🎢 Hoy me despido haciendo honores a la montaña rusa emocional en que vivimos y traigo un poema de Nicanor Parra que encuentro muy apropiado para la próxima temporada de altibajos. Siempre me fascinó la estética de esta atracción, que debe su nombre a las diversiones llevadas a cabo en Rusia durante el invierno, donde existían enormes toboganes de madera que se descendían con trineos deslizables sobre la nieve. Irónicamente, los rusos lo llaman Американские горки o "montaña americana". De Rusia pasaron a Francia, donde agregaron los carros de tren a vías en desuso y, finalmente, llegaron a Estados Unidos, donde se las conoce como roller coasters. ¿Alguien monta conmigo?
La montaña rusa
Durante medio siglo la poesía fue
el paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo
y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan
echando sangre por boca y narices.
(De Versos de salón, 1962)
Con amor,
Chiquita
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