Copy
Hoy leía un tuit interesante en Twitter.

Uno que me hizo pensar (y por eso lo encuentro interesante).

Uno que pensé en compartir contigo.

Lo escribía @olgarusu y decía:

"¿Qué cosa poco probable os haría tremenda ilusión ahora? Que os toque la lotería no vale, algo que demuestre lo diferentes y únicos que sois."

Llevo un buen rato dándole vueltas.

Verás, llevo un tiempo con un runrún en la cabeza. Tengo 44 años, pronto 45. Estoy en esa edad en la que ya tu vida tiene una cierta dirección. Y a veces te preguntas "cómo he llegado yo aquí" y si "esto es lo que yo tenía en mente".

Sobre todo con esta segunda pregunta, me peleo bastante.

Porque a veces leo a gente que afirma tener "un propósito claro en la vida", una "visión", un "sueño". Y yo no he tenido nunca la sensación de tener de eso.

Por eso, cuando intento responder la pregunta de @olgarusu, noto como se me recalienta el cerebro. Y se me oprime un poquito el pecho. Y como no es una sensación agradable... paso a hacer otra cosa.

Uno va haciendo su vida, va viviendo el día a día, tomando sus decisiones. Progresa en lo profesional, forma su familia, tiene sus entretenimientos... y oye, todo bien, no es que me queje. Pero a veces, haciendo auto-reflexión, me doy cuenta de que pocas veces me he sentado a "soñar despierto".

A preguntarme "qué me haría tremenda ilusión".

A hacerlo "a lo loco", olvidándome de restricciones y apriorismos. Aparcando esa vocecita crítica que te dice "con la edad que tienes", o "pero tienes una familia", o "para eso hace falta un dinero que no tienes", o "qué pensaría la gente", o "no tienes habilidad para eso", o "menuda gilipollez".

A veces me escudo en que serían "fantasías escapistas", y que hay que tener los pies en el suelo, y todo eso. Que no es más feliz quien más tiene sino quien menos desea. Que si no eres feliz con lo que tienes, qué te hace pensar que lo serías con lo que consigas. Que eso que te ilusiona en teoría luego cuando llegue pues igual no te ilusiona tanto, o que el subidón se pasa enseguida.

Que sí, que vale.

Pero un poquito de soñar despierto tampoco hace daño. Sobre todo si se lo toma uno como lo que es: un ejercicio para explorarse a uno mismo, una oportunidad de conectar con una energía movilizadora.

Un poquito de utopía.

Quizás sea el momento de hacerlo.

¿Y tú, cómo andas de ilusiones poco probables? Si quieres que te ayude a explorarlas, hablemos.
Copyright © 2020 Raúl Hernández González, All rights reserved.


Want to change how you receive these emails?
You can update your preferences or unsubscribe from this list.

Email Marketing Powered by Mailchimp