Nuestro más reciente episodio, «El legado de Judith Jarvis Thomson», ya está al aire:
Escúchalo aquí.
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- El pasado 20 de noviembre murió en Cambridge, Massachusetts, Judith Jarvis Thomson, una de las filósofas más destacadas de las últimas décadas. Octavio y David dedican este capítulo a su legado, tratando dos temas en los que dejó huella.
- Conscientes de la sensibilidad del tema (y de que exige, para un tratamiento profundo, una voz femenina), David y Octavio abordan primero el famoso ensayo de Thomson, «Una defensa del aborto», publicado en 1971. Pasan luego a su teoría de la virtud que hace parte del proyecto filosófico neo-aristotélico en el cual concentró Thomson sus esfuerzos en años recientes.
- Octavio queda deslumbrado por lo que fue siempre el sello de Thomson: su claridad conceptual implacable (la misma que padecieron sus estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT).
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Y si quieres leer más sobre Thomson...
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...sugerimos dos de sus ensayos más famosos («A Defense of Abortion», de 1971, y «Killing, Letting Die, and the Trolley Problem», de 1976), además de la cátedra en la que explica las tesis centrales de su libro «Normativity», de 2008.
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Una solicitud amable: si no lo han hecho ya, agradeceríamos que se suscriban a Urbi et Orbi en Spotify y Apple Podcast, y que nos dejen puntuación y reseña en esta última plataforma.
Gracias de antemano.
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Judith Jarvis Thomson, 1929-2020
Aquí va el obituario que de ella escribió Alex Traub, amigo de David de quien hablamos en el podcast, para «The New York Times».
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En nuestro capítulo anterior, «La culpa de Borges»...
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... hablamos del texto «Silviano Acosta» que Borges dictó en 1985 sobre hechos ocurridos en 1871 y redescubierto por su viuda, María Kodama, en 2020.
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Don Jorge Luis creyó padecer culpa congénita; la heredó, sin saberlo, de su abuelo, el coronel Francisco Isidoro Borges. Es tal vez su forma de recordarnos que al mundo llegamos con ataduras, que en él nacemos con una historia que nos antecede pero no por eso deja de ser menos nuestra. (Incluimos aquí la referencia al poema al que aludió David en el podcast, «This Be The Verse» de Philip Larkin, y uno más al que ha debido aludir: «Para que yo me llame Ángel González», aquí leído por el autor.)
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Como en «La persistencia de la memoria» de Dalí (1931), el tiempo de Borges se suspende apenas en la memoria, que inevitablemente deforma lo que intenta retener. Por eso cuando Borges quiso expiar la culpa familiar con Silvano Acosta, el tiempo (el eterno tirano) ya se lo había hecho imposible: muerto Silvano, la única reivindicación posible era con un personaje literario que Borges tenía que reconstruir a pesar de sí mismo.
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En caso de dudas, quejas, sugerencias o reclamos, escríbeles a David y Octavio contestando a este correo.
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