Al hacer un boletín de fin de año uno tiene el impulso de comenzar por una suerte de recuento de lo acontecido en el correr del ciclo que termina, una mirada retrospectiva que apunte a evaluar ese pasado inmediato. Pero  ¿cómo sopesar lo que hemos vivido en este año? ¿Cómo ponderar las cosas buenas que sucedieron dentro de un contexto de crisis sanitaria, económica, cultural?
El segundo impulso es mirar hacia adelante, proyectarse y especular sobre las actividades que desarrollaremos durante el año venidero. Pero ¿cómo construir futuro ante un panorama donde la única certidumbre es que no podemos ejercer nuestras profesiones como artistas del espectáculo? ¿Cómo imaginar nuevos proyectos artísticos cuando nos preocupa resolver nuestras necesidades más básicas?
 
No sé si en este momento somos capaces de estimar la magnitud del retroceso que esta crisis provocará en el circo (entre muchos otros sectores artísticos y sociales). El día que podamos dar función nos encontraremos con que hace mucho tiempo que no podemos ensayar de forma adecuada, pues los espacios de entrenamiento han permanecido cerrados o con medidas de distanciamiento que limitan los horarios de uso al mínimo (algunos de esos espacios han cerrado sus puertas definitivamente), nos encontraremos con que muchas de nuestras empresas culturales han dejado existir. El mundo artístico y cultural es un ecosistema social frágil y tras meses sin recibir ingresos nos enfrentaremos a la desaparición de gran cantidad de estructuras. El día que podamos dar función nos encontraremos con que, en el afán por sobrevivir, nos hemos profesionalizado en actividades muy diversas, ajenas al arte escénico, y tal vez el último boletín electrónico que habremos enviado no habrá sido de circo, sino promocionando podas en altura, vermouth artesanal o clases de fitness por computadora...
 
La UNESCO (ver documento) dice que “la crisis causada por la pandemia de COVID-19 ha tenido repercusiones devastadoras en las industrias creativas y culturales. En todo el mundo, los medios de subsistencia de los artistas y profesionales de la cultura se han visto gravemente afectados por las medidas de confinamiento y distanciamiento físicos. La índole precaria de su quehacer profesional los ha hecho especialmente vulnerables a los impactos económicos provocados por la presente crisis que, además, ha exacerbado la volatilidad y las desigualdades que ya existían en el sector creativo y cultural. Ha alcanzado un nivel inigualado el número de artistas y profesionales de la cultura que han perdido sus empleos y, en todas partes del mundo, el sector está luchando por su supervivencia. [...] La crisis causada por la pandemia de COVID-19 también ha puesto de relieve la persistente necesidad de mejorar los mecanismos de protección social, económica y laboral de los artistas y profesionales de la cultura.  [...] Cuanto más tarden en reanudarse esas actividades, tanto más duraderos serán los efectos negativos que pesan sobre ellas.”

Sin embargo, no todo es negativo, este periodo ha puesto de relieve la enorme resiliencia del sector artístico así como la incansable creatividad de sus integrantes. Y lo que es más importante, ha favorecido la comunicación a la interna del gremio, lo que abre nuevas perspectivas de organización, el elemento sine qua non del fortalecimiento de nuestro sector,  que se presenta además en un momento oportuno, en el que se ha evidenciado la importancia para el resto de la sociedad de la producción artística. Una vez más la UNESCO recalca que “la difusión de contenidos creativos y el acceso a ellos han resultado indispensables para afrontar las condiciones desfavorables creadas por un confinamiento que, sin embargo, era imprescindible adoptar para contrarrestar la propagación de la COVID-19. [...] Durante la crisis sanitaria muchos artistas del mundo entero se han prestado voluntariamente a brindar un acceso gratuito a una gran cantidad y variedad de contenidos creativos.”

Lo que está claro es que los artistas, eternos parias, seguirán produciendo aún en las condiciones más adversas, y que los productos artísticos son indispensables y reconfortantes como un rayo de sol en la tormenta.

 
¡Salud y circo!

Rodrigo Hernández

Debido a la pandemia global de la COVID-19, la tercera edición del Festival Iberoamericano de Circo [FIRCO], programada para septiembre de 2020, se canceló. Pero Circontinentes, con la coproducción del Teatro Circo Price, ha decidido seguir apostando por el circo iberoamericano incluso en estos momentos de tanta incertidumbre. 

En lugar de una edición “al uso”, este año se ha planteado una nueva propuesta: un documental de circo, accesible desde todos los puntos del planeta y siendo una marcada apuesta por el circo iberoamericano, para demostrar su fuerza y valor. 

Cinco compañías artísticas de diferentes países iberoamericanos fueron convocadas para protagonizar este documental en cinco espacios singulares de la ciudad de Madrid. Además de mostrar circo en lugares poco habituales, conoceremos más a fondo a estos artistas, sus inquietudes, su visión del circo y del mundo.  

Toda la información en FIRCO.ORG

 

Carpas cerradas, frío diciembre.
 
<<Las calles de Bogotá, Colombia, están semidesiertas. El coronavirus dicta un estado de extrañeza en el mundo entero dejando a su paso incertidumbre, desconcierto y muerte. Es domingo en la tarde, para algunos las 5pm, más al sur las 7pm. Inicia una transmisión desde Facebook Live que a los pocos minutos tiene más de 200 mil personas conectadas, avanza el reloj e incrementan los seguidores: 400 mil, 500 mil… El Circo Hermanos Gasca, instalado en el “parqueadero de Makro frente a Titlán Plaza”, en algun lugar de Bogotá, acaba de dar una función frente a cientos de butacas vacías y casi 800 mil espectadores virtuales. No hubo aplausos bajo la carpa pero sí miles de comentarios y likes.
Micrófono en mano, frente a la cámara, Raúl Gasca en varios momentos fue un cirquero asombrado. Nunca su espectáculo había tenido un público invisible tan cuantioso. El circo llevaba ya 30 días cerrado, sin recibir ingresos, quizá habiendo pagado ya la renta por instalarse en el estacionamiento. El mensaje que Raúl Gasca externó fue contundente: si ven un circo, apóyenlo.>> Escribí esas líneas para un ensayo que entregué en la maestría(1) la segunda semana de abril. Ocho meses después, son diversas las situaciones que han enfrentado los circos tradicionales mexicanos en América y que a través de medios informativos y redes sociales he podido dar seguimiento.
Al inicio de la pandemia todos los circos se vieron obligados a interrumpir sus funciones, algunos, como el Hermanos Gasca contaron con los recursos tecnológicos para dar funciones gratuitas en línea. En otros lugares, señalan Zavala y López, los circos medianos y pequeños recibieron despensas y medicamentos de los vecinos de las comunidades en donde se quedaron varados. Al no poder abrir el circo, las familias circenses han trabajado ofreciendo servicios como mecánica, soldaduría y electricidad (El Universal, 2020), además de venta de alimentos. Algunxs artistas han salido a las calles a presentar números cortos en los semáforos.

En México, el 25 de agosto decenas de artistas circenses se manifestaron afuera de Palacio Nacional, en la capital del país, para pedirle a las autoridades la reapertura de los circos. A partir de septiembre algunos estados autorizaron la reanudación del espectáculo circense. Por ejemplo, en el Estado de México, de octubre a diciembre algunos circos retomaron sus funciones y giras, con aforo restingido (no montando la totalidad de butacas), ofreciendo gel antibacterial al público antes de ingresar a las instalaciones del circo, tomando la temperatura y poniendo tapetes sanitizantes en la entrada. No obstante, en estados como Yucatán las autoridades no han permitido que se abran las carpas.

Algunas empresas como el Circo Atayde Hermanos no lograron darle vida a sus espectáculos porque con un aforo bajo les era imposible recuperar los gastos de producción, operativos, salarios de artistas, pago de hospedajes, etcétera. Así que apostaron por ofrecer funciones en línea, de temporadas anteriores.

Este es apenas un panorama de las formas en las que el circo tradicional mexicano ha sobrellevado la terrible pandemia. No logro entender por qué en algunos estados las autoridades sí permitieron la reapertura de cines, teatros y gimnasios pero no de circos. En este frío diciembre lo único que no nos abandona es el coronavirus, los ahorros de las familias circenses se acaban y algunas carpas están volviendo a cerrar. Lo único que nos queda es atender las palabras de Raúl Gasca: si ven un circo, apóyenlo.
 
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Bibliografía
 
Gómez Granados, Ángel, (2020, 9 de mayo). “La cuarentena que duró años para los circos en la CDMX”, El Universal, https://www.eluniversal.com.mx/nacion/la-cuarentena-que-duro-anos-para-los-circos-en-la-cdmx
Hernández, Eduardo, (2020, 25 de agosto). “Cirqueros se manifiestan frente a Palacio Nacional; exigen reinicio de actividades”, El Universal, Metrópoli,  https://www.eluniversal.com.mx/metropoli/cirqueros-se-manifiestan-frente-palacio-nacional-exigen-reinicio-de-actividades
López, Luma, (2020, 2 de mayo). Virus deja en la cuerda floja a familia circense, El Universal,
https://www.eluniversal.com.mx/estados/coronavirus-destroza-planes-de-familia-circense
Sin Embargo, (2020, 12 de septiembre). “Circos y acuarios de CdMx reiniciarán actividades la próxima semana al 30% de capacidad”, Sin Embargo, https://www.sinembargo.mx/12-09-2020/3858943
Zavala, Juan Carlos (2020, 12 de abril ). “Así enfrentan los circos la crisis por el coronavirus en Oaxaca”, El Universal, https://www.eluniversal.com.mx/estados/asi-enfrentan-los-circos-la-crisis-por-el-coronavirus-en-oaxaca