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#NuestrasCartas 19                                                                         Veja esse e-mail em seu navegador

A dos semanas del resultado del plebiscito de salida, se perfilan algunas reflexiones y se empieza a trazar el camino hacia una nueva Convención Constituyente. En esta última edición del boletín Nuestras Cartas traemos reflexiones sobre los resultados del proceso y los esfuerzos para dar seguimiento al compromiso de redactar una nueva Constitución para Chile.

La mayoría de los chilenos (62%) rechazó la nueva Constitución redactada por la Convención Constituyente concluida en julio de 2022, pero eso no significa que la actual Constitución, heredada del gobierno de Pinochet, aún tenga legitimidad. Después de todo, a principios de 2020, el 78% de los chilenos votaron por su reemplazo. Como dijo el presidente del Senado, Álvaro Elizalde, al diario El País, “La Constitución actual está jurídicamente vigente, pero se encuentra política y socialmente derogada”.

Ahora, los principales líderes políticos del país negocian un pacto para la redacción de una nueva propuesta de Constitución.

Mientras avanza el debate sobre el segundo intento de reforma constitucional, Chile aún reflexiona sobre las razones del triunfo del rechazo. Para Diana Aurenque, directora del Departamento de Filosofía de la Universidad de Santiago de Chile, la izquierda se “intoxicó” con el voto de 2019 a favor de una nueva Constitución y con la elección de una Convención mayoritariamente progresista –lo que puede haber cegado a esta formación política ante la anhelos reales de la patria.

El doctor en sociología Eugenio Tironi destacó en entrevista que el escenario político entre el plebiscito que convocó a una nueva Constitución, en 2019, y el plebiscito que rechazó la nueva Constitución escrita, ha cambiado mucho. Para Tironi, la izquierda ignoraba que la pandemia, el deterioro de la economía y el avance de la extrema derecha en las elecciones presidenciales de 2022 cambiaron el ambiente político.

El presidente del Senado, Álvaro Elizalde, también señala que a pesar de que la Constitución rechazada había enfatizado el reconocimiento y los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades con mayor población indígena jugaron un papel importante en la victoria del rechazo. “La pregunta es si se escuchó a ese sector de la sociedad para plasmar en el texto esas demandas, o más bien una élite intentó interpretar lo que el pueblo quería o lo que querían los pueblos indígenas”.

Para el escritor chileno Rafael Gumucio, el hecho de que el plebiscito saliente tuviera voto obligatorio demostraba que gran parte de la población chilena es desconocida. “Hay un continente enorme de personas que son evidentemente conservadoras —no siempre de derecha, pero conservadoras—, que no han sido consultadas, que no han sido parte del juego político”.

Gumucio también llama la atención sobre la izquierda tradicional, que ha comprado el discurso de la izquierda más radical sin reflexionar sobre los efectos pragmáticos de sus métodos. Citó, por ejemplo, una performance en Valparaíso en la que una mujer trans simulaba un acto sexual con una bandera chilena mientras gritaba “abortar Chile, abortar el macho interior, abortar la policía”, escena que, para el autor, distancia más que construye el diálogo. “La izquierda solo ha ganado cuando ha hecho política y siempre perderá cuando se dedique a la performance”.

Carol Pires
Editora del proyecto Nuestras Cartas


Actualizaciones post-Convención:

En un discurso en la Asamblea General de la ONU este martes (20), el presidente Gabriel Boric reconoció el rechazo generalizado del texto constitucional, pero destacó que el resultado no fue un fracaso y que la democracia es soberana. "El gobierno nunca puede sentirse derrotado cuando la gente habla", dijo. 

La reflexión que se hace en el Congreso es si la mejor forma de redactar una nueva Constitución es a través de una nueva Convención Constitucional. Algunos grupos argumentan que este no es el único mecanismo social para garantizar una amplia legitimación popular, mientras que otros no están de acuerdo

Una encuesta reveló que más del 54% de la población defiende que una Convención formada por una comisión de expertos redacte la nueva carta y que posteriormente se someta a plebiscito para su aprobación. 

Otros puntos, sin embargo, permanecen abiertos. Los líderes más alineados a la derecha quieren que el cuerpo sea de carácter mixto. En otras palabras: los miembros recién elegidos se unirían a los congresistas con mandatos actuales en la Cámara y el Senado. También está en disputa el número de escaños reservados para los pueblos indígenas, así como la posibilidad de que se puedan elegir listas independientes de partidos políticos, como fue el caso de la Convención Constituyente.


Que recomendamos:

> La diferencia entre los Chiles de 2019, que votaron por la Convención Constituyente, y los de 2022, que rechazaron el texto propuesto para la Constitución, en este artículo de Noam Titelman para la revista Nueva Sociedad.

> Entrevista a la primera presidenta de la Convención, Elisa Loncón, y su visión sobre la desaprobación del texto constitutivo por parte de los pueblos indígenas. 

> Los efectos del neoliberalismo en el resultado del plebiscito. Este artículo analiza los valores individuales y la participación popular en el proceso constituyente.

El proyecto Nuestras Cartas fue una iniciativa de Instituto Update y Fes Chile que ha documentado, en los últimos 2 años, las innovaciones políticas que Chile ha impulsado con la aprobación de una Convención Constituyente paritaria y la redacción de una propuesta de texto constitucional innovador. En nuestro repositorio, puedes encontrar el camino de este proceso que aún no ha concluido: estamos a la espera de los próximos pasos para la redacción de una nueva Constitución para Chile. Lo cierto es que nada volverá a ser como antes: la primera circunscripción paritaria del mundo movió las estructuras de poder de América Latina y revivió el imaginario político de toda la región en un momento tan difícil.

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