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Hola, <<Nombre>>:

Esta semana, quiero navegar junto a ti la reciente recomendación de los CDC de flexibilizar el uso de mascarillas en espacios cerrados, y compartirte cómo yo evalúo y mido mi propio riesgo. El boletín es más largo de lo usual, pero espero que mi opinión informada te ayude a tomar tus propias decisiones, lo cual siempre ha sido nuestra meta desde Aquí Nos Cuidamos.

¿Dónde estamos ahora mismo?

Los indicadores de la pandemia en Estados Unidos y Puerto Rico siguen mejorando. Los casos, hospitalizaciones y muertes siguen bajando. La cantidad de personas vacunadas y con el refuerzo continúa aumentando. Por esto, los CDC actualizaron la forma en que miden el impacto de COVID-19 en las comunidades y sus recomendaciones de medidas de prevención. Según estas nuevas guías, la mayoría de las personas pueden dejar de usar mascarilla en la mayoría de los escenarios cuando el impacto comunitario de COVID-19 es bajo o medio.

He estado leyendo sobre qué significan estos cambios y reflexionando sobre cómo impactarán mi comportamiento. La conclusión a la que he llegado es que, por ahora, seguiré usando la mascarilla en espacios interiores y de alto riesgo, independientemente de lo que recomienden los CDC y las autoridades locales. Como científica, puertorriqueña preocupada por el bienestar de las comunidades del país, y directora de Aquí Nos Cuidamos, te exhorto a hacer lo mismo.

¿Por qué seguiré usando mascarilla?

Usar la mascarilla me protege a mí y protege a mi comunidad. Cuando uso la mascarilla protejo a personas mayores, inmunocomprometidas (como mi mamá), y con condiciones que les ponen en alto riesgo (como mi papá). También protejo a los niños y niñas menores de 5 años que aún no se pueden vacunar, como mi sobrino y la hija de mis compadres.

Usar la mascarilla me da paz mental. Cuando la llevo, sé que mi riesgo de contagio es menor. Eso me permite hacer mis actividades cotidianas y ver a mis seres queridos con mayor tranquilidad.

Usar la mascarilla, en combinación con estar vacunada con mi refuerzo, reduce mi riesgo de contagiarme, enfermarme de gravedad, ser hospitalizada y fallecer por COVID-19. También reduce mi riesgo de desarrollar COVID persistente.

Usar la mascarilla, al igual que la vacunación, es un acto solidario. La ciencia ha demostrado que las mascarillas, cuando se usan sobre la nariz y la boca consistentemente, son sumamente efectivas para prevenir el contagio. La solidaridad nos dicta que usar la mascarilla nos protege a todos.

Cómo yo navego mi riesgo

Evaluar y navegar el riesgo es un reto constante, en especial cuando la situación es tan dinámica como esta pandemia. Estos son algunos de los principios que uso para guiar mis decisiones, tomando en cuenta que soy una mujer joven, saludable, vacunada con el refuerzo y que mi riesgo de enfermarme de gravedad es bajo:
  1. Transmisión comunitaria, o sea, la cantidad de casos de COVID-19. Si los casos están altos, el riesgo de contagio es mayor. Cuando la transmisión está bajo control (como cuando la positividad de pruebas está ~3%), me siento mucho más cómoda, por ejemplo, comiendo en un restaurante cerrado (aunque sigo favoreciendo comer en exteriores o espacios bien ventilados donde el riesgo es menor). En lugares cerrados, mantengo mi mascarilla puesta a menos que esté comiendo o bebiendo activamente. Para saber cómo está la transmisión comunitaria y otros indicadores en Puerto Rico, uso el tablero del Departamento de Salud y el del Dr. Rafael Irizarry.
  2. Riesgo de mi comunidad. Mis acciones impactan las vidas de otras personas. Cuando estoy en un lugar público, como el supermercado o el mall, no sé cuales son los niveles de riesgo, ni el estatus de vacunación de la gente a mi alrededor. Por tanto, opto por protegerme y protegerles, y uso mi mascarilla. Cuando me junto con conocidos, tomo en cuenta cosas como su estatus de vacunación y su riesgo de enfermarse de gravedad. También tomo en cuenta si estuve en algún escenario de alto riesgo de contagio (como un evento multitudinario) y si por eso podría estar contagiada sin saberlo y exponiéndoles al coronavirus.
  3. Equidad. La pandemia ha impactado desproporcionadamente a poblaciones vulnerables. Las personas pobres, negras, y con discapacidades, entre tantas otras, han sufrido mayor número de contagios y muertes por COVID-19. Hay miles de millones de personas en el mundo (la mayoría en países pobres), que no se han vacunado. Usar mi mascarilla es una manera sencilla en la que puedo evitar contagios y reducir un poco el impacto en esas poblaciones.
El riesgo nunca será cero. Cada cual tiene una tolerancia de riesgo y una situación de vida diferente. Sin embargo, espero que leer sobre mi proceso te ayude.
La recomendación de Aquí Nos Cuidamos

Luego de conversar este tema con el equipo de Aquí Nos Cuidamos, como proyecto, nuestra recomendación sigue siendo que utilices una mascarilla de alta calidad (N95 o KN95) o doble mascarilla (quirúrgica debajo, de tela encima) en interiores y que, siempre que te sea posible, evites aglomeraciones y espacios cerrados con pobre ventilación.

Quizás estás cansado o cansada de la mascarilla; sé que puede ser fastidiosa. Yo también me canso de usarla. Pero cuando me siento así, recuerdo que en lugar de una restricción, para mí la mascarilla significa libertad y solidaridad.
Tenemos herramientas para ti, sea cual sea tu decisión 

En aquinoscuidamos.org, bajo el tema de “Herramientas para prevenir contagios”, tenemos más información sobre el uso de mascarillas y cómo nos protegen de COVID-19. También tenemos materiales que responden a preguntas frecuentes sobre COVID-19 y la vacunación, desde cómo reusar las mascarillas KN95 o N95 hasta por qué es importante ponerse el refuerzo, y muchas más.
Al final del día, usar la mascarilla es una decisión personal que respeto. Siempre puedes escoger usar tu mascarilla, independientemente de las flexibilizaciones. Como mínimo, debes tomar esta decisión según tu riesgo y el riesgo de tus seres queridos, y tus realidades de vida. Por ejemplo, si eres una persona con mayor riesgo de sufrir consecuencias graves de COVID-19 o vives con alguien de alto riesgo, deberías usar tu mascarilla en espacios cerrados y aglomeraciones siempre. Y, por supuesto, es importante que sigas los requerimientos sobre el uso de mascarillas que establezcan el Departamento de Salud, las autoridades locales y federales.

Sé que navegar estos cambios puede ser confuso y estresante. Por eso me da paz saber que nos tenemos, y que desde Aquí Nos Cuidamos, podemos ser un acompañamiento científico y solidario. Como equipo, nos tomamos muy en serio el compromiso que hicimos contigo de acompañarte, incluso cuando hacerlo nos resulte incómodo y nos toque irnos a contranarrativa.

Te quiero bien y saludable. 

Un abrazo,
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