Viví siete años en Bilbao.
Allí conseguí un título universitario, un buen puñado de amigos, mi primera experiencia profesional y un matrimonio con Patricia.
Pues resulta que en Bilbao hay un dulce típico: el bollo de mantequilla. Es un bollo suizo relleno de una crema de mantequilla y almíbar. No es que sea la gran cosa, pero no es fácil de encontrar fuera de allí.
Y a Patricia le gusta.
Supongo que tiene algo de sabor a nostalgia, a "casa".
La cuestión es que hace 20 años que no vivimos en Bilbao, y no tenemos acceso fácil a los bollos de mantequilla.
Este sábado me dije: "igual puedo hacerlos yo".
Así que me armé de valor y busqué una receta por internet. Me aseguré de tener los ingredientes (no tiene mucho misterio: huevos, leche, harina, levadura... y por supuesto mantequilla), y Thermomix en ristre me pasé la mañana de cocinillas. Que si amasado, que si fermentado, que si horneado, que si hacer la crema...
¿Conseguiría hacer algo medianamente parecido a ese bollo de mantequilla de Bilbao? O lo que es más difícil, ¿algo medianamente parecido al sabor mítico que habita en la memoria?
La respuesta, a tenor del juicio de "la de Bilbao", es que sí. Un 9.5 de valoración (y eso porque no le puse azúcar glass por encima).
¿Que por qué te cuento esto?
Pues verás.
Los días tienen una asombrosa capacidad para parecerse unos a otros.
Las rutinas son interesantes, nos dan estructura. Pero también hacen que los días se difuminen, se sucedan sin nada que los haga especiales.
Nada que, al echar la vista atrás, nos ilumine la cara.
Hace tiempo que procuro meter "cosas especiales" en mis días, y/o fijarme en los detalles especiales que los días ponen en mi mesa. Hasta llevo un registro en un cuadernito.
No tienen que ser grandes cosas (aunque a veces sí). Quizás una lectura especial, una conversación diferente, una actividad nueva, un paseo por un sitio menos habitual.
Preparar unos bollos de mantequilla.
Cosas que, al repasar la semana, me hagan pensar "esta semana no fue exactamente igual a la anterior".
Este mes no fue igual que el anterior.
Este año no fue igual que el anterior.
PD.- Si alguna vez le has reenviado uno de mis correos a alguien que conoces, porque te ha parecido interesante... ¡muchas gracias!
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