🌺 Hoy me despido con las certeras palabras de Maurice Maeterlink en el ensayo La inteligencia de las flores (1907). Un maravilloso regalo de mi querida amiga Eva, que sabe leer bien, tiene los pulgares verdes y un corazón generoso. Así dice uno de los extractos que me envía y yo nos deseo lo mismo para esta extraña vuelta al cole, queridas personas.
"Si es difícil descubrir, entre las grandes leyes que nos agobian, la que más pesa sobre nuestros hombros, respecto a la planta no hay duda: es la que la condena a la inmovilidad desde que nace hasta que muere. Así es que sabe mejor que nosotros, que dispersamos nuestros esfuerzos, contra qué rebelarse ante todo. Y la energía de su idea fija, que sube de las tinieblas de sus raíces para organizarse y manifestarse en la luz de su flor, es un espectáculo incomparable. Tiende toda entera a un mismo fin: escapar por arriba a la fatalidad de abajo; eludir, quebrantar la pesada y sombría ley, libertarse, romper la estrecha esfera, inventar o invocar alas, evadirse lo más lejos posible, vencer el espacio en que el destino la encierra, acercarse a otro reino, penetrar en un mundo moviente y animado."
Con amor,
Chiquita
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