¡Hola, comunidad LexLatin!

Les escribe Rosa Emilia Ramos. En este jueves de Propiedad
Intelectual repasamos los desaciertos legales de Meta (antes Facebook)
en el sistema de patentes estadounidense.

En la edición de hoy también encontrarán:

• Cómo se llama la nueva directora de PI de Lloreda Camacho y cuáles firmas anunciaron nuevos integrantes en sus prácticas de propiedad intelectual.
• Cómo se libró un escultor de una posible demanda por derechos de autor sobre One Piece.
• Brasil se unió a la lista de más de 70 países que suscribieron el Arreglo de La Haya sobre diseños industriales.
• Cómo y por qué aprovechar el talento sénior para capitalizar la propiedad intelectual.
• Qué es C4IP y cómo planea influir en la política de PI de Estados Unidos.
• ¿Por qué la Universidad de Purdue desestimó su demanda contra Google? ¿Cuál controversia involucra la palabra “taquería” y en dónde? ¿Qué pasó con la demanda contra The Unofficial Bridgerton Musical? ¿Cuánto dinero perdió la Calcio por culpa de la piratería?  

La semana pasada el Tribunal del Distrito Oeste de Texas concluyó que Meta infringió dos patentes de Voxer en sus transmisiones en vivo de Facebook e Instagram y por esto estableció una compensación de USD174,5 millones. La demanda a Meta fue interpuesta por Tom Katis, cofundador de Voxer y desarrollador de Walkie Talkie, en 2020.

Un portavoz de Meta aseguró que la empresa considera que las pruebas presentadas demostraron que no violaron patentes de Voxer, por lo que impugnarán la decisión. Este es apenas el último hito en una larga historia de controversias vinculadas con la compañía dirigida por Mark Zuckerberg, muchas de estas relacionadas con infracciones de propiedad intelectual.

Desde hace años diversos expertos han discutido sobre las prácticas cuestionables de la empresa, Parmy Olson, de Bloomberg, es una de estas personas. La periodista tecnológica expuso en un artículo que la gran amenaza de Meta es la ley más que las demandas y es porque aunque estas pueden poner el foco en las fallas de la empresa, no pueden forzar cambios definitivos en su conducta.

Ahí es donde está la verdadera lucha: con el cambio de leyes que, solo el tiempo dirá, si es posible o necesario, ¿podría hacerse esto con las leyes que castigan el robo de patentes? Especialmente cuando se trata de una empresa cuyos empleados informaron que es común que sus directivos los alienten a copiar las ideas de otros.
 

Autora: Rosa E. Ramos Cabello

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One Piece, cuya apertura acompaña esta nota, es uno de los animes más conocidos en la cultura pop actual, con una base de fanáticos que se cuenta en millones y una historia que estuvo a punto de ser objeto de una pesada demanda por derechos de autor, pero que evadió a último minuto.

One Piece es un manga escrito e ilustrado por el mangaka japonés Eiichirō Oda y es parte del catálogo de Shueisha, casa matriz de la editorial que imprime las obras de Oda y otros artistas nipones. A principios de este año, JBE Books anunció el lanzamiento de una recopilación de edición limitada de esta historia con 21.450 páginas, imposible de leer, por lo que puede interpretarse más como una escultura que como una pieza literaria. Esta obra no es oficial ni puede ser acreditada a Oda, sino que pertenece a Ilan Manouach, quien llamó a su escultura Onepiece.

Que la reinterpretación de Manouach es una escultura y no una edición literaria no autorizada es el hecho que permitió que JBE Books evitara cualquier reclamo de derechos de autor, sobre todo porque, como dijo su creador, la recopilación no está destinada a ser vista como un cómic o libro sino como una obra de arte escultórica, además de un comentario sobre el efecto que los cómics tienen en el arte conceptual y la digitalización desenfrenada de la industria de manga que, en palabras del escultor, “desafía el estado del arte de la artesanía del cómic”.

Y helo ahí, los cómics también pueden reinventarse y ser esculturas, nuevas obras derivadas totalmente válidas que no están atadas a las leyes de derechos de autor o que, al menos, no la infringen.