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Saludos, <<Nombre>>:

Las nuevas flexibilizaciones en las medidas de mitigación de COVID-19, recomendadas por los CDC, la nueva orden ejecutiva firmada por el Gob. Pedro Pierluisi y la nueva orden administrativa del Secretario de Salud, me han hecho pensar mucho en este refrán que mi madre me repitió tantas veces: “No por mucho madrugar amanece más temprano”.

Excepto que en este caso diría: “No por mucha flexibilización significa que se acabó la COVID-19”. 

Ahora que cesan los requisitos de uso de mascarilla en espacios cerrados, es aún más importante que cada uno de nosotros desarrolle sus propios atajos mentales para decidir cuándo usar mascarilla y cuando no. Lo cierto es que aunque los contagios, las hospitalizaciones y muertes estén bajo control, el coronavirus sigue entre nosotros y la pandemia no ha terminado. Nos toca seguir haciendo lo propio para cuidarnos y cuidar a nuestra gente. Las mascarillas junto a las otras medidas de prevención (vacunación al día, distancia física, y evitar las aglomeraciones y espacios con pobre ventilación) siguen siendo importantes para protegernos. 

Por eso, como proyecto, nos seguimos dando a la tarea de ser un acompañamiento para ayudarte a navegar estos cambios. La semana pasada, la Dra. Mónica Feliú Mójer te contó un poco sobre por qué seguirá usando la mascarilla, independientemente de lo que recomienden los CDC y las autoridades locales. Esta semana, quiero abundar sobre cuatro criterios que debes tomar en cuenta para decidir cuándo usar la mascarilla.

¿Cómo decidir cuándo usar mascarilla y cuándo no? 

Ahora que se ha flexibilizado su uso, ponerte la mascarilla es una decisión personal que depende de varios factores. Aquí listo un conjunto de cuatro criterios generales que debes tener en cuenta para tomar tu decisión:
  1. Transmisión comunitaria, o sea, la cantidad de casos de COVID-19 en la comunidad: Si los casos están altos, el riesgo de contagio es mayor y usar la mascarilla en todos los espacios cerrados, aglomeraciones y cuando no se pueda mantener distancia física ayuda a disminuir el riesgo de contagio. Cuando la transmisión está bajo control (como cuando la positividad de pruebas está ~3%), el riesgo es menor y por eso dejar de usar la mascarilla en ciertos escenarios es menos riesgoso. En Puerto Rico, puedes usar estos dos tableros para conocer la transmisión comunitaria junto a otros indicadores: 
    1. Departamento de Salud (salud.gov.pr/estadisticas_v2)
    2. Dr. Rafael Irizarry (tpr.covidpr.info)
  2. Nivel de riesgo: El riesgo de contraer COVID-19, a menos que te aisles por completo y no salgas, ni veas a nadie, nunca será cero. Cada cual tiene una tolerancia de riesgo y una situación de vida diferente. Sin embargo, hay varios factores que influencian el nivel de riesgo de una persona:
    1. Estatus de vacunación: Tener la vacunación al día (con el refuerzo, de ser elegible), reduce el riesgo de contagio y consecuencias graves por COVID-19. Las personas que no están vacunadas o que no tienen el refuerzo están en mayor riesgo.
    2. Condiciones de salud: Una persona inmunocomprometida, mayor de 65 años, con diabetes, asma, y condiciones cardiovasculares, entre otras condiciones, tiene un riesgo considerablemente mayor de enfermarse y tener consecuencias graves si se infecta con el coronavirus. 
    3. Nivel de exposición: Si tu trabajo o estilo de vida te expone constantemente al público, tu riesgo de contagio es mayor. Con esto también aumenta el riesgo de que puedas exponer sin querer a COVID-19 a las personas a tu alrededor.
  3. Quien te rodea: Nuestras acciones impactan la vida de las personas que nos rodean. Si estás en un lugar y desconoces los niveles de riesgo y el estatus de vacunación de las personas, lo mejor es protegerte y protegerles usando la mascarilla. Si estás con personas conocidas, toma en cuenta su estatus de vacunación, cuánto riesgo tienen de enfermarse de gravedad y si se sienten cómodas si te quitas la mascarilla. 
  4. Empatía: La pandemia ha impactado desproporcionadamente a poblaciones vulnerables. Las personas pobres, negras, y con discapacidades, entre tantas otras, han sufrido mayor número de contagios y muertes por COVID-19. Hay miles de millones de personas en el mundo (la mayoría en países pobres), que no se han vacunado. Existen personas sin planes médicos, sin medios de transporte, ni tiempo para poder visitar a un proveedor de salud o tomarse vacaciones si se enferman. Usar la mascarilla es una manera sencilla de ser empáticos, ayudando a evitar contagios y reducir un poco el impacto en esas poblaciones.
Te apoyamos a navegar tus emociones sobre la flexibilización 

Para nosotros es importante recordarte que es normal que estas flexibilizaciones te provoquen múltiples emociones como alegría, ansiedad y estrés. Además, usar o no la mascarilla podría generar conversaciones incómodas con seres queridos o extraños. Ante ese hecho, Aquí Nos Cuidamos te apoya a navegar tus emociones y esos momentos incómodos: 
  1. Herramientas para el manejo de emociones
  2. Campaña “Salud mental es plenitud
  3. Respuestas a preguntas sobre por qué aún usas la mascarilla si ya no es requerida
Siempre en solidaridad y agradecido de tenernos. 

¡Hasta la próxima semana!
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