Nacido fuera de los grandes núcleos urbanos, y de sus corrientes de pensamiento y de modernidad, supo encontrar, en su momento, la forma y la manera de adelantarse al futuro más inmediato reencontrándose a sí mismo en el descubrimiento de nuestro habla, en la resistencia religiosa antifranquista, en la lectura de los grandes autores protestantes en bibliotecas católicas, dedicando su vida a la juventud universitaria, en el compromiso de llevar la palabra de Dios más allá de las paredes de la iglesia, sin olvidar su pasión de predicar el evangelio de Jesús dentro y fuera de nuestras fronteras agarrado a su compromiso político y su capacidad de impulsar el diálogo ecuménico e interreligioso. En definitiva,
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