¡Hola!
Pensé, cuando me despedí para un descanso el año pasado (hace menos de un mes), que el tiempo iba a alcanzarme para ponerme al día con todo lo que quería hacer. Reconozco que quizás me dejé de llevar por un optimismo inútil, sin ningún sustento científico (un optimismo, digamos, que los antivacunas celebrarían).
Como sea, ahí estaba yo, con enormes planes que obviamente se transformaron en planes a escala humana y de esos, sólo algunos quedaron en pie.
Suele ocurrir.
Ya lo dijo Leila Guerriero en su último libro, "Teoría de la Gravedad", una recopilación de sus mejores columnas en el diario "El País": "A fin de año, más que nunca, la vida no es la vida sino una patética declamación de buenas intenciones, una renovación del permiso de postergarlo todo, una fe idiota en que nunca será demasiado tarde para nada".
En fin...
De lo que quedó en pie, me quedo con un libro chiquito que me gustó mucho, que se llama Los Llanos y es de un escritor cordobés que se llama Federico Falco (que además tradujo un libro de cuentos espectacular que se llama Taj Mahal, de Deborah Eisenberg). "Los llanos es una novela sobre el duelo de una ruptura amorosa, pero es también una novela sobre el tiempo que pasa, y sobre cómo pasa ese tiempo. Para sanar, el protagonista decide autoexiliarse en un campo, y en soledad, decide encarar una huerta. Allí aprenderá el tiempo lento de las cosas que crecen, el tiempo complejo de las cosas que crecen y a veces se arruinan, y el tiempo necesario de esas cosas que crecen.
De lo que quedó en pie, también, me quedo con estos correos. Pensé que después de tantos meses de pandemia nos hemos hecho expertos en algunas sensaciones: hartazgo, pesimismo, optimismo, esperanza, soledad, desazón, etc, etc. Sensaciones opuestas y cambiantes. Inquietantes y de las otras.
Y pensé entonces, que a partir de ahora, y una vez a la semana, podríamos dedicarnos a estas sensaciones, una a la vez, para bucear a su alrededor, para buscar entre los libros, las películas, la música y las voces expertas, modos mejores de abordarlas. O maneras más entretenidas de transitarlas. Para que pasemos este tiempo, como en los llanos, admitiendo que hay un tiempo necesario, a veces lento y siempre complejo.
Hola otra vez, entonces. Esto es un reencuentro y una invitación, para que vayamos armando un 2021 lleno de palabras con sentido.
Nos vemos, por acá..
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