académica escribiendo folios y folios sobre nada? Esa es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión.
 

Entre la nada y un volcán hay miscelánea, Maja:

Mi solidaridad con todos.

Javier Solana - (@javiersolana)
Como te prometimos hace quince días, maja, volvemos del verano con muchas ganas de escribirte, ya lo has notado. También nos tienes en Twitter comentando cada semana Masterchef. Bueno, en realidad siempre se nos olvida comentarlo, pero tenemos la intención. En fin, como diría Escrivá, aquí estaremos hasta los 75.
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