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09/10/2020

 

¡Hola! Espero que estés muy bien.

¿Te sentís segura en las calles de tu ciudad? Qué pregunta, ¿no? En Argentina, según el informe del colectivo MuMaLá de 2017, 8 de cada 10 mujeres encuestadas dijeron sentirse inseguras en el espacio público. El 75% de las encuestadas afirmó sentirse inseguras en zonas poco transitadas y el 51% en zonas poco iluminadas.

El informe visibilizó el acoso callejero y el abuso sexual en los medios de transporte como las formas de violencias que más experimentan las mujeres en el espacio público. El 93% dijo haber sido acosada sexualmente en la vía pública y el 51% haber sido atacada físicamente o tocada en la calle. En relación al transporte público, el 50% fue acosada verbal o físicamente por varones mientras esperaba el colectivo (autobús) y 2 de cada 10 mujeres referenciaron haber sido acosadas físicamente dentro del colectivo.

Las mujeres siempre buscamos (y encontramos) nuevas maneras y formas de hacerle frente a la violencia. Si nuestras principales aliadas son las amigas y compañeras, hoy el teléfono móvil se convirtió en una las principales armas o, al menos, la que tenemos más a mano. El “mandame un mensajito cuando llegues” es la frase de cabecera en las despedidas de cada una de nuestras tertulias, con el tiempo nos hemos ido sofisticando un poco y ahora contamos con algunas herramientas más: las apps.

Tenemos en Latinoamérica un enorme abanico de opciones listas para ser instaladas en nuestro celular, la gran mayoría son gratuitas aunque es un poco difícil seguirles el rastro sobre todo porque muchas van quedando en desuso. Algunas -las menos- son desarrolladas por los propios gobiernos para acompañar alguna política pública, como SofiApp, del gobierno de Bogotá, Colombia, o Alerta de Género Tigre, en Argentina.  En otros casos, son empresas de seguridad que lanzan sus versiones de botón de pánico y alertas para mujeres. Y por último, están las que surgen desde organizaciones feministas que toman la iniciativa ante la falta de acción por parte del Estado. En lo personal, éstas son las que más me gustan. Si luego pueden aliarse a otros organismos o incluso a gobiernos para trabajar colaborativamente, qué mejor. Pero la mirada feminista es fundamental para su desarrollo. 

Botones de emergencia para pedir ayuda ante una situación de peligro, mapas para registrar los acosos callejeros, apps de mujeres conductoras de taxis o que brindan información sobre violencias y rutas de atención y acompañamiento. Así vamos generando nuestras redes de contención y mecanismos online para combatir las violencias que vivimos en el espacio público. Una de las tantas redes que, a pesar de no ser las únicas ni suficientes, marcan una diferencia.

Ilustración de Jazmín Varela
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La primeras apps que surgieron fueron desarrolladas para ofrecer información sobre mecanismos de denuncias o recibir asesorías sobre temas de violencia de género. En esta línea, ejemplo, la Red Nacional de Mujeres de Colombia desarrolló Ellas (Libres de Violencias), una aplicación que, además de explicar los diferentes tipos de violencias de género, ofrece a las mujeres colombianas información con las principales líneas de atención y asesoramiento. 

Si bien este tipo de apps siguen vigente y son necesarias, en el último tiempo comenzaron a surgir las que ofrecen el envío de alertas sobre una situación de amenaza o violencia a contactos previamente elegidos. Es el caso de No estás Sola, una app creada en Rosario (Argentina) por  la Campaña por la Emergencia en Violencia contra las Mujeres, junto la Cooperativa Redjar y estudiantes de Ingeniería en Sistemas de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

“Esta App surge desde lo que nos pasa todos los días a las mujeres: tener miedo”. Esta fue una de las frases que se escucharon durante su presentación, el 3 de junio de 2019 en el contexto de la marcha Ni Una Menos. Hoy, un poco más de un año después, la app cuenta con más de 11.000 descargas en todo el territorio argentino.

¿Cómo funciona? El mecanismo es similar en la mayoría de las apps de este estilo. Una vez que la descargás en tu teléfono, agendás a tus contactos de emergencia, que en este caso pueden ser hasta cinco. Cada una de estas personas también la deberá instalar,  ya que funciona con contactos que tengan la app. Si una usuaria se encuentra en una situación que considera de peligro o emergencia, con solo agitar el teléfono la app envía automáticamente una notificación a sus contactos y la ubicación en tiempo real. Para ello, el celular necesita estar conectado a una red móvil de Internet y, cada dos minutos, la app repetirá el mecanismo hasta que la usuaria detenga la emergencia.

Esta app “de seguridad sorora y comunitaria”, tal como la definen sus creadoras, además de ser una herramienta para combatir los crecientes casos de violencia que sufren las mujeres también ha posibilitado una gran comunidad de usuarias y aliades. La app hoy cuenta con una red de comercios solidarios georreferenciados en un mapa: una red de comercios seguros que cuentan con capacitación en prevención y atención ante casos de violencia. Además, a comienzos de este año firmaron un acuerdo con las mujeres taxistas agrupadas en SheTaxi -otra app desarrollada en la ciudad- a partir del cual desde la  Campaña por la Emergencia capacitan a mujeres taxistas y entregan protocolos contra la violencia.

En junio de este año sus realizadoras anunciaron su lanzamiento en Chile, luego de un intenso trabajo junto a organizaciones feministas de ese país en donde hasta el momento, no existía una aplicación similar.

La app No Estás Sola, surgida en Rosario.

 

"Las mujeres nos seguimos organizando y nos ayudamos entre todas para enfrentar la violencia". ¿Sabés cómo surgió la idea de la app? A partir de varios intentos de secuestro de chicas que eran compañeras de distintas Facultades de la ciudad, sus impulsoras -Débora Colasanti, estudiante de Ciencia Política, María Sol de Zan, estudiante de Trabajo Social y Nazarena Galantini, estudiante de Filosofía- comenzaron a preguntarse qué podían aportar y cómo; para llegar a la app se basaron en experiencias que ya funcionaban en otros países.

Nazarena, además, es la coordinadora de la Campaña por la Emergencia en Violencia contra las Mujeres en Rosario, una movida autosustentada e  independiente que “nació para enfrentar la violencia que sufrimos todos los días y pelear por políticas para la prevención y la erradicación de la misma. La declaración de la Emergencia permite mayores recursos para políticas públicas que vayan en este sentido como centros de denuncias las 24 hs, refugios, respuesta inmediata ante emergencias, entre otras medidas. Las exigimos porque la ausencia del Estado en estas políticas lo transforman en cómplice de las peores cosas que sufrimos las mujeres”. Podés seguir y sumarte a la campaña en sus redes, están en twitter y facebook.   

La sororidad sobre ruedas

A fines del año pasado un informe de Uber en Estados Unidos me dejó pasmada: la empresa admitió por primera vez haber recibido cerca de 6.000 denuncias de casos de agresión sexual, incluidas 464 violaciones, entre 2017 y 2018.

Los casos de acoso y abuso sexual a mujeres en el transporte público son reiterados y es increíble cómo las empresas siempre tratan de restarle importancia diciendo que es un porcentaje bajo en relación a la cantidad de viajes o a otros hechos de violencia y bla bla bla. Eso mismo dijo Uber. Pero estos hechos son tan reales como el miedo, que no es sólo de las usuarias. 

Un viaje en SheTaxi. Crédito IG @sheconductorarosario

 

She Taxi es una app que, como te comenté más arriba, también nació en Rosario como respuesta a una necesidad de seguridad tanto de pasajeras como de conductoras. Su creadora, María Eva Juncos, construyó una comunidad en donde ambas partes encuentran apoyo y acompañamiento mutuo. Además, sumó el servicio de delivery para comercios, la posibilidad de que incorporen sus servicios las remiseras habilitadas y también la opción para que una persona de la familia o amigue de la usuaria pueda seguir el recorrido del viaje por GPS.

La App ya cuenta con más de 130 conductoras y arriba de 100.000 descargas. Desde su implementación, a fines de 2016 a la fecha, se extendió a otras ciudades como Santa Fe y Córdoba. Según datos compartidos por María Eva, sumando a las tres ciudades, entre 2017 y 2020, las solicitudes de viajes fueron 614.185, de las cuales se realizó el 76,2 por ciento, lo que representa cerca de 468.000 personas. Dentro del universo de aquellos viajes no concretados, los no tomados ascendieron a 87.830 casos, y esto es principalmente por falta de cupo de mujeres conductoras.

Para María Eva, una de las razones por las que más mujeres no se animan a manejar un taxi, además de la inseguridad, es porque también se tiene que lidiar “con los compañeros varones, con los gremios y la resistencia que existe contra este tipo de aplicaciones”. Sin ir más lejos, algunas semanas atrás los representantes de cámaras y asociaciones de taxistas se reunieron con el gobierno local para expresar su desacuerdo con el funcionamiento de la app. Estos ataques corresponden a una conducta machista “que no respalda la posibilidad que damos de que mujeres puedan prestar el servicio a personas que requieren que se lo preste una mujer”, dice María Eva.

A comienzos de septiembre se presentó en Argentina Uber Ellas, “una modalidad que permite a sus conductoras mujeres elegir el género de las personas que se suben a sus autos, pensando sobre todo para horarios nocturnos, y para su seguridad y confianza”. Así lo cuenta la periodista Irina Sternik en esta nota.

"Uber Ellas nació en Arabia Saudita cuando se eliminó la restricción para que las mujeres pudieran conducir y luego se lanzó en 11 ciudades de Brasil. Argentina es el primer país donde se habla español en Latinoamérica en presentar esta posibilidad y tanto mujeres como personas no binarias tendrán acceso a la función", cuentan desde la empresa. Si bien es un gran avance para la seguridad de las trabajadoras, por el momento  la opción no permite elegir conductoras mujeres para las pasajeras.

Mapeos para seguir vivas y (re)ocupar el espacio público

Otros desarrollos que se vinculan con la posibilidad de visibilizar y combatir las violencias en el espacio público son las apps y plataformas para denunciar y marcar situaciones de violencia y zonas peligrosas en los barrios y ciudades a través de su georreferencia en mapas interactivos.

SafetiPin, por ejemplo, fue creada en la India y permite, a través de reportes de usuaries, configurar mapas de niveles de seguridad de calles y barrios. Desde 2014, en Bogotá, fue implementada por la Secretaría Distrital de la Mujer. Con la información de fotografías tomadas por taxis y bicicletas, la app entrega mapas, basándose en parámetros como iluminación, visibilidad, transporte, vías de peatones, densidad de población, diversidad de género y reportes de violencia. 

En la ciudad de La Plata, Argentina, dos arquitectas lanzaron el proyecto Mapa Interactivo del acoso y del abuso con el objetivo de generar un relato común que pueda “ visibilizar que esta violencia se da de diferentes maneras, con variaciones, y que además puede quedar alojada en nuestro cuerpo y nuestra vivencia urbana”. El proyecto se replicó en Santa Fe y en Cipolletti con la idea de que pueda realizarse en más ciudades y localidades del país.

Este tipo de iniciativas recaban información que incluso podría servirle a los gobiernos para desarrollar políticas públicas e intervenciones urbanas con enfoque de género, que contribuyan a construir ciudades más seguras.

Ilustración de Jazmín Varela

Seguramente hay muchas, muchísimas más iniciativas. Este es apenas un breve recorrido por algunas experiencias, si conocés alguna te invito a que me la compartas porque es un tema para seguir hablando y explorando. No quiero despedirme sin antes cerrar con un par de apreciaciones. La primera es que las aplicaciones son apenas una herramienta más. Las violencias basadas en el género son un problema que nos atraviesa como sociedad, cuya erradicación requiere del compromiso de todas las personas y en donde el rol del Estado también es clave.

Por otro lado, el uso de las apps siempre depende del acceso a Internet y a determinados dispositivos y se sabe que la brecha digital en algunas regiones sigue siendo muy pronunciada. Sin conexión las opciones para dar alerta son más limitadas pero hay muchas estrategias que seguimos utilizando, como por ejemplo anotar la placa del taxi en que viaja tu amiga o ir hablando por teléfono durante el viaje, informar las características y placa del auto o la hora prevista de llegada. Ojalá algún día no tengamos que hacer ninguna de estas cosas.

Gracias por llegar hasta acá. Si te gustó, tenés que saber que me hace muy feliz. Si te parece que le puede interesar a otras personas, no lo dudes, ¡reenvialo! Y si a vos te llegó reenviado, podés suscribirte acá.

Te mando un beso. ¡Nos leemos la semana que viene! Ivana.

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