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IFI , LA GATA DEL IF

1
Ifi, la gata del IF, se robó un salamín entero el otro día. Pillada infraganti, se le retiró el salamín de la boca. Cuando fui a celebrarle la osadía aventurera que acababa de perpetrar, se encogió, como reaccionando al regaño, como si pensara que le iba a pegar. Ifi sabía que había cometido un crimen de lesa picada, eso está claro. Luego se quedó mucho rato en un sitio, demostrando arrepentimiento.

La verdad es que el salamín llevaba horas encima de la mesa. Ifi habrá sido de la opinión de que nadie lo quería, excepto ella. Pero no lo tocó en toda la tarde. Lo que hizo fue demostrar una capacidad cognitiva inesperada. Se robó el salamín cuando todo el mundo le estaba haciendo gracias a un bebé. Ifi habrá pensado: Ustedes se comen al bebé, yo le entro al salamín. (No sé cómo se dice salamín en gato. Esto es una especie de traducción-ficción.)

La lección aquí, por supuesto, es que no hay que prestar atención a los bebés habiendo comida sobre la mesa. Otra opción es la propuesta por Jonathan Swift en el siglo XVIII, y creo que ésta es a la que Ifi aludía con su acción de latrocinio gastronómico.

2
Ya conté que Ifi, la gata del IF, estuvo enojada conmigo las últimas dos semanas, o tres. Y es que no he estado en el IF, sino trabajando en otros lugares. Un día me mordió porque, sospecho, estaba harta de tratar de llamarme la atención cuando yo estaba ocupado trabajando en la BiPA.

Así que el sábado pasado, cuando vino a buscarme y al hacerle yo caso, salió corriendo al patio, salí tras ella. Cuando hace esto es que pide mimos. Así que me senté en el suelo y estuve con ella un rato. Parecía contenta de tenerme ahí.

Pero al cabo de un rato, me aburrí. Pensé en ir a buscar un cigarro y un café y volver, pero cuando me levanté, maulló, cosa que interpreté como una queja, o un pedido para que me quedara ahí. Así que agarré una ramita y se la mostré, la moví rápidamente e Ifi empezó a perseguirla.

Así me quedé una hora, toreando a Ifi con diversas ramitas, dejándola capturar alguna de vez en cuando para que no se frustrara. O eso me dio por pensar. La verdad es que se quedaba ahí con la ramita como esperando que yo la agarrara otra vez y el juego volviera empezar. Ifi perro, Ifi toro, Ifi la gata del IF.

3
Habrán notado que en las noticias siempre aparece Ifi en el número 1. Y siempre es el sujeto de la oración. Considero que esto es una demostración gramatical de su independencia, de nuestra no-propiedad de la gata. Porque Ifi no es nuestra, sino que está con nosotros, y la consideramos miembro de pleno derecho del IF, sin que por ello tengamos que antropomorfizarla. Es miembro del IF desde su felinidad.

Yo creo que ella se lo toma muy en serio esto. Porque cuando tenemos reunión, le ponemos una silla en el círculo y ella se echa ahí, como si prestara atención a lo que estamos discutiendo. No es raro que en plena reunión se ponga a lamerse las partes. Quizá deberíamos interpretar esto como una opinión. Quizá no. Lo más probable es que sólo sea un gato haciendo lo que hacen los gatos.

4
Ifi, la gata del IF, llegó al IF un martes por la tarde en 2019. Llamaron a la puerta. Era el fletero que estábamos esperando. Al abrir la puerta, Ifi entró como si el IF fuera su casa, que ahora, por supuesto, lo es.

Yo no estaba en aquel momento. Sólo relato lo que me contaron. En días anteriores a a su irrupción en el IF, yo la había visto rondando por la calle, y me había llamado la atención que una gata tan guapa anduviera suelta. No se parecía a los gatos de la calle que hay por el barrio, flacos y magullados, feos, mala onda. Parecía una gata de casa. Sospechamos que está operada.

5
Por supuesto, durante los primeros meses, le daba de comer y beber, le cambiaba las piedritas, et cétera. Pero era simplemente una obligación. La gata estaba en el IF, y como no somos unos salvajes, me sentía obligado a cuidarla. Pero nada más.

No fue sino hasta la cuarentena que nos hicimos amigos, Ifi y yo. Durante el encierro, con el frío que hace en el galpón, no era raro que nos pasáramos una tarde entera tumbados en el sofá, abrigado yo hasta los dientes, con una manta encima, y encima de la manta, Ifi buscando calor.

Para cuando ustedes tuvieron noticia de ella, cuando volví a esta niusléter, ya éramos buenos amigos. Habíamos leído juntos muchos libros.

6
Ifi sabe que no debe entrar en las oficinas, que su territorio es el galpón y el patio. Pero de vez en cuando entra. El otro día, me di la vuelta justo a tiempo, y la vi entrando en el pasillo sigilosamente, muy calladita. Le llamé la atención y salió corriendo. No es la primera vez, ni será la última. Cuando la encuentro en el pasillo, sale con la cabeza baja, pegando el cuerpo a la pared. No corre, pero sí que sale al trote.

7
Ifi duerme adentro. Muchas noches, tengo que salir al patio a buscarla y se queja cuando la agarro para entrarla. Nunca huye. Nunca me hace perseguirla. Sabe que hay que entrar, y aunque no le guste, entra.

Otras veces, sólo le digo “¡A dormir!”, y entra sola. Va directamente a su plato, claro. No vaya a ser que yo piense que está obedeciendo. Hay noches, sin embargo, que voy a buscarla y ya está adentro. Parece que tiene los horarios incorporados en su reloj biológico.

Al principio le dejaba la ventana abierta para que pudiera ir adonde quisiera por la noche, pero me cansé de oír peleas de gatos, y de verla por la mañana toda magullada y con rasguños en la cabeza. Al principio de su interiorización nocturna, Ifi se quedaba junto a la ventana, como pidiendo que se la abriera. Ahora ya no.

8
Su nombre completo es Doña Ifigenia Francisca Romina Pantufla Bartola de Lynch y Piaggio. Villa Piaggio es el barrio de Villa Lynch donde está el IF. O algo así. En todos estos años, la geografía política de la zona se le ha resistido a mi intelecto. En cualquier caso, es Doña porque es muy señora ella, muy digna, muy orgullosa. Excepto, claro, cuando se lame las partes. Y se llama Ifigenia por una genialidad de una persona a la que desconozco: hicimos una encuesta para ponerle nombre, y ese le quedó perfecto. Francisca y Bartola es porque a veces me parece muy decimonónica. Romina es porque un día a Gustavo le dio la sensación de que era una Romina. No sé qué significa esto, pero no tengo problema con las cosas que no entiendo. Pantufla es porque tiene el pelaje denso y esponjado, y a veces, cuando está echada, parece precisamente una pantufla olvidada.

Por supuesto, no responde a ninguno de estos nombres.

9
De cariño, y sobre todo por las mañanas cuando la saludo de camino a hacerme el primer café del día, la llamo Doña Francisquita, o Doña Bartolita. Es una señora más del barrio.

A veces hago como que no la veo, o no la encuentro. La llamo, hago que la busco, y viene a mí maullando. O maulla desde donde esté. O sea que algo entiende y busca ese reconocimiento matutino. Luego, claro, va directamente a su plato.

10
Gente que viene al IF ha comentado lo parlanchina que es Ifi. Por lo que veo, sin embargo, suele hablar sólo conmigo. Yo soy el bicho mágico que proporciona la comida.

Si voy a la cocina, viene corriendo detrás de mi. Si abro la heladera, tiene que hacer una inspección. Si ve que en la mano llevo algo de comida para ella, trota en dirección a su plato, maullando, alegre, a veces completamente enloquecida, y se detiene cada par de metros para ver si sigo detrás de ella.

Si me ve llegar con bolsas del supermercado, se pone frenética. Sabe que hay comida y que le toca su parte. Últimamente, haciendo cuentas, vi que las latas de atún del Carrefour salen más baratas que la comida especial, esa de sobrecito, que le compraba antes. Ifi, claro, es muy aficionada al atún. Antes, cuando abría una lata, tiraba el agua. Ahora, Ifi disfruta de una sopa fría de atún. La vichyssoise de ella.

11
Acabo de espantar al gato callejero naranja que siempre viene a buscar a Ifi maullando de la manera más rara. Se pone en la ventana y la llama. Cuando salí a ver qué pasaba, el gato estaba en la ventana, e Ifi estaba adentro pero a varios metros. Cuando espanto a algún gato, que huyen por el árbol hacia el techo, luego voy y acaricio a Ifi. No quiero que piense que soy anti-gato.

En realidad, soy anti-gato, pero pro-Ifi. No sé si se entiende.

12
A veces le agarro la cola, o le toco las patitas. No le gusta nada. Me hace gracia hacerla enojar un poquito. Si insisto, me tira un zarpazo. Lo que he notado, sin embargo, es que no lo tira fuerte, es más como un aviso, una expresión de que quiere que la deje en paz. Cuando está enojada de verdad, el zarpazo va en serio. El otro día, cuando me mordió porque no le prestaba la atención que requería, no lo hizo fuerte. Estaba comunicando su frustración, pero no con violencia. O sí con la violencia justa. Luego cuando vio que no tenía efecto la mordidita, sí que tiró un par de zarpazos serios.

13
Ifi es muy celebrada por la gente que viene al IF, y más por la gente que ha leído sus andanzas en esta niusléter. Hay gente que se alegra de por fin conocerla en persona, o en gato. Cuando estamos solos los del IF, viene y se está con nosotros, como ya dije. Cuando hay algún evento, en cambio, va y se busca un lugar sin gente, se aparta. Es muy suya, Doña Ifigenia, y esa es una de las razones por las que me cae bien. Ifi tiene su reloj interno, pero dudo que tenga un calendario interno. Si lo tuviera, es muy probable que febrero fuera su mes más odiado. Es cuando hacemos nuestro campamento temporario, y es cuando hay más días con gente de fuera en el IF.

14
Una mañana, a finales de 2020, no la encontrábamos por ningún lado. Salimos a la calle a buscarla: nada. La dábamos por perdida. Cuando llegó Gustavo, nos vio a Leo y a mí cariacontecidos, tristes. Justo cuando le estábamos contando de la desaparición de Ifi, la vimos aparecer por lo alto del muro del patio, tan tranquila.

En esa época le daba por salir a pasear por el barrio con frecuencia. Dos veces la tuve que bajar del muro de la casa de enfrente, una de un árbol, y otras dos de nuestro propio techo. A veces, parece que no encuentra la forma de bajar. O se hace la mártir, porque otras veces sube y baja con la mayor soltura.

15
Un rato antes de que a ustedes les llegara esta niusléter, se la leí a Leo. Estábamos en el patio, café en mano. Ifi salió, se subió a una silla, y nos miraba con atención, como si supiera que estábamos hablando de ella. Pero se aburrió rápidamente.

16
Estaba hablando con una amiga acerca de mi escaso apego a las cosas materiales. Si me tuviera que ir repentinamente, lo dejaría todo menos quizá algo de ropa, mi mochila, el teléfono y dos plumas, una que me regaló mi madre en 1987, y otra que me regaló Carmen en 2009. E Ifi, claro, dijo mi amiga. Y yo dije, Nop, Ifi no es mía, Ifi es del IF mientras exista el IF, y siempre será
ella muy suya, aunque dependa de nosotros para algunas cosas. (Quien sea absolutamente independiente, absolutamente autónomo, que me escriba.)

17
Todo el mundo dice que Ifi es un personaje. Bueno, ¿y no somos todos unos personajes, cada quien a su manera? ¿No somos singularidades en una red sin fin de singularidades y nodos? Ifi es una más de las singularidades que pueblan el nodo que es el IF. Que sea excepcional en el sentido de que es la única de nosotros que anda en cuatro patas y se lame las partes en público, significa, pero no lo suficiente como para separarla del nodo. A Ifi se la acepta y aprecia en su diferencia, en su singularidad, sin que haya que antropomorfizarla o incorporarla a nuestras propias reglas.

RECOMENDACIÓN MUSICAL DE LA SEMANA

Anoche, charlando con Adrián sobre precisamente esta sección, me recomendó un par de cosas que me parece que vale la pena oír.

La primera es Brad Mehldau, pianista de jazz, interpretando a Bach en la Filarmónica de París.

(La segunda me la reservo para la semana que viene.)

Aquí está Mehldau con su trio, también.
NOTICIAS

1. Ifi, la gata del IF, desdeñó esta mañana su comida normal. Fue al plato y se apartó de él como con asco. Luego fue al plato de la comida especial y se sentó delante de él. Me hizo pensar en el personaje de Ohio Impromptu, de Beckett, que iba y se apostaba en la punta de la Île de la Cité a ver pasar las aguas del río y pensar en la amada perdida. Abrí una lata de atún y le serví el agua.

2. El Campamento Temporario sigue en el IF. Mañana, sábado, tocan Peronoise y JAV. Recuerden que para las Sesiones (como ésta) siempre es buena idea traer bebida. Más instrucciones: @investigacionesdelfuturo

3. Anoche, durante la Sesión Vermú del CT del IF, Leo, con su característica maldad, me tendió una trampa: armó una serie de diez diapositivas para que yo improvisara un discurso sobre ellas sin haberlas visto antes, justo lo que pedía yo en la última Niusléter. Creo que salí del trance moderadamente airoso.

4. Gracias, como toca, a todo el personal que se ha ido suscribiendo por Mercado Libre. Ayuda un montón, mantiene esta niusléter libre de anuncios.(La verdad es que hasta este momento no se me había ni pasado por la cabeza la idea de poner anuncios. Podría hacer anuncios ficticios, publicidad-ficción. No sería la primera vez.)
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