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Boletín Nro. 259 – noviembre / diciembre 2021

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Frente a las imposiciones del capital,
!La lucha continúa!

Nuestra Opinión
La siembra de lucha y articulación colectiva
Les invitamos a reflexionar junto a una militante que desde sus procesos de lucha en Brasil, explora los procesos de resistencia y los desafíos que enfrentan. En esta reflexión, les invitamos además a sumarse a la resistencia colectiva, sean cuales sean sus propios contextos y espacios de organización. ¡La lucha continúa y la lucha es una!

El Pueblo Balik sufrirá los impactos del megaproyecto pensado para construir una Nueva Ciudad Capital en Borneo, Indonesia. Sin duda, los funcionarios gubernamentales y las élites empresariales del país se encuentran entre quienes se beneficiarán. Una mujer Balik dice “Nadie quiere escucharnos”, mientras ya sufre los efectos del acaparamiento masivo de tierras y la destrucción de su cultura.
Megapinería en la Patagonia Argentina: Invasión territorial, incendios y falta de agua
El gobierno argentino sigue subsidiando plantaciones industriales de árboles, ahora además como política contra el cambio climático. De las 1,3 millones de hectáreas actuales, con mayoritariamente plantaciones de pino, se propone llegar a 2 millones en 2030. Desde despojos y apropiaciones de tierras hasta deforestación e incremento de incendios, los pinos vienen devastando territorios y comunidades.
Arbaro Fund: una estrategia para expandir las plantaciones industriales de árboles en el Sur Global
La falsa idea de que las plantaciones industriales son una solución a la crisis climática es una oportunidad excelente para fondos de inversión como Arbaro, que acceden al escaso financiamiento climático para expandir destructivos monocultivos. El resultado es mayor devastación ambiental y climática, mientras que las comunidades pierden sus tierras y sus medios de vida y sustento.
La agenda de la empresa de plantaciones Suzano en la COP26 de la ONU sobre clima: expansión, árboles transgénicos y certificación FSC
Suzano estuvo presente en las negociaciones climáticas de la ONU de 2021 por una razón principal: promover las plantaciones de árboles como una ‘solución’ al cambio climático, bajo el nombre de ‘soluciones basadas en la naturaleza’. Desde la energía de biomasa y las plantaciones para el secuestro de carbono, hasta los árboles transgénicos, Suzano aspira a beneficiarse cada vez más de las llamadas políticas climáticas.
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Este Boletín cuenta con artículos escritos por las siguientes organizaciones e individuos:
Un activista y periodista en Indonesia; Colectivo Aguayala, Argentina; la plataforma REDD-Monitor; y miembrxs del Secretariado Internacional del WRM
Todos los artículos del Boletín pueden ser reproducidos y difundidos utilizando la siguiente fuente: Boletín 259 del Movimiento Mundial por los Bosques tropicales (WRM): “Frente a las imposiciones del capital, !la lucha continúa!” (https://wrm.org.uy/es/)
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¿Te perdiste la edición anterior del boletín del WRM
“Comunidades resisten usurpación de tierras y plantaciones de árboles. La cumbre climática les impondrá más de ambas”

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Frente a las imposiciones del capital,
!La lucha continúa!
Nuestra Opinión
La siembra de lucha y articulación colectiva
Foto: Ruy Sposati/Repórter Brasil

El WRM, en su rol de acompañar y apoyar las luchas populares y de base en defensa de los territorios y bosques, ha venido escuchando y aprendiendo de los numerosos encuentros, intercambios, diálogos y visitas con nuestras aliadas y aliados en diferentes regiones del Sur y Norte global. En este andar, hay además una profunda admiración por las innumerables y diversas resistencias que se levantan y se sostienen a pesar de las dificultades más inimaginables.
 
Es a pesar de la violencia que se viene ejerciendo contra sus territorios y contra sus vidas; de la inmensa presión y múltiples planes para expandir aún más el modelo extractivo bajo slogans de ‘soluciones verdes’; del acoso y violencia sexual que sufren muchas mujeres y niñas que viven dentro y alrededor de concesiones extractivistas, en particular de las plantaciones industriales de monocultivo; de la contaminación de sus suelos, alimentos y fuentes de agua; de la intimidación y criminalización; de la marginalización y el racismo estructural; y de tantos otros. Es a pesar de todo esto que las luchas continúan y es a pesar de todo esto que se puede nombrar a la esperanza.
 
Les invitamos a leer una reflexión muy importante de una mujer militante del Movimiento Interestadual de Quebradoras de Coco Babasú, Rosalva Gomes, quien convive con y depende de la recolección de cocos de palmera babasú para subsistir. Ella compartió sus experiencias y aprendizajes sobre la resistencia y sus desafíos, durante un encuentro con líderes y representantes de comunidades en Mozambique, Tanzania y Brasil afectados por las plantaciones industriales de árboles.
 
No hay una receta prefabricada para resistir. Depende de cada territorio, del alcance de cada territorio, dependerá mucho de la fortaleza interna de cada territorio y de la especificidad de cada país, estado y comunidad. Pero existe una estrategia unificadora. Porque de una cosa estamos seguros, si no aportamos fortalecimiento, uniendo fuerzas, sufriremos impactos muy grandes, aún mayores. Ya estamos atravesando muchas dificultades. La unión de las fuerzas entre comunidades y organizaciones es uno de los caminos.”
 
Refiriéndose a la fábrica de Suzano Papel y Celulosa, en Imperatriz, estado de Maranhão, Brasil, que desde 2014 produce anualmente alrededor de 1,65 millones de toneladas de celulosa y 60 mil toneladas de papeles sanitarios, y que junto con las carreteras, el constante transporte de madera y la afluencia masiva de trabajadores, ocasiona mucha devastación para las poblaciones de la zona, nos cuenta:
 
“En la comunidad de Curvelandia, acá cerca de Imperatriz, de trabajadoras  y trabajadores rurales, comenzó el conflicto con los camiones que transportaban troncos de eucalipto. Antes, estos camiones pasaban por un camino atrás de la comunidad, pero ahora querían pasar a través la comunidad. El primer día, la comunidad se organizó, se juntó y cerró la vía. La policía llegó con aire de superioridad, queriendo proteger a la empresa. Pero la comunidad cerró el camino. Llegó la empresa, se iniciaron las negociaciones y la comunidad exigió una reunión, porque no estaba siendo escuchada. Luego de mucha insistencia, se dio una reunión con la empresa Suzano, le pidieron que los camiones ya no pasaran por allí. Mientras tanto, las organizaciones de apoyo estaban pensando formas de comunicar y alertar sobre ese caso. Porque algo que no les gusta a estas empresas es la visibilidad de sus crímenes. Hicimos un video contando la historia, armamos una denuncia y ahora la estamos remitiendo al consejo nacional de derechos humanos. Los camiones se redujeron. Pero la empresa trató de intimidar, estaba mirando, dando el mensaje de 'estamos alerta'.
 
¿Cómo lograron esto? Toda la gente de la comunidad participó, habían hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, todos en la comunidad. Firmaron una petición, archivaron un protocolo en el municipio. No consultaron a nadie. Es un proceso lento. El levantamiento tiene que empezar desde adentro hacia afuera. No hay mayor fuerza que esa. Las organizaciones de apoyo ayudan mucho, pero esa fuerza desde adentro, esa dedicación, esa constante advertencia, ese saber cómo advertir, el dejar el mensaje, articular a tal o cual persona para participar… Ese camino nuestro tiene una fuerza mucho mayor, fortalece a las fuerzas que nos ayudan.
 
Entonces, hablamos de resistencia, de resistencia, pero necesitamos encontrar la manera de enfrentarlo, porque muchas veces solo soportamos, ¿no es cierto? Pero hay que afrontar nuestras situaciones, tener en cuenta nuestros propios contextos, imponernos de alguna manera.
 
La siembra de lucha y articulación colectiva son dos estrategias, según las especificidades de cada región y país, que vemos que sí funcionan.”
 
 
¡Seamos todas y todos parte de la resistencia colectiva desde nuestros propios contextos y espacios de lucha!

 
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La coerción del megaproyecto de la Nueva Ciudad Capital de Indonesia y el abandono del Pueblo Balik
Foto: Una vista aérea del distrito de Sepaku en North Penajam Paser, East Kalimantan, del 28 de agosto, 2019
(Reuters a través de Antara / Akbar Nugroho Gumay)


Este artículo también está disponible en Bahasa Indonesio
 
El gobierno de Indonesia planea trasladar su ciudad capital de Yakarta, en Java, a la isla de Borneo durante el primer trimestre de 2024. La ubicación elegida para este megaproyecto inmobiliario es una zona dividida entre la Regencia Penajam Paser Norte y la Regencia Kutai Kartanegara en la provincia de Kalimantan Oriental, en Borneo. El gobierno planea transformar 200.000 hectáreas de bosque para la nueva sede administrativa del país. Este proyecto se suma a las concesiones ya existentes en la zona para minería, extracción maderera y plantaciones de palma aceitera, que han afectado enormemente las selvas tropicales de Borneo y las comunidades que dependen de los bosques.
 
El pueblo Balik vive al medio del lugar del proyecto de construcción de la nueva capital. Este artículo destaca sus voces. El pueblo Balik está distribuido en varias aldeas, como la de Pemaluan con 64 familias, las aldeas de Sabut, Harapan Baru y otras del distrito de Sepaku. Su jefe tradicional, Jubain, predice que la llegada de migrantes será motivo de conflictos, en tanto habrá un traslado masivo de personas hacia la nueva capital. Mientras, las comunidades ya han comenzado a sufrir por los acaparamientos masivos de tierras.
 
La historia de Jubain y del Pueblo Balik en Borneo
 
Una mañana, Jubain (56), un jefe tradicional del Pueblo Balik, llegó a la ciudad de Balikpapan junto con otros miembros de la comunidad, invitados por el presidente de Indonesia, Jokowi, a una reunión con los líderes de las comunidades de Kalimantan Oriental. La reunión fue planeada paralelamente a la visita del presidente al sitio propuesto para instalar la Nueva Ciudad Capital (IKN, Ibu Kota Negara) y a la inauguración de la autopista Balikpapan-Samarinda, el 17 de diciembre de 2019. Sin embargo, en lugar de que la reunión fuera una instancia en que las comunidades tuvieran la oportunidad de comunicar sus opiniones, Jubain y los demás líderes no pudieron ni acercarse a la sala de reuniones.
 
 “Ni siquiera podías acercarte, y mucho menos entrar. Así que simplemente nos sentamos afuera de la sala de reuniones”, se lamentó Jubain. Posteriormente se enteró de que no hubo espacio para realizar preguntas en la reunión y por lo tanto el público no tuvo la oportunidad de expresar ninguna pregunta o inquietud.
 
Sin duda que el jefe del Pueblo Balik estaba decepcionado. “Vivimos exactamente en el mismo lugar donde se va a construir la Nueva Ciudad Capital, en el anillo uno. Si quieren adueñarse de nuestra aldea, ¿adónde iremos? preguntó Jubain. “Él [el presidente] es el gran jefe. Si no quiere escuchar las críticas del público y las comunidades, seguramente todos estamos en un gran problema”, continuó.
 
De hecho, la comunidad Balik de Jubain se encuentra entre quienes sufrirán los impactos del megaproyecto de la nueva ciudad capital, mientras que los funcionarios gubernamentales y los empresarios se encuentran ciertamente entre quienes disfrutarán sus beneficios. Consciente de eso, Jubain expresó: “Si estas personas son de la élite y del mundo de los negocios, estarán encantadas con la idea”. Dahlia, una bailarina de la comunidad Balik, posee un estudio de arte en la aldea de Harapan Baru, y dijo que aunque el proyecto de la nueva ciudad capital aún no se ha implementado, ya es posible sentir los problemas que genera. “No puedo imaginar qué pasará cuando el proyecto esté listo para ser implementado”, manifestó. “Pero es inútil, nadie quiere escuchar nuestras voces. Quiero llorar y gritar. Me siento colonizada aunque estemos en un país libre e independiente”.
 
Jubain explicó que tan pronto como el gobierno designó al distrito de Sepaku como candidato para la Nueva Ciudad Capital, comenzaron a surgir disputas por la tierra. “El mayor problema es el tema de la tierra”, reflexionó. Antes de que el proyecto llegara al distrito, la aldea estaba a salvo. “Antes, nadie pensaba que su tierra era muy valiosa. Ahora, por ejemplo, los terrenos de 15x20 metros cuadrados ya valen decenas de millones de rupias indonesias, cuando antiguamente el precio más alto era de solo ocho millones [alrededor de 550 dólares]”, dijo. Ahora, cuando la tierra está certificada, es decir, medida y registrada por el gobierno, su precio podría multiplicarse y llegar a mil millones de rupias indonesias [alrededor de 69.000 dólares] por hectárea.
 
Las comunidades de este distrito ya sufrieron bastante durante el período de extracción maderera llevado a cabo por la International Timber Company Indonesia (ITCI) y PT ITCI Hutani Manunggal (IHM). La presencia del megaproyecto de la Nueva Ciudad Capital empeora las cosas. Jubain añadió con pesar que “[la Nueva Ciudad Capital] formará una barrera que poco a poco destruirá y borrará la cultura tradicional del Pueblo Balik”.
 
La concesión de la Nueva Ciudad Capital se superpone a la tierra de la comunidad Balik
 
Jubain informó que la zona de la Nueva Ciudad Capital está en las concesiones de IHM e ITCI. Esta zona es parte del asentamiento del Pueblo Balik. “La concesión de IHM está a unos 200 metros de mi casa”, afirmó, y continuó: “Hablé con el funcionario de relaciones públicas de la empresa IHM y me dijo que la zona designada como ciudad capital ha sido custodiada por las autoridades”.
 
Poco después que el lugar donde está la aldea de Jubain fuera designado como candidato para la Nueva Ciudad Capital, un grupo de personas llegó a Pemaluan para medir y registrar las tierras de la comunidad. Tienen un programa para certificar 1.000 parcelas para residentes que viven en la zona del proyecto. “Tengo unas 5 hectáreas que ahora están en la zona de la concesión, solía ser el jardín de nuestros padres. Estuvimos aquí primero. Llevamos mucho tiempo aquí. ¿Cómo es que de repente aparece un mapa con esta concesión?”, preguntó Jubain. Criticó que la gente de Pemaluan ni siquiera fue consultada sobre los planes de una Nueva Ciudad Capital.
 
La historia de esta zona revela que el Pueblo Balik la ha habitado durante mucho tiempo y en ella ha desarrollado sus tradiciones y cultura por generaciones. “No estamos en (la zona de) la empresa, es la empresa la que está en la tierra de nuestro pueblo”, declaró Jubain.
 
Además de la tierra que el gobierno ha destinado a las concesiones madereras, hay diversos intereses que presionan para que las tierras de los residentes de Pemaluan estén disponibles para este nuevo proyecto. “Ahora ya hay varios residentes en Pemaluan que vendieron sus tierras”, lamentó.
 
También expresó su profunda decepción con el gobierno de la Regencia de Penajam Paser Norte cuando se definió el proyecto de la Nueva Ciudad Capital en su zona. El gobierno no se comunicó con los residentes ni con la comunidad Balik. “El regente aceptó de inmediato liberar y limpiar el terreno para el proyecto. ¿De qué tierras están hablando? Ése es el problema. No conocen los problemas internos y los impactos en la gente”, expresó Jubain.
 
Las tácticas de los jefes de los pueblos tradicionales
 
Jubain es reconocido oficialmente como el jefe tradicional de la institución consuetudinaria Regencia de Penajam Paser Norte por el gobierno local, y fue elegido oficialmente por su comunidad en 2017. Sin embargo, en la aldea de Sabut, el jefe consuetudinario fue designado por la ciudad de Balikpapan. “Sin elecciones”, dijo, “De repente, hay un jefe en la aldea. Es el forastero quien decide y nombra al jefe consuetudinario”. Según Jubain, obviamente hay interés en aprovechar esto.
 
Jubain explicó que lo habían visitado personas que afirmaban ser miembros de la comunidad Balik. Sin embargo, ninguna de estas personas hablaba la lengua Balik. Afirmaron querer ayudar a los locales a obtener su tierra consuetudinaria. Jubain se negó cortésmente, diciendo que no podía tomar decisiones por su cuenta porque hay otros jefes tradicionales en el nivel de la regencia. Que si ellos decían que sí, entonces Jubain también estaría de acuerdo.
 
Si bien admitió que su visión sobre la presencia de la Nueva Ciudad Capital es diferente a la de las instituciones tradicionales del distrito, cree que es necesario prestar atención a los impactos a futuro. Le preocupa la gente de otros lugares y ciudades que vendrá a éstas, sus tierras. “Nos preocupa que esas personas sean grandes empresarios. Nuestros valores, hábitos, cultura, idioma, se perderán. Si nos quitan nuestras tierras y nos separan, no sabemos adónde ir”, expresó Jubain.
 
La destrucción comenzó con la llegada de ITCI e IHM
 
El ajetreo de las actividades de tala llevadas a cabo por la empresa, explicó Jubain, también tiene incididencia en los cambios socioculturales de la comunidad. Recuerda su infancia cuando la empresa ITCI comenzó a funcionar a finales de la década de los sesenta. ITCI comenzó construyendo carreteras e instalaciones portuarias. Ahora esta empresa tiene una zona de concesión de 173.395 hectáreas, que están en el anillo dos del proyecto Nueva Capital. El presidente de la ITCI es el hermano menor de Prabowo Subianto, el Ministro de Defensa. En 2012 la empresa recibió un Permiso Comercial de Utilización de Productos Forestales Madereros (IUPHHK-HA).
 
Sukanto Tanoto es otro concesionario de la zona central del sitio del proyecto Nueva Ciudad Capital. Adquirió la concesión de Hashim Djojohadikusumo en 2006. Posee un permiso especial para explotar la madera de las plantaciones industriales (IUPHHK - HT) de PT. International Timber Corporation Indonesia Hutani Manunggal (PT. ITCI HM). Esta concesión cubre una superficie de 161.127 hectáreas, de las cuales 5.644 hectáreas se superponen con la zona núcleo del sitio del proyecto Nueva Capital.
 
De 1972 a 2006, Jubain y la gente de su aldea se vieron obligados a respirar permanentemente el polvo derivado de la carretera, que solo se detenía cuando llovía. “Se trabaja día y noche acarreando madera. Se puede decir que cada 10 minutos pasan sus grandes flotas de camiones”.
 
La carretera creada por la empresa ITCI dividió la aldea de Jubain. “No queda nada ahí”, comentó. Esta empresa hizo una zona de almacenamiento abierta (manampung) en el puerto, que abarca alrededor de 5 hectáreas. Allí apilan grandes troncos que transportan al Distrito Sepaku y sus alrededores.
 
En la aldea de Pemaluan, contó Jubain, la deforestación fue desenfrenada entre 1984 y 1985. Los camiones madereros y los carros con atados de madera rugían todos los días. La gente de la compañía cortó sin piedad el bosque alrededor de la aldea. A los lados de los caminos el bosque quedó completamente talado. “Una vez que la empresa entró en nuestra tierra, perdimos nuestros medios de vida, nuestros bosques, todo quedó pelado porque cortaron los árboles”, lamentó Jubain.
 
La pérdida de la cultura
 
Jubain explicó cómo el pueblo Balik solía vivir en los bordes de los bosques y ríos. Sus padres y madres solían vivir del bosque. Las actividades diarias consistían en buscar resina, ratán y hacer tejas de madera para el techo. “Los productos se vendían en la ciudad de Balikpapan”, recordó.
 
La destrucción del bosque también provocó que la tradición mulun (medicina tradicional Balik) se erosionara o se perdiera. Jubain sugirió que existe una estrecha relación entre la pérdida de las tradiciones en materia de medicinas y la pérdida de los bosques como espacios de vida. “La cultura comenzó a desaparecer cuando hubo una gran deforestación aquí”, explicó.
 
También recuerda la época en que él y su difunto padre vivían de la agricultura que practicaban en los alrededores de la aldea. Él mismo fue testigo de la deforestación cuando trabajaba en la recolección de ramas de madera que la empresa utilizaba como combustible para la producción de madera contrachapada.
 
Según él, la gente de la empresa lo controlaba todo. “No pudimos hacer nada porque sabíamos que durante la era militar, la era de Suharto, los guardias tenían complicidad con el ejército. Entre 1985 y 1986 temíamos que nos impidieran trabajar con la madera, con nuestras motosierras, a menos que fuéramos de la empresa”, expresó.
 
Sin embargo, algunos habitantes del pueblo fueron seducidos a unirse en la búsqueda de la madera que no había sido llevada por la empresa. “Algunas personas del pueblo fueron llevadas a la policía por robar madera en la zona de la empresa”, contó Jubain.
 
Y no solo se trató de la deforestación de su espacio vital; para entonces, a la empresa no le importaba el pueblo Balik en términos de, por ejemplo, la educación.
 
Jubain dijo que la empresa ITCI tiene su propia escuela, pero los niños del pueblo no pueden ir allí. Solo quienes son trabajadores permanentes de la empresa pueden recibir educación en las escuelas de ITCI. Además de los empleados, pueden inscribirse también quienes paguen la matrícula y las tarifas, algo que obviamente resulta difícil para los aldeanos. La vida de la gente de la aldea y de la gente de la empresa es inversamente proporcional. “La gente de la empresa es rica y vive una vida muy cómoda”, manifestó.
 
Antes de ser elegido por la comunidad Balik como jefe del adat o jefe tradicional, había servido como wakar o guardia de vehículos de equipamiento pesado en la empresa contratista IHM. Hizo esto para ganarse la vida, algo que resultaba difícil debido a la presencia de la empresa.
 
Según Jubain, todo esto comenzó porque la gente piensa que la comunidad Balik no existe en la zona de bosque de Sepaku. “Habían helicópteros sobrevolando la zona, se dijo que estaban haciendo un mapa. Pero tal vez porque lo vieron desde el aire, no sabían que había gente viviendo abajo, el Pueblo Balik”, dijo Jubain. Además, continuó, “la casa de nuestros padres solía tener techo de paja. Todo es verde desde arriba, por lo tanto, es posible que la gente de la empresa no viera que hay casas aquí abajo”.
 
Después de que la empresa ITCI deforestara todos los bosques en 2006, parte de su concesión cambió a ITCI Hutani Mandiri (IHM), que plantó árboles de acacia para la obtención de madera. “Las especies de acacia mueren después de los cinco años, así que cosechan cada cinco años”, contó Jubain.
 
Esta empresa se apoderó de la tierra del Pueblo Balik. El lugar donde los Balik solían hacer agricultura y cultivar frutas de repente quedó dentro de la concesión de la empresa. “Primero vino ITCI, luego IHM, y entonces no quedó nada para nosotros. Ahora se suma otro plan con el establecimiento de la Nueva Ciudad Capital (IKN)”, expresó Jubain. Él cree que se trata de una atrocidad política.
 
Cultivos de propiedad comunitaria destruidos por la empresa
 
El 22 de noviembre de 2019, el Pueblo Balik se sorprendió al ver una excavadora de equipo pesado perteneciente a PT ITCI Hutani Mandiri (IHM). Los cultivos de los residentes locales, como las plantas de caucho, fueron retirados por la empresa IHM. La tierra agrícola de la gente cerca del río Karnain quedó destruida. La aldea Balik también ha sido designada como parte de la zona central del sitio del proyecto Nueva Ciudad Capital.
 
Un residente de Pemaluan, Menyu, dijo que su zona fue desalojada sin notificación previa. “Nuestra tierra agrícola, que cubre un área de aproximadamente 2 hectáreas donde tenemos 600 árboles de caucho, 10 palmeras y 20 cocoteros, fue arrasada”, contó Menyu. No habían llegado a un acuerdo. La empresa quería compensar con 2 millones de rupias indonesias [alrededor de 140 dólares], pero los residentes se negaron. “La empresa IHM está replantando actualmente la zona [con plantaciones industriales de árboles]”, dijo Jubain.
 
Menyu explicó que el pueblo Balik tiene una profunda tradición agrícola, como otras comunidades de Kalimantan. El sistema se basa en el concepto de agricultura rotativa. Después de la cosecha, la tierra se deja reposar por algunos años, y cuando se recupera y es fértil, el agricultor vuelve a replantar cultivos agrícolas.
 
 “Cuando se deja que la tierra se recupere, generalmente los residentes vuelven a cultivar frutas, como durian lai y tamarindo, o payang, que parece una pelota de béisbol”, dijo Menyu. Según él, los árboles frutales son una marca o símbolo de que la tierra pertenece a la zona de manejo consuetudinario. “Ésta es la señal de la legalidad del pueblo Balik”, dijo.
 
Ahora, sin embargo, es difícil probar la legalidad de la zona ya que la empresa lo ha desalojado todo. “Esto está en la zona de Sabut, a la izquierda, si vamos a Sepaku, hay frutas por todas partes, hay durian lai, langsat, rambutan, cientos de hectáreas. La gente ahora está tratando de demandar [a la empresa por destruir sus árboles frutales]. La Brigada Móvil fue enviada para intimidarnos”, advirtió Menyu. La Brigada Móvil es la división militarizada de la policía de Indonesia. Conocidos como BRIMOB, en este momento son uno de los aparatos de seguridad más equipados del país. El gobierno ha categorizado el proyecto Nueva Ciudad Capital como un “proyecto estratégico nacional” y, por lo tanto, el BRIMOB también está a cargo de su “seguridad”.
 
Tradicionalmente la zona fue administrada por residentes mucho antes de la independencia de Indonesia. La tierra administrada por los residentes se encuentra en el ecosistema del río Pemaluan y sus afluentes. Sin embargo, “los habitantes ya no pueden abastecerse de estos ríos, principalmente por los cambios en la calidad del agua, que está empeorando”. Según Jubain, eso se relaciona con la actividad forestal que realiza la empresa. Asimismo, “en cuanto la empresa construyó las carreteras, los residentes se trasladaron siguiendo el camino”, explicó Jubain.
 
Jubain recordó que antes de la llegada de las empresas, nunca les faltaba agua porque los ríos les proporcionaban el agua limpia que necesitaban. La alteración comenzó a sentirse a partir de la década de los noventa.
 
Durante décadas el pueblo Balik ha enfrentado los impactos provocados principalmente por las empresas madereras, y a pesar de la magnitud de la destrucción causada por las operaciones de extracción maderera, la comunidad Balik ha logrado permanecer en sus tierras, sobrevivir y mantener viva su cultura. El plan de trasladar la capital a su territorio constituye una grave amenaza para toda la región y debe ser detenido antes de que suceda.
 
Abdallah Naem,
Activista y periodista en Indonesia

 
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Megapinería en la Patagonia Argentina:
Invasión territorial, incendios y falta de agua

Ilustración: Sofía Calvo

Marzo de 2021 fue un infierno para comunidades de la región andina de la Patagonia argentina. Incendios voraces azotaron el territorio, cuatro personas murieron y cientos de familias perdieron sus casas y medios de vida. Desde comienzos de diciembre de ese mismo año, se repite una situación similar. La región, ubicada en el oeste de las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut, está recostada sobre la cordillera de los Andes y limita con Chile. A partir de 1970, la política de Estado fue reemplazar bosque nativo por plantaciones de pinos exóticos de rápido crecimiento. No se tuvo en cuenta el carácter de invasión de las plantaciones industriales ni su propagación descontrolada.

Estos monocultivos fueron pretexto para el despojo y apropiación de tierras de comunidades indígenas mapuches. (1) Un caso que cobró relevancia en los últimos meses es el de las plantaciones de pinos del empresario Rolando Rocco, cerca de la localidad de El Bolsón, en Río Negro. Desde septiembre de 2021, la lof (comunidad mapuche) Quemquemtreu lleva adelante una recuperación del territorio ancestral. La acción fue respondida con extrema violencia: no sólo el gobierno estableció un férreo bloqueo policial, sino que el 21 de noviembre dos jóvenes de la comunidad fueron atacados con armas de fuego: uno de ellos murió y el otro fue herido de gravedad. Dos hombres vinculados a las plantaciones fueron detenidos por este crimen. (2) El joven mapuche asesinado era Elías Garay Cayicol, de 29 años. En ese mismo lugar, en 1993, mataron a la abuela mapuche Lucinda Quintupuray, por negarse a vender sus tierras, y luego a su hijo; crímenes que nunca se investigaron. (3)  
 
“El llamado Plan Forestal despojó del territorio a varias familias mapuches”, dice Mirta Ñancunao, de la Comunidad Mapuche Las Huaytekas, en Río Negro. “Quienes aún permanecemos en el territorio, contamos con claras evidencias y vivencias asociadas a la imposición, sometimiento, atropellos, despojos, desplazamiento forzados, procesos judiciales, modificación de hábitat, alteración de ecosistemas y fuentes hídricas, pérdidas de espacios de pastoreo de animales, de recolección de lawen [medicina mapuche], frutos, leña”, cuenta. Y advierte que 50 años después, sobreviven como ‘intrusos’ en un bosque invadido por pinos, en parcelas reducidas y en conflicto judicial.
 
A pesar de estos impactos, el gobierno argentino continúa subsidiando plantaciones industriales, con el argumento ya no sólo del supuesto desarrollo económico, sino también, como política contra el cambio climático. De las 1,3 millones de hectáreas actuales -100 mil de las cuales están implantadas en la Patagonia- se propone llegar a 2 millones en 2030. (4)
 
Sembrar plagas
 
Los pinos reemplazan al bosque nativo en un proceso prácticamente irreversible por la magnitud con que se reproducen, por la velocidad con la que crecen y por el rebrote luego de incendios forestales. Los pinos apagan la biodiversidad de la región: inhiben el crecimiento de otros vegetales debido a las sustancias que segregan y a que desecan el suelo. La invasión en curso se puede observar en numerosos parajes del bosque andino-patagónico. Las semillas llevadas por el viento germinan hasta entre los lengales de altura y en no pocos casos se han encontrado ejemplares creciendo a decenas de kilómetros de la plantación original. (5)
 
Pinos e incendios forestales
 
En las plantaciones de pino el fuego se propaga cinco veces más rápido que en el bosque nativo y treinta veces más rápido que en los arbustos de la estepa. Las semillas de pino resisten al fuego y germinan muy bien después de un incendio. De 1000 pinos por hectárea en una plantación brotaron 21.000 luego del incendio de 2012, de acuerdo a un estudio de la Universidad Nacional del Comahue. Cada incendio genera más masa combustible y da lugar a incendios más voraces.
 
El cambio climático además produce más sequías, calor y vientos extremos. En este contexto, continuar con el programa de plantaciones masivas equivale a multiplicar escenarios para próximas catástrofes.
 
Pinos y Agua
 
Varias ciudades cordilleranas de la Patagonia argentina fueron rodeadas con los mal llamados ‘bosques comunales’, en realidad, plantaciones de pino ponderosa. En su mayor parte, fueron sembrados con el argumenot de que contribuirían a fijar laderas y a disminuir la presión sobre el bosque nativo, y supuestamente, para generar una industria regional sin depender de las maderas del norte del país.
 
A su vez, en las últimas dos décadas desaparecieron pequeñas surgentes de agua usadas por vecinos. Tal es el caso de la ciudad de Esquel, en Chubut, donde la comunidad primero pensó que podría ser una consecuencia del cambio climático. Luego advirtieron que las fuentes de agua se secaban al mismo tiempo que crecían las plantaciones.

 
Un número cada vez mayor de trabajos de investigación, y más aún de problemas sociales y territoriales, alertan sobre la enorme consumo de agua de las especies exóticas (como el pino) en comparación con el bosque nativo o con los pastizales y arbustos de la estepa. En una revisión de más de 500 cuencas hidrográficas a escala global se advirtió sobre la drástica disminución de caudales allí donde hay plantaciones, siendo mucho más marcada en las zonas secas. Con plantaciones de pinos, el caudal disminuyó el 40%; con eucaliptus, el 75% en promedio. Se demostró, además, que la enorme demanda de nutrientes del suelo altera la calidad química del agua superficial y subterránea. (6)
 
Para anticipar lo que puede llegar a ocurrir del lado argentino de la cordillera de continuar el Plan Forestal es oportuno ver las consecuencias del otro lado de los Andes, en el Gulu Mapu, donde la superficie de pinos y eucaliptus ha llegado a los 3 millones de hectáreas.
 
En el centro-sur de Chile, el Gulu Mapu (territorio mapuche), tanto investigadores como las comunidades locales advierten que los monocultivos de pinos y eucaliptus contribuyen más que el cambio climático a la merma de caudales. Impuestos durante la dictadura de Pinochet, en la actualidad han alcanzado un nivel de invasión imposible de detener.
 
Las comunidades mapuches y campesinas del sur de Chile, -rodeadas cuando no invadidas o expulsadas para establecer plantaciones a escala industrial-, fueron las primeras en padecer las consecuencias del modelo.
 
“… El gran flagelo que enfrentamos hoy es el de las forestales, que sin piedad arrasan la vida natural con sus plantaciones exóticas en nuestra Mapu. Miles de hectáreas de pino y eucaliptos que además de extinguir todo elemento, flora y fauna nativa, va irremediablemente secando los cursos de agua más cercanos”, relataba en 2012 Rumian Lemuy, de la Comunidad Williche Kiyemtuain. (7)
 
Las plantaciones han transformado por completo el paisaje del sur de Chile y son la principal causa de conflicto actual; la única respuesta del gobierno fue militarizar la región y declarar estado de sitio. Durante los primeros días de noviembre de 2021, dos comuneros mapuches fueron asesinados por las fuerzas del Estado. (8)
 
Efectos en el río Chubut
 
El río Chubut nace de numerosos arroyos en la zona cordillerana y recorre la provincia argentina del mismo nombre de oeste a este, hasta el Mar Argentino. Las nacientes están en el límite entre el bosque y la estepa, una franja de unos 350 km de longitud. En esa región, sólo el grupo italiano de la marca de ropa Benetton ha implantado más de diez mil hectáreas de pino ponderosa y continúa plantando.
 
Un trabajo reciente en esa zona mostró que la transpiración en las plantaciones de pinos adultos llegó hasta el 73% del flujo total de agua, mientras que en la estepa arbustiva fue solo del 10%. “Las plantaciones de pinos en la Patagonia semiárida evaporan todas las precipitaciones, resultando en cero drenaje profundo y cero recarga de agua subterránea”, concluye el estudio. (9) Estos datos muestran que si continúa la plantación masiva de pinos en las cabeceras de cuenca disminuirá aún más el caudal del río Chubut, en bajante por disminución de las precipitaciones.
 
¿Por qué tanto pino ponderosa?
 
El 87% de las plantaciones en la Patagonia andina son de pino ponderosa y en la provincia de Chubut alcanzan al 96%. Los aserraderos no los quieren porque sobreabundan, su madera no es apreciada en carpintería, no sirve para postes, ni columnas ni como leña. Entonces ¿por qué y para qué tanto pino ponderosa?
 
El ponderosa crece en Patagonia al doble de la velocidad que en América del Norte, de donde es originario. Los plantines son viables en un 100% incluso durante años secos, lo que permite cobrar el subsidio estatal al finalizar el primer año del proyecto. El pino oregón, de madera equiparable a la del ciprés autóctono, en cambio, no soporta bien la sequía, por lo que para completar el plantel hay que replantar durante cuatro años. Recién entonces el plantador puede cobrar el subsidio. Por tanto, la motivación es obtener dinero en el menor tiempo posible. Esto incentiva plantaciones masivas sin considerar ni siquiera el uso final que se le dará a su madera.
 
Pero además, hay otras motivaciones. Como sucedió en Chile, Uruguay y en el norte de Argentina, detrás de los pinos y eucaliptos vienen las fábricas de celulosa y sus secuelas de contaminación hídrica. Un tema generalmente silenciado para no levantar anticipadamente resistencias sociales. Voceros del sector declaran enfáticamente que las plantas de pulpa de celulosa están excluidas del Plan Forestal en la Patagonia. Sin embargo, ese fue el propósito manifiesto desde que se comenzó con las plantaciones en los 70; las fábricas se ubicarían sobre el río Chubut, cerca de El Maitén. (10) En un artículo publicado en el diario La Nación, en 2016, explican que el objetivo de la Compañía de Tierras del Sur -grupo Benetton-, es precisamente ese: “Cuando llegue el momento, darán madera de mucho mejor calidad que la del NEA (Noreste argentino), más apta para fibra celulosa”. (11) Teniendo el río Chubut y al menos un municipio cautivo a mano (como el Maitén, donde la mayor parte del ejido urbano es propiedad de Benetton, que además cuenta con el apoyo del poder político) no es difícil prever lo que puede llegar a ocurrir en las próximas décadas ni quienes van a ser los primeros perjudicados por el agua contaminada.
 
Invasiones biológicas, académicas, institucionales
 
El reemplazo de la vegetación nativa por plantaciones industriales tiene impactos múltiples, cuya magnitud es imposible visualizar si no se los considera en su conjunto y en sus interacciones mutuas. Sin embargo, ni la academia ni las diferentes reparticiones del Estado se comunican entre sí para acordar metas cuyos efectos luego no haya que lamentar. Incluso dentro de los mismos organismos del Estado las opiniones divergentes raramente o nunca se debaten en forma abierta. Por lo que la política forestal, de áreas protegidas, hídricas, de tierras fiscales terminan siendo definidas independientemente unas de otras por funcionarios obedientes antes que nada a las presiones de los intereses económicos.
 
La continuidad del Plan Forestal se aseguró con la formación de ‘recursos’, así llamados los egresados de la facultad de Ingeniería Forestal de la Universidad Nacional de la Patagonia. Recursos humanos para recursos forestales. El Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) y la facultad de Ingeniería Forestal, con el apoyo de la agencia alemana GTZ y sus operadores en los gobiernos provinciales impusieron el modelo forestal de plantaciones en curso y la necesaria legislación favorable. Algo similar ocurrió con la ‘pinocracia’ en la provincia de Neuquén. Este  ‘desarrollo’ forestal impuesto a mega escala no es más que otra forma de invasión territorial y de extractivismo.
 
¿Qué hacer?
 
Es sumamente irresponsable continuar promoviendo las plantaciones, incluso fuera del bosque, en la zona intermedia hacia la estepa. Lo peor que podemos hacer es ‘naturalizar’ este paisaje artificial y no ver todo lo que viene detrás: más sequía, acumulación de combustible para incendios cada vez más devastadores; y la contaminación de ríos por plantas de celulosa en un próximo futuro.
 
Como bien se ha dicho, no es una cuestión con los pinos, es una cuestión con la escala, con las dimensiones, con la megapinería.
 
La siembra de plagas debe ser detenida. Las plantaciones que sean realmente necesarias deben estar precedidas por consulta previa e informada (Art. 169 OIT) a los pobladores potencialmente afectados y del respectivo estudio de impacto ambiental. La política forestal debe estar integrada dentro de una política territorial más vasta, que antes que nada cese de expulsar gente de la tierra y de criminalizar comunidades que recuperan algo de lo que fue su territorio ancestral.
 
La expansión de las plantaciones preocupa a no pocas comunidades mapuches, tal como lo expresaron en el Parlamento por el Agua y el río Chubut, en El Maitén, a inicios de 2020: “Cuando carecemos de kizungenewün (decidir por uno mismo) padecemos las consecuencias de la imposición de este sistema capitalista extractivista. Así se imponen las plantaciones de pino, que generan sequías y destruyen los árboles nativos, se propagan fácilmente y son altamente inflamables”. (12)  
 
Es urgente detener las proliferaciones de pinos fuera de control en muchos sectores. Las acciones vecinales, individuales y colectivas, son importantes para frenar la propagación hacia áreas no invadidas o recuperar otras invadidas (en este folleto se sugieren  acciones simples para extraer pinos pequeños o secar ejemplares en pie). Tienen una enorme importancia educativa los encuentros para atajar la invasión o recuperar sitios específicos y favorecer la recolonización con ejemplares autóctonos. Recientemente se presentó en Esquel un proyecto de ordenanza para reemplazar de a poco los mal llamados “bosques comunales” de pino que rodean a la ciudad por árboles autóctonos. El rukatún (minga o trabajo colectivo comunitario por el bien común) es siempre ocasión para crear solidaridad, comunidad, conciencia de lo que es de todos, de los bienes comunes, de la mutua interdependencia. Y todo lo que la creatividad y amor a la tierra vaya sugiriendo.
 
Aguayala, Argentina
Colectivo de investigación, difusión y acción sobre el agua -como bien común- en Abya Yala, con especial referencia a la región andino-patagónica, integrado por vecinxs, comunerxs mapuche, científicxs, empleadxs o ex del sector forestal, militantes de asambleas, comunicadorxs, artistas; con base en Esquel y la Comarca del Paralelo 42.
 
Este artículo sintetiza el contenido de la publicación “Bienvenidos a Pinolandia
Agua, pinos, y territorio Efectos (hídricos) de la pinificación del territorio”. Acceda a la publicación completa aquí. Allí podrá ampliar la información y encontrar las referencias biobliográficas completas.
 

(1) La forestación como instrumento de despojo, 2011.
(2) “El crimen privatizado”, Susana Lara, El Cohete a la Luna, 21 de noviembre de 2021
(3) Tierras robadas en Cuesta del Ternero: el crimen impune de Lucinda Quintupuray y su hijo
(4) Plan Estratégico Forestal y Foresto Industrial 2030
(5) Patricio Segura. 2016. Plantaciones forestales: ¿La marea verde que amenaza a Aysén?
(6) Katheen A. Farley, Esteban G. Jobbágy y Robert B. Jackson. 2005. Effects of afforestation on water yield: a global synthesis with implications for policy. Global Change Biology 11(10): 1565-1576.
(7) Rumian Lemuy. Comunidad Wiliche Kiyemtuain. 2012. Desde la Cosmovisión Mapuche: El Agua de la Mapu está en grave peligro. El Ciudadano 22 de marzo de 2012.
(8) Chile: Carabineros asesinaron a dos comuneros mapuches
(9) Mayra Milkovic, José M. Paruelo y Marcelo D. Nosetto. 2019. Hydrological impacts of afforestation in the semiarid Patagonia: A modelling approach. Ecohydrology
(10) Susana Lara. El velo protector del Estado. Canilla libre para Benetton en Río Negro y Chubut.
(11) Los Benetton, de la moda al pino ponderosa
(12) Proclama del Parlamento por el Agua y en Defensa del Río Chubut
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Arbaro Fund: una estrategia para expandir las plantaciones industriales de árboles en el Sur Global



Foto: Publicidad de Arbaro Fund

Lanzado en 2018, el Arbaro Fund fue establecido por dos empresas con sede en Alemania: Finance in Motion y Unique. El Fondo invierte en empresas de plantación de árboles que operan en el Sur global y ya ha recibido millones de dólares para sus planes de expandir este tipo de monocultivos.
 
La falsa afirmación de que plantar monocultivos de árboles ayudará a prevenir el caos climático es cada vez más popular. Y esta falsa afirmación está ayudando a los administradores y fundadores de Arbaro Fund a generar abultadas ganancias. Otros Fondos que emplean argumentos similares y operan de manera similar son el Althelia Climate Fund y el Permian Global Fund. El Althelia Climate Fund centra sus esfuerzos para generar lucros invirtiendo sobre todo en proyectos forestales de los cuales puede vender créditos de carbono. Asimismo, el Permian Global Fund apuesta principalmente a la venta de créditos de carbono forestal. (1)
 
Es importante comprender cómo funcionan estos Fondos y qué se esconde detrás de sus propagandas en la que se muestran preocupados por el clima. Esto es especialmente importante porque surgirán más fondos de este tipo como parte de la nueva tendencia de las llamadas ‘Soluciones basadas en la naturaleza’. Al igual que REDD+, esta última tendencia considera falazmente a las plantaciones industriales de árboles como bosques y como una solución a la crisis climática. Ésta es una oportunidad excelente para fondos de inversión como Arbaro, que pueden acceder a fondos climáticos para expandir monocultivos destructivos mientras se embolsan millones de dólares de ganancias. En realidad, estos Fondos facilitan la expansión de un modelo pernicioso de usurpación de tierras, violencia, contaminación y despojo ... y en consecuencia, generan más caos climático.
 
En marzo de 2020, más de 100 organizaciones de la sociedad civil, incluido el WRM, firmaron una Carta Abierta a la Junta del Fondo Verde para el Clima (GCF, por su sigla en inglés) para expresar su oposición a la solicitud de financiamiento de Arbaro. (3) El Directorio del GCF ignoró las serias preocupaciones expresadas y ese mismo mes aprobó una inversión de 25 millones de dólares en Arbaro. Los planes presentados por Arbaro al GCF son para invertir en plantaciones industriales de árboles en siete países: Sierra Leona, Ghana, Uganda, Etiopía, Perú, Ecuador y Paraguay. Arbaro espera conseguir aún más dinero en el futuro y establecer otras 75.000 hectáreas de plantaciones industriales de árboles.
 
El equipo de administración de Arbaro invirtió en el Fondo 4 millones de dólares de sus propios fondos. También aseguró compromisos de donaciones por un monto de 196 millones de dólares de otros Fondos y bancos, incluido el Banco Europeo de Inversiones, Instituciones Financieras de Desarrollo (como FMO de los Países Bajos y GIZ de Alemania), algunos inversores privados y el Fondo Verde para el Clima. (2)
 
La estrategia de Capital de Inversión (private equity): ¡más dinero para los propietarios!
 
Arbaro es lo que se denomina un ‘fondo de Capital de Inversión’ (private equity), lo que significa que su financiación se compone de inversiones por las cuales los inversores se convierten en co-propietarios. Estos fondos reúnen dinero de inversores externos, junto con una pequeña cantidad propia, para invertir en otras empresas, las denominadas ‘empresas de cartera’.
 
En el caso de Arbaro, el foco de las inversiones está en empresas de plantación de árboles en el Sur global. Compra parte de estas empresas utilizando el dinero proporcionado por el GCF y otros inversores (y los 4 millones de dólares que aportó el equipo de administración de Arbaro). Para poder financiar los planes de expansión de las empresas, fondos como Arbaro suelen obtener nuevos préstamos bancarios, normalmente a través de las empresas de cartera, en lugar de utilizar el propio dinero del Fondo. Los activos de las empresas de cartera se suelen utilizar como garantía para los préstamos bancarios.
 
Al tener que contraer préstamos nuevos significativos y, por lo tanto, tener que pagar cuotas de intereses significativas, la rentabilidad a corto plazo de las empresas de cartera se reduce significativamente. Esta estrategia basada en la deuda, minimiza las ganancias de la empresa sujetas a impuestos. Esto implica ingresos fiscales mínimos para el Estado donde se establecen las plantaciones, y máximos beneficios para los inversores del Fondo de Capital de Inversión. Se supone que esta estrategia asegura que inversores como Arbaro Fund obtengan la máxima rentabilidad, y también aumenta significativamente las posibilidades de que las inversiones vayan mal, ya que las empresas de cartera deben cargar con abultadas deudas.
 
La solicitud de Arbaro Fund al GCF sugiere que las empresas de cartera estarán cargadas de deudas, ya que estiman que sus impuestos a la renta serán muy bajos.
 
Arbaro Fund está constituido para existir por 15 años. En esos años, los inversores externos esperan que las inversiones en las empresas de cartera puedan generar beneficios. Mientras tanto, los pagos que los fundadores de Arbaro recibirán del Fondo no dependen del éxito financiero de las empresas de cartera.
 
La solicitud de Arbaro al GCF dice que si la compañía termina recibiendo la inversión prevista de 200 millones de dólares, los administradores del Fondo obtendrán 26,7 millones de dólares en comisiones garantizadas por ‘administrar’ el Fondo y sus inversiones, independientemente de la rentabilidad de las empresas en las que invirtieron. (4) Esto sugiere pagos garantizados de entre 570% y 660% en comparación con la inversión de 4 millones de dólares de las administradoras del Fondo. El equipo de administración de Arbaro también puede cobrar otras tarifas ocultas a las empresas de cartera por servicios adicionales.
 
Después de los 15 años de vida del Fondo, ni Arbaro ni sus inversionistas tendrán nada que decir sobre lo que sucede con las plantaciones establecidas, o con el carbono ‘almacenado’ en ellas. Curiosamente, la contabilidad de carbono de Arbaro se basa en mantener un stock de carbono “promedio a largo plazo”, que se basa en mantener los árboles en pie. Esta contabilidad tiene una duración de 24 años, con la mayor parte del secuestro de carbono teniendo lugar en los últimos nueve años. Esto es exactamente después que el período de inversión termina. (5)
 
La expansión de las plantaciones industriales
 
El proyecto presentado al Fondo Verde para el Clima se describe como un “Fondo forestal sostenible”. Afirman que “los bosques gestionados de forma sostenible ayudan a proteger el medio ambiente de múltiples formas, incluida la captura de CO2, el combate a la deforestación y la preservación de la biodiversidad”. (6) Pero en realidad su negocio se centra en expandir las plantaciones de monocultivos de árboles a escala industrial. Varias experiencias con similares plantaciones de árboles industriales en el Sur global, en especial en los países en los que opera Arbaro Fund, proporcionan evidencias de los numerosos resultados perjudiciales de tales inversiones en los espacios de vida y los medios de vida de las comunidades. Arbaro afirma que sus plantaciones serán certificadas por el Consejo de Manejo Forestal (FSC, por su sigla en inglés). Eso, sin embrago, no es ninguna garantía, dado el terrible historial de plantaciones certificadas por el FSC involucradas en conflictos de tierras. (7)
 
El Informe Anual de 2020 de Arbaro afirma que para 2021 el Fondo se ha enfocado en la incorporación de nuevos proyectos. (8) Hasta ahora, Arbaro ha realizado inversiones en tres países: Ghana, Sierra Leona y Paraguay, y actualmente prepara una inversión en Ecuador. A principios de 2020, Arbaro y el gobierno de Ecuador, representado por el Ministro de Agricultura y Ganadería, firmaron una carta de intención para facilitar una inversión de Arbaro de hasta 25 millones de dólares en plantaciones industriales de árboles en Ecuador. (9) Además, en octubre de 2021, Arbaro presentó una propuesta al GCF para incorporar a dos nuevos países en los que invertir en plantaciones industriales de árboles: Colombia y Guatemala. Esto significa que Arbaro ahora podría utilizar los fondos del GCF también para expandirse en esos países.
 
Miro Forestry en Ghana y Sierra Leona
 
En Sierra Leona y Ghana, Arbaro Fund ya está involucrado en plantaciones industriales de árboles, a través de la sociedad con una empresa británica llamada Miro Forestry Developments. Al igual que Arbaro, Miro se ha financiado con grandes cantidades de dinero público, principalmente de los bancos de desarrollo europeos, entre ellos FinFund de Finlandia, CDC del Reino Unido y FMO de los Países Bajos. En 2018, Miro recibió 20 millones de dólares de Arbaro Fund, la primera inversión del Fondo.
 
Las empresas de Miro en Sierra Leona y Ghana no poseen las tierras sino que las tienen en régimen de arrendamiento. Algunos de los arrendamientos contienen términos variables, por lo que los pagos por arrendamiento a los propietarios de tierras están vinculados a si se obtienen ganancias por la venta de la madera. (10) En 2019, Miro sufrió pérdidas en sus “activos biológicos” (árboles) después de pérdidas por incendios, sequías y disputas comunitarias. (11)
 
Según el Informe Anual de 2020 de Arbaro “A medida que las plantaciones se expanden y maduran, la empresa [Miro] ha iniciado su fase de industrialización” Además, afirma que, “En 2020 se establecieron las primeras pruebas de su esquema de plantaciones por contrato a pequeños propietarios, con aproximadamente 50 ha plantadas”. (12) La empresa no especifica en qué plantaciones o regiones se llevaron a cabo estos ensayos.
 
En Sierra Leona, las plantaciones de la compañía en el municipio de Yoni cubren más de 21.000 hectáreas de tierra ubicadas en el distrito de Tonkolili, adyacente a la principal carretera que lleva a Freetown, la capital del país. Las plantaciones son principalmente de eucaliptos y acacias. Debido a la proximidad a Freetown y a las importantes instalaciones portuarias de aguas profundas, Miro tiene un acceso privilegiado a los mercados de exportación de madera.
 
Recientemente, el WRM recibió información fidedigna de que los arrendamientos de tierras con las comunidades son por 50 años, y que el dinero que reciben las comunidades por ceder sus tierras por cinco décadas es escandalosamente bajo: 2 dólares por hectárea por año. Esto no solo representa un abuso y una explotación total de las comunidades sino que también hace que su supervivencia como comunidad esté en peligro.
 
Promesas vacías
 
Según miembros de la comunidad, Miro había prometido construir hospitales, pozos para obtener agua potable, ayuntamientos comunitarios, becas para la educación de sus hijos, un servicio de transporte escolar para los niños, maquinaria para mejorar las prácticas agrícolas de las comunidades, así como formación y empleo para sus hijos mayores. Todas estas promesas han sido promesas vacías. Al final, la gente apenas sobrevive con el magro dinero del arrendamiento anual. Además, a los miembros de la comunidad se les prohíbe ingresar a las plantaciones de la empresa, lo que les impide el acceso a algunos ríos y caminos secundarios. El acceso al agua es una gran preocupación para la comunidad. Explicaron que ni siquiera los caciques pueden ingresar a la zona de la empresa sin ser invitados, porque la zona está protegida por guardias.
 
Según un contrato entre Miro y un consejo comunitario, la empresa se compromete a pagar el 5 por ciento de sus ganancias a un Fondo de Desarrollo Comunitario para mejorar las condiciones de la comunidad. Sin embargo, en función de cómo estas empresas organizan sus asuntos financieros, es muy probable que Miro oculte o reduzca significativamente las ganancias que obtiene y, por lo tanto, también evite pagar esta suma a las comunidades.
 
En Ghana, la plantación Boumfoum de Miro cubre más de 10.000 hectáreas y está ubicada en la región de Ashanti. Un informe de 2017 de la ONG Ghanian Civic Response denuncia que Miro obtuvo una concesión de 5.000 hectáreas en la Reserva Forestal de Boumfum sin que se hubiera consultado a las comunidades, lo que provocó conflictos con los pequeños agricultores. El informe explica que las comunidades solo se enteraron de los planes de plantación de árboles de Miro cuando la empresa les dijo que retiraran sus propiedades de la zona. Miro afirma que los pequeños agricultores ocupaban la tierra ilegalmente, y quitaron los predios, los cultivos alimenticios y unos 13.000 árboles. A los pequeños agricultores desalojados no se les pagó ninguna indemnización y, posteriormente, varios han llevado a Miro a los tribunales. (13)
 
Paraguay
 
Las dos inversiones de Arbaro en Paraguay son Forestal Apepú S.A. y Forestal San Pedro. El GCF aprobó los planes de expansión de la empresa en diciembre de 2020. Arbaro ha sido dueña absoluta de Forestal Apepú desde 2019, y la empresa establecerá 6.059 hectáreas de plantaciones de eucalipto en el departamento de San Pedro, que tiene uno de los mayores índices de deforestación de la Región Oriental del Paraguay, así como el mayor índice de pobreza y pobreza extrema del país. Arbaro creó Forestal San Pedro en 2021; la empresa administra 6.270 hectáreas de plantaciones de eucalipto, y tiene planes de establecer otras 1.730 hectáreas en terrenos arrendados, principalmente en el departamento de San Pedro.
 
Una investigación de campo realizada por Heñoi Centro de Estudios en mayo de 2021 expuso los efectos devastadores de estas plantaciones industriales. (14) Un vecino cercano a la plantación principal de Apepú expresó: “Y ahora entró el eucalipto, y ellos dicen que eso va dar provecho, pero al contrario, acá no hay ni un beneficiado, nada de beneficio para los pobres ni para la comunidad. Dicen que van a hacer crecer a la comunidad, pero solo es perjuicio, en vez de ayudar quieren quedarse con nuestras tierras”.
 
Los residentes destacaron cómo la inseguridad en la tenencia de la tierra agrava las dificultades económicas que enfrentan. Uno de los residentes explicó: “Solían haber más personas acá, todo esto era un pueblo (…)con un poco de plata, se compraban a la gente. Antes era más grande la comunidad, ahora está todo ocupado [por plantaciones]. Son muchos los que se fueron, vendieron por poco, o a cambio de una vaca, y eso fue todo”.
 
Las empresas de plantaciones se aprovechan de las difíciles condiciones que enfrentan los campesinos y hacen creer a los pequeños productores que los monocultivos de eucalipto pueden ser una oportunidad para mejorar sus ingresos. Otro problema clave es cómo las empresas se infiltran en las comunidades y las dividen. Una táctica que utilizan es la agricultura por contrato o los sistemas de ‘cultivadores externos’, mediante los cuales los productores plantan eucaliptos para venderlos a la empresa de plantaciones que está en sus propias tierras. Una mujer contó: “Las empresas grandes te rodean, quedan a tu alrededor, y si plantas mandioca ya no sirve, y ahí vienen y te dicen que te van a comprar, te van acorralando. Y con plata le hacen correr al campesinado”
 
Unique, uno de los cofundadores de Arbaro Fund, también lleva adelante un proyecto de plantación de árboles de eucalipto a gran escala en Paraguay, a través de la inversión en una empresa llamada PAYCO. Esta empresa utiliza las plantaciones de eucalipto para apoyar la intensificación de una producción ganadera altamente insostenible (en parte mediante la venta de créditos de carbono) y produce combustible a base de madera, que probablemente sea para secar otro de los productos de PAYCO, la soja transgénica. También ha habido informes de conflictos violentos con pueblos indígenas y comunidades campesinas por las operaciones de PAYCO. (15)
 
Observaciones finales
 
Las inversiones de Arbaro van acompañadas de discursos sobre restauración de bosques y mitigación del cambio climático, y están respaldadas por fondos públicos e internacionales para el clima. Su estructura y diseño se realizan de tal manera que el equipo administrativo puede acceder a las escasas fuentes de financiamiento climático y, al mismo tiempo, generar beneficios astronómicos para ellos mismos, prácticamente sin riesgo para su propia inversión ya mínima en la empresa. Todos estos discursos que se muestran preocupados por el cambio climático, esconden la desastrosa realidad que enfrentan las comunidades donde se instalan las plantaciones.
 
El Arbaro Fund es un ejemplo de ello. Su equipo administrativo está obteniendo enormes beneficios al tiempo que deja los riesgos financieros a los inversores externos. Mientras tanto, las comunidades afectadas no solo están perdiendo sus tierras, medios de sustento y formas de vida, sino que también están siendo engañadas para firmar contratos abusivos, como el de Sierra Leona de 2 dólares anuales por hectárea. Las plantaciones industriales de árboles que se están instalando con estas inversiones también expanden un modelo de destrucción y contaminación que no hace más que agravar el caos climático.
 
Fondos de inversión como Arbaro Fund fortalecen las estructuras coloniales, racistas y violentas de despojo, así como la devastación ambiental y el cambio climático.
 
Secretariado Internacional del WRM

 
(1) Re:common and Counter Balance, Banking on forests, 2014; and REDD-Monitor, 2019, Indonesia’s Katingan REDD project sells carbon credits to Shell. But that doesn’t mean the forest is protected. It’s threatened by land conflicts, fires and a palm oil plantation
(2) Solicitud de Arbaro al GCF, página 27, Seccion C: El financiamiento de la información
(3) Organizaciones dicen al Fondo Verde para el Clima que responda NO a las solicitudes de financiación para moncultivos de árboles
(4) Arbaro Funding Proposal GCF April 2020, page 28, Section C.2: Financing by Component
(6) https://redd-monitor.org/2020/03/10/the-green-climate-fund-must-reject-arbaros-industrial-tree-plantations/
(7) Arbaro Advisors, Investing in Sustainable Forestry
(8) FSC-watch
(9) Arbaro Fund, Annual Sustainability Report, 2020
(10) Arbaro Fund, Arbaro and Ecuadorian Ministry of Agriculture and Livestock sign letter of intent promoting sustainable forestry development
(11) Contabilidad 2019 de Miro, P 38, Note on right of use assets
(12) Miro Developments Accounts 2019, Post balance sheet event, page 40, note 10
(13) Idem (9)
(14) Civic Response, 2017, Assessing Community Consent in Large Scale Land Investments in Ghana and REDD-Monitor, 2021, How the African Forest Landscape Restoration Initiative is promoting the expansion of industrial tree plantations
(15) GFC, No son bosques: El Fondo Arbaro y las plantaciones de monocultivos de árboles en Paraguay, 2021
(16) Idem (15)
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La agenda de la empresa de plantaciones Suzano en la COP26 de la ONU sobre clima: expansión, árboles transgénicos y certificación FSC

Ref: A. Wilson
 
Quienes llegaron a la estación de trenes de Glasgow en noviembre de 2021 para asistir a la COP26, la reunión de la ONU sobre el clima, recibieron copias del periódico Financial Times, con un anuncio en primera plana de Suzano, el gigante brasileño de celulosa y papel. El anuncio decía, “Apoyamos un mercado de carbono regulado para cumplir con el Acuerdo de París”. (1)
 
En una serie de viñetas, Suzano, el mayor productor mundial de celulosa de eucalipto, sostiene que la descarbonización rápida requiere “construir un mercado de carbono regulado verdaderamente mundial”. Suzano se describe a sí misma como una “empresa carbono negativo” que ha “demostrado que hoy es posible lograr un cambio positivo”.
 
Y la compañía anuncia su objetivo de lograr para 2025 “la eliminación neta de 40 millones de toneladas de carbono de la atmósfera”.
 
En la COP26, Walter Schalka, director ejecutivo de Suzano, declaró a la coalición ‘Negocios por la Naturaleza’ (‘Business for Nature’) que “la biomasa va a transformar el futuro”. (2) Schalka sostiene que su empresa “puede ser parte de la solución del cambio climático, porque estamos en ambos lados de la ecuación. Por un lado absorbemos carbono y por el otro reemplazamos materiales fósiles”.
 
La realidad es que la combustión de biomasa para la producción de electricidad está en auge, al menos en parte, porque la ONU considera a la biomasa como una fuente de energía neutra en carbono. Esto permite a países y empresas quemar biomasa sin tener que contar las emisiones, lo que les ayuda a cumplir sus objetivos de reducción de carbono. Pero la expansión de las plantaciones industriales de árboles y la combustión de pellets de madera son muy perjudiciales para el clima y para las comunidades que dependen de los bosques.
 
Además, Suzano es responsable del acaparamiento masivo de tierras en Brasil, que abarca territorio de Pueblos Indígenas. La empresa espera continuar expandiendo sus plantaciones de monocultivos bajo el disfraz de ‘soluciones basadas en la naturaleza’. Otra táctica clave de Suzano para seguir expandiendo sus plantaciones de eucalipto es promocionarse como una empresa que practica la ‘conservación’ y la ‘restauración’. Esto oculta su desastroso historial relacionado con los bosques y las personas que viven en ellos.
 
Suzano y los monocultivos de eucalipto
 
En 2019, Suzano Pulp and Paper se fusionó con Fibria para formar Suzano SA. (3) A su vez, Fibria era una empresa resultante de la fusión previa entre Aracruz Celulose y Votorantium Celulose e Papel. Aracruz fue una de las empresas de celulosa y papel más controvertidas de Brasil. (4)
 
Suzano tiene una capacidad de producción anual de 11 millones de toneladas de celulosa y 1,4 millones de toneladas de papel. Sus exportaciones anuales ascienden a 4.500 millones de dólares. La empresa tiene un total de 2,4 millones de hectáreas de tierra en siete estados de Brasil (Espírito Santo, Bahía, Maranhão, Ceará, Pará, Mato Grosso do Sul y São Paulo). Aproximadamente 1,5 millones de hectáreas de esta tierra consisten en monocultivos de eucalipto de rápido crecimiento.
 
El impacto de las vastas plantaciones de Suzano en las comunidades y su medio ambiente es grave. Las plantaciones han secado arroyos y cursos de agua. Las condiciones de trabajo en las plantaciones son terribles. (5) Las plantaciones en el estado brasileño de Espírito Santo que adquirió Suzano cuando se fusionó con Fibria fueron establecidas bajo tierras pertenecientes a los Pueblos Indígenas Tupinikim y Guaraní. Luego de 40 años de lucha, los Pueblos Indígenas lograron recuperar 18.070 hectáreas de sus tierras (6). Las plantaciones también tomaron la tierra de las comunidades quilombolas [descendientes de esclavos fugitivos]. Suzano también tomó el 50% de la participación de Fibria en la empresa Veracel, convirtiéndose en copropietario, con Stora Enso, de las plantaciones establecidas en las tierras del Pueblo Indígena Pataxó en Bahía.
 
En su sitio web, la empresa afirma que está “buscando posibilidades de generar créditos de carbono mediante proyectos de forestación (eucaliptos y árboles nativos) e ingeniería”. (7)
 
Suzano afirma que en 2020 sus plantaciones industriales de árboles eliminaron un total neto de 15 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera. La empresa afirma que estas cifras han sido verificadas por un ‘tercero’, pero no da detalles acerca de cómo se calcularon. Suzano no explica cuánta destrucción causaron estas plantaciones en la biodiversidad, el suelo y los cultivos; cuánta contaminación se generó por las grandes cantidades de agrotóxicos utilizados en las plantaciones, la maquinaria pesada de corte y transporte, así como por las fábricas de celulosa y las infraestructuras relacionadas; cuánta violencia han creado las plantaciones para las comunidades indígenas, quilombolas y otras comunidades tradicionales.
El hecho de que Suzano estuviera en la COP26 promoviendo los mercados de carbono da cuenta de la gran oportunidad comercial que representan las plantaciones de árboles en el nuevo ‘paquete climático’.
 
Suzano y los árboles transgénicos
 
En 2010, Suzano compró una empresa registrada en el Reino Unido con el nombre de FuturaGene, que lleva a cabo una investigación sobre árboles modificados genéticamente (transgénicos). (8) Una empresa llamada Suzano Trading Ltd, registrada en el paraíso fiscal de las Islas Caimán, es propietaria de FuturaGene. (9)
 
Un folleto de la empresa FuturaGene explica que “En 2003 FuturaGene obtuvo el evento H421 de eucalipto transgénico, desarrollado para aumentar la acumulación de biomasa”. (10) La empresa afirmó que este árbol transgénico sería un 20% más productivo. En 2015, la Comisión Técnica de Bioseguridad de Brasil (CTNBio por sus siglas en portugués) aprobó la solicitud de Futuragene para el uso comercial del eucalipto H421.
 
Si bien Suzano sostiene que esto hará que sus plantaciones industriales de árboles sean más eficientes, la realidad es que los árboles de crecimiento más rápido utilizarán aún más agua subterránea. Y las mayores ganancias para Suzano, junto con sus ambiciones de expandirse a la producción de biomasa, así como a la celulosa y el papel, significarán una expansión importante de las plantaciones. La empresa continúa expandiéndose. Suzano está construyendo otra enorme fábrica de celulosa con una capacidad de producción anual de 2,3 millones de toneladas en Mato Grosso do Sul. Esto se traducirá en más tierra convertida en plantaciones de árboles de monocultivo en este estado y sus alrededores.
 
Sin embargo, hasta ahora FuturaGene ha perdido dinero. En 2019, FuturaGene tuvo una pérdida de 13,3 millones de libras esterlinas (alrededor de 17,6 millones de dólares). Al año siguiente la pérdida fue de 8,9 millones de libras esterlinas (alrededor de 11,7 millones de dólares). En total, FuturaGene le ha costado a Suzano SA alrededor de 121 millones de libras esterlinas (alrededor de 160 millones de dólares).
 
Una entrevista de 2016 con Stanley Hirsch, director ejecutivo de FuturaGene, ilustra la ambición de su empresa. (11) Hirsch habla de una “gran oportunidad para la biotecnología industrial”. Y revela el gigantesco acaparamiento de tierras al que apunta su empresa:
 
“Creo que parte de la solución es analizar dónde tenemos tierras degradadas. Hay alrededor de dos mil millones de hectáreas de tierras degradadas, agrícolas y forestales en todo el mundo. El 75% de eso está en África. Se trata de una gran oportunidad, tanto en términos de oportunidad económica como en términos de mantener la sostenibilidad del planeta”.
 
Mientras la COP26 se llevaba a cabo en Glasgow, la CTNBio de Brasil aprobó el evento 751K032 de eucalipto transgénico para “su liberación al medio ambiente, su uso comercial y cualquier otra actividad relacionada con este organismo genéticamente modificado y cualquier progenie derivada de él”. Suzano había solicitado a CTNBio la aprobación de este nuevo eucalipto transgénico resistente al glifosato.
 
El uso de agrotóxicos ya constituye un problema importante en los lugares donde se establecen plantaciones de monocultivos. Los suelos, el agua, la biodiversidad, los trabajadores y las comunidades sufren por la contaminación. El eucalipto transgénico resistente al glifosato conducirá a un aumento en el uso de herbicidas en los monocultivos de Suzano. Los impactos de la contaminación también aumentarán.
 
Suzano y el sello FSC

A pesar de los impactos ambientales y sociales de las actividades de Suzano, las plantaciones de la empresa están certificadas por el Consejo de Administración Forestal (FSC, por su sigla en inglés) como bien administradas. (12)
 
Las normas del FSC prohíben el uso de organismos modificados genéticamente. Pero el FSC logró sortear el hecho de que Suzano ha invertido grandes sumas de dinero en árboles transgénicos, con la clara intención de utilizarlos comercialmente. (13) El FSC argumenta que,
 
“El permiso para utilizar comercialmente el clon transgénico no supone que Suzano entre en conflicto con las reglas del FSC en la medida que no haga uso de ellas. Sin embargo, si Suzano procediera a plantar árboles transgénicos con fines comerciales, el FSC iniciaría un proceso formal en virtud de nuestra Política de Asociación, que conduciría a suspender la asociación con la empresa”.
 
Suzano ha estado presionando al FSC para que flexibilice aún más su posición sobre los árboles transgénicos de manera de permitir que las empresas certificadas planten árboles transgénicos. El FSC celebró recientemente una consulta sobre el debilitamiento de su política sobre árboles modificados genéticamente. La organización Global Justice Ecology Project presentó una petición oponiéndose a los cambios propuestos. (14)
 
En su Informe Anual de 2019, FuturaGene explica que (15),
 
“Debido a los continuos problemas con la obtención de la certificación de productos de Organismos Modificados Genéticamente (“OMG”) del Consejo de Administración Forestal (FSC), se considera poco probable que haya una utilización comercial importante del producto antes de 2022”.
 
Pero en su Informe Anual de 2020, Futuragene no menciona al FSC y afirma simplemente que,

“Ha comenzado la utilización comercial de H421 (la tecnología desarrollada por las subsidiarias de la empresa)”. (16)
 
Las plantaciones de Suzano mantienen la certificación FSC.
 
Suzano se acerca cada vez más a las plantaciones de eucaliptos modificados genéticamente para usos comerciales. Así son, entonces, como las ‘soluciones basadas en la naturaleza’ se mostrarán. Vastas áreas de monocultivos modificados genéticamente, cultivados con fines de lucro empresarial.
 
Para las empresas de plantaciones industriales de árboles, la COP26 fue una oportunidad para presionar y acelerar la ‘economía baja en carbono’ plantando más árboles. Los mercados de carbono y las tácticas de maquillaje verde perpetúan las relaciones de explotación y la discriminación inherentes a la producción a escala industrial. Quienes viven y dependen de los territorios sacrificados por esta economía industrial llamada ‘baja en carbono’ deben soportar la carga más pesada
 
Por Chris Lang
https://REDD-Monitor.org
 

(1) Lauren Gifford, The Financial Times, con un anuncio de Suzano, entregado a los asistentes a la COP26 en la estación de tren de Glasgow. Noviembre de 2021, Twitter
(2) Business for Nature, COP26 Nature's Newsroom: Walter Schalka (CEO, Suzano), November 2021
(3) Suzano
(4) Brazil: Aracruz – Sustainability or business as usual?, 2005; Brazil: Quilombolas protest against Aracruz Cellulose, 2005; and Brazil: Worked to death by Aracruz, 2005
(5) Brazil: Worked to death by Aracruz, 2005
(6) Aprendizajes de líderes indígenas Tupinikim de Brasil para recuperar sus territorios: una lucha de más de 40 años, Boletín 258 del WRM, 2021
(7) Suzano, Indicators Center 2020
(8) Futuragene Limited, Overview
(9) Futuragene Limited, People
(10) Futuragene, Innovation is Action; and International Service for the Acquisition of Agri-Biotech Applications, Event Name: H421
(11) GlobalBiotechRevolution, GapSummit 2016 - Interview with Dr Stanley Hirsch, 2016
(12) Certificados FSC – Suzano: https://info.fsc.org/details.php?id=a0240000005sSqiAAE&type=certificate; https://info.fsc.org/details.php?id=a0240000005uzwTAAQ&type=certificate; https://info.fsc.org/details.php?id=a0240000008fRYJAA2&type=certificate; https://info.fsc.org/details.php?id=a02f300000jmYnSAAU&type=certificate; and https://info.fsc.org/details.php?id=a024000000H4SozAAF&type=certificate
(13) FSC, Application of Suzano for commercial use of genetically modified trees
(14) The Campaign to STOP GE Trees, FSC Petition Demands Strong GE Tree Ban
(15) Futuragene, 2019
(16) Futuragene, 2020
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