Las Grandes Logias Provinciales mantienen una vigilancia permanente de los rebrotes de la pandemia en sus territorios en el arranque del curso masónico 2020-21. El marco general para la actividad masónica en España es el decreto 1.286, emitido en julio por la Gran Maestría, que mantiene su plena vigencia. Este decreto permitió, coincidiendo con el cese del Estado de Alarma, reanudar la actividad masónica de todas las Respetables Logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia de España con medidas de obligado cumplimiento para evitar hasta donde sea humanamente posible la transmisión en nuestros templos. Entre ellas se cuentan el uso obligatorio de mascarilla en los templos o la recomendación de usar adicionalmente pantallas de protección. Las herramientas de trabajo deben ser desinfectadas antes y después de su uso. Será también preceptivo el uso de hidrogel a la salida y entrada de los trabajos y mantener una distancia mínima de seguridad de metro y medio al sentarse en el templo. Quedan terminantemente prohibidos los intercambios de abrazos fraternales y ósculos de paz y, por supuesto, cualquier hermano que presente síntomas de infección debe excusar su asistencia a los trabajos.

Más allá de este marco general, las ocho Grandes Logias Provinciales de la Gran Logia de España -Andalucía, Baleares, Canarias, Castilla, Cataluña, Madrid, Murcia y Valencia- están facultadas para adaptar en sus territorios de referencia la actividad masónica a la evolución de la pandemia. La Masonería Española responde así al contexto actual, donde son las diversas Comunidades Autónomas las están adoptando medidas para el control de la pandemia. En armonía con lo anterior, son las Grandes Logias Provinciales las que están analizando la incidencia local de esas medidas y vigilando la evolución de los rebrotes en sus territorios de referencia. A través de medios telemáticos, la Gran Maestría, el Gran Consejo Rector y los Grandes Maestros Provinciales mantienen un grupo de trabajo permanente, que incluye la presencia de Queridos Hermanos destacados profesionalmente en el ámbito de la prevención del Covid-19, para coordinar la adopción de las diversas medidas territoriales.

El 1 de agosto reabrió el Centro Documental de la Memoria Histórica, situado en Salamanca. Según informa la Gaceta de Salamanca, el centro ha recibido más de 3.000 visitantes, una cifra "sorprendente" que le sitúa "entre los espacios museísticos más vistos" del mes vacacional. Este museo es cita obligada para masones de todo el mundo que desean comprender hasta qué punto se reprimió la Masonería durante el franquismo. 

"Una de las sorpresas para los visitantes neófitos sigue siendo la Recreación de la Logia Masónica, espacio al que ahora se accede individualmente. Se trata de una habitación en la que se pueden contemplar muebles originales incautados a los masones durante la Guerra Civil. Fue recreada durante el régimen franquista para abrir un museo dedicado a ridiculizar y desprestigiar a la masonería. Nunca ha acogido reuniones de masones, pero cuenta con fondos originales de esta asociación de carácter filosófico que persigue el perfeccionamiento del hombre y el progreso de la humanidad", explica el diario.

El centro también es sede del Archivo General de la Guerra Civil, que incluye uno de los fondos más completos que existen sobre la Orden en todo el mundo. Hoy, sirve a los historiadores para hacer historia. Durante los años cuarenta, sin embargo, tenían otra finalidad: condenar a todos los masones que no murieron o se exiliaron durante la Guerra Civil.