En su lucha contra la emergencia climática, Barcelona ha convertido 11 escuelas en refugios climáticos para hacer frente, sobre todo, a las altas temperaturas, con ambientes que permitan un mayor confort térmico para el alumnado.Se han transformado los espacios exteriores, en un proceso colaborativo entre administraciones, entidades y escuelas. El proyecto ha contado con la participación activa del ICTA-UAB a través del investigador JosepAnton Morguí.
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