Hola, <<Nombre>>:
Mi nombre es Mónica. Ya me has leído en ocasiones anteriores como la científica residente del proyecto. Pero en este boletín, quiero seguir el ejemplo de mis compañeros Xavier, Ramdwin y Edmy en las semanas anteriores, y hacer una reflexión más personal.
Una de las cosas más importantes que he aprendido durante el pasado año y medio de Aquí Nos Cuidamos, es que la solidaridad es un verbo. Es un modo de vida.
En Puerto Rico, la solidaridad se manifiesta en lo cotidiano. Con un abrazo, cuando le damos los buenos días a la gente en la panadería, o al regalarle las frutas o viandas que nos sobran al vecino. También se manifiesta en los momentos difíciles, como en los comedores sociales o comunitarios que surgieron después de María o cuando se va la luz y le guardamos la insulina al vecino que no tiene planta.
Durante la pandemia, nuestra solidaridad ha quedado evidenciada en el uso cotidiano de mascarillas, la vacunación y las tantas iniciativas que líderes y lideresas — gente como tú — llevan a cabo en sus comunidades. En los pasados dos años, les he visto educando, organizando eventos de pruebas y vacunación, restaurando espacios comunitarios, llevando alimentos, y contestando preguntas, entre tantas otras cosas.
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