Viviendo en parcial confinamiento, cualquiera pensaría que estamos más en contacto con nosotros mismos, sin embargo, estamos envueltos en reuniones; todas las plataformas de videoconferencias están en actividad máxima y nosotros salimos de una reunión para entrar a otra, sin tener tiempo al menos para servirnos agua.
De pronto nos encontramos llenos de emociones que no pudimos asimilar y no entendemos por qué nos sentimos de tal o cual manera.
Necesitamos hacer una verdadera pausa.
Separar un tiempo para nosotros, para observar cómo nos sentimos y lo más importante, analizar por qué nos sentimos de esa forma.
Cuando entendemos las necesidades detrás de cada sentimiento, podemos trabajar en atenderlas, esto nos dará paz y por supuesto, mejorará nuestra relación con quienes convivimos de manera presencial o virtual.
Juan Carlos Domenzain,
Presidente Ejecutivo
|