Queridas comunidades educativas ignacianas:
Les damos la bienvenida al año escolar 2022 y los invitamos a unirnos en oración para renovar nuestra Fe y comenzar este nuevo camino con Esperanza. Fe, agradeciendo a Dios la oportunidad de retomar nuevamente la misión educativa. Esperanza de que nuestras escuelas sean “tierra sagrada” de encuentro con Jesús, de fraternidad evangelizadora, de aprendizajes fecundos y experiencias fundantes, de esfuerzos sostenidos y creativos para ser “hombres y mujeres con y para los demás” que tanto necesita el mundo. Fe y Esperanza renovadas para hacernos responsables “de tanto bien recibido” educando con compromiso integral a cada uno de los alumnos y alumnas que nos son confiados.
Iniciamos este nuevo ciclo escolar con la memoria agradecida del camino recorrido, especialmente en los dos últimos años de pandemia. Con la alegría de haber sostenido con el esfuerzo de todos la decisión de seguir educando a través de todas las alternativas posibles, presenciales y virtuales. Pero también con la conciencia de los dolores y pérdidas en un tiempo de prueba donde las desigualdades como las deudas sociales se visibilizaron con fuerza mostrando las diferencias entre los que pudieron seguir o no aprendiendo, vinculados al sistema educativo.
Este ciclo 2022 se inicia con la esperanza de una presencialidad plena. El Papa Francisco nos recuerda que de las crisis no se sale igual, sino mejor o peor. Así nos preguntamos ¿A qué escuela volvemos? ¿Qué aprendimos de lo vivido y con qué deseos iniciamos el año? ¿En qué mundo volvemos a esta nueva presencialidad? Un mundo con las tremendas secuelas de la pandemia, con casi seis millones de muertos por COVID-19 y más de cuatrocientos millones de contagios; con el inicio de una guerra que puede tener un alcance global, con la persistencia de la crisis ecológica, con una emergencia educativa que urge atender. Un mundo, y nuestros países en especial, en el que la pobreza, y la cultura del descarte con todas sus formas de expulsión, persisten. Pero también un mundo creado por Dios que, como dice el Papa Francisco “al mirar a la sociedad actual, se ve claramente la urgencia de adoptar acciones transformadoras en el campo educativo para que tengamos una educación que promueva la fraternidad universal y el humanismo integral, para que, teniendo a Cristo como modelo de su proyecto pedagógico, transmita sabiduría educando con amor, convirtiéndonos así en modelos de formación integral para otras instituciones educativas”.
Un mundo donde resuena como guía en tiempos difíciles, la inspiración de la Carta encíclica Fratelli Tutti y la convocatoria del Pacto Educativo Global. Y en lo particular, actualizando nuestra misión, las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús, el documento Una Tradición Viva en el Siglo XXI, los acuerdos y declaraciones surgidas del ciclo de reuniones internacionales de la Red Global Jesuita de Colegios, que, entre otros, se constituyen en marcos de referencia necesarios para la promoción de una misión de reconciliación y justicia desde la educación. En nuestra red, contamos con el proceso colaborativo de la elaboración del Itinerario formativo ignaciano, proponiendo focos de aprendizajes sapienciales para cada etapa desde el camino de los Ejercicios Espirituales.
En este complejo mundo estamos llamados a educar desde la fe para transformar la realidad. No estamos solos. Somos parte del proyecto apostólico de la Compañía de Jesús. Constituimos una red educativa que anima y consolida una identidad compartida desde la espiritualidad y la pedagogía ignaciana. Con formación, discernimiento y acompañamiento para una educación de calidad, efectiva e inclusiva. Que busca ser puente entre las comunidades educativas, aprendiendo unas de otras, asumiendo las diferentes realidades al servicio de una sociedad fraterna con especial dedicación a los más pobres y excluidos. Los invitamos a seguir siendo parte de esta misión educativa integrando lo local con lo global, identidad e innovación, fe y cultura
En tiempos de sufrimiento social y de incertidumbres la vuelta a clases solo puede ser desde el Amor de Dios creador y desde la promesa del encuentro con Jesús, Maestro. Desde el acompañamiento cercano de la vida misma de alumnos, docentes y familias. Se trata de crear la bienvenida, dar tiempo a la expresión y a la escucha, generar condiciones para el encuentro y la reflexión acerca de las marcas dejadas por la pandemia y las expectativas del proyecto vital hacia futuro. Recuperar aprendizajes pendientes, animar el esfuerzo y la creatividad, apostar por la fidelidad cotidiana del aula que nos pide paciencia y acompañamiento, articular contenidos con la realidad local y global caminando sin miedos hacia un currículo humanista y evangelizador, asumir la riqueza del trabajo docente colaborativo y solidario, que aprendió de los tiempos difíciles, superando un modelo solitario y fragmentado. Animarnos a proponer nuevamente un viaje espiritual y pedagógico tan cercano como organizado, un verdadero Itinerario formativo integral
En clave de encuentro, escucha y discernimiento estamos convocados a continuar nuestro camino de red educativa ignaciana fortaleciendo la formación, la animación pastoral y el acompañamiento de las comunidades educativas con actividades y proyectos en marcha. En este sentido se ha decidido fortalecer el acompañamiento de nuestros colegios en el área San Miguel – ciudad Santa María, en las dos parroquias confiadas a la Compañía (Perpetuo Socorro y Patriarca San José) con el nombramiento del P. Leonardo Nardín (delegado de educación de toda la Red) como delegado del P. Provincial para dichos colegios. En su carta de nombramiento el P. Provincial, Rafael Velasco destacó que “el desafío de fondo sigue siendo que nuestros colegios ofrezcan educación de calidad a los niños y adolescentes de nuestros barrios para que sean líderes de la transformación social, desde el corazón de Cristo” y “la importancia que la Provincia le otorga a sus colegios y el lugar clave que ocupan en el proyecto apostólico, que se manifiesta en nuestro primer desafío apostólico: “la cercanía con los pobres y excluidos”; y el segundo: “revalorizar las fuentes de nuestra espiritualidad.”
Asimismo se ha incorporado al Equipo de trabajo del Sector educación de la Provincia el Prof. Guillermo Lemos, Director general del Colegio San Ignacio-Isasa de Montevideo. Agradecemos la generosidad y la dedicación para estas nuevas misiones.
Finalmente le damos una especial bienvenida a las familias, docentes y alumnos que este año se incorporan a nuestras comunidades educativas.
Deseándoles muy buen año escolar 2022, nos encomendamos a Nuestra Señora de los Milagros a quién pedimos especialmente por la Paz en nuestros corazones y en el mundo.
Equipo del Sector Educación - Jesuitas ARU