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Por: Laura Loncopan Berti

¡Hola!

Si sos militante de algún partido nada tengo que decirte, sino que te deseo buena salud y que aprendas karate. Y que trates de no equivocarte, porque el error de un hombre —aunque sea un error a mano armada— no es más que un simple error: “¡es humano!”. Pero el error de una mujer es una afrenta pública y sirve a la generalización: “las mujeres no están capacitadas… etc.”.
(...)
El Movimiento de Liberación Femenina no se conforma con paliativos, aunque no tenga más remedio que aprobarlos en primera instancia. Tampoco busca a ciegas la igualdad con el hombre (¿igualdad en fuerza bruta, en tácticas de opresión, en fracasos?). Lucha para conquistar una absoluta autodeterminación, para acabar con el reparto de privilegios, funciones y sanciones según el sexo, para construir a la larga una nueva civilización, humana y cooperativa.

Las mujeres, como los negros, los colonizados, la clase trabajadora, a medida que tomamos conciencia, menos queremos dádivas; queremos lo que nos pertenece por derecho y nos arrebatan día a día, es decir, TODO. Las mujeres, que fuimos custodias de la vida —para que fuera rifada en guerras— queremos más que nunca defenderla de los fabricantes de muerte. Pero según, cómo y cuándo lo determinemos nosotras.

La cédula, entre otras fotos hermosas, están disponibles en la página web "Fundación María Elena Walsh".

Estos párrafos son parte de "Carta a una compatriota", escrita en 1973 por María Elena Walsh, y publicada en la Revista Extra. En ese momento regía la dictadura de Alejandro Lanusse. Aquí la pueden leer completa, no tiene desperdicio. En esta entrevista deliciosa que le hicieron en 1989, ella aseguró: "Las mujeres cedemos el lugar para que no nos maten."

El ministerio de Cultura de la Nación repasó su obra al cumplirse 91 años de su nacimiento. Pueden bucear en todo el material, les dejo este poema:

La feminista

Sucede que ya no aguanto

que en la calle me grités

a la primera de cambio:

"¡Tenías que ser mujer!"

Soy mujer y me equivoco

pero vos, ¿quién te creés?

¿Valentina la astronauta,

Evita, sor Juana Inés?

Sos el león de la Metro,

mucha porra y poco rey.

No me vengas con rugidos

que no hay selva por acá

y no soy ninguna fiera

ni la mona de Tarzán.

Yo fallo por accidente

y no por fatalidad.

Cuando agarre la manija

no sé si lo haré tan mal

como ustedes, que arremeten

gobernando marcha atrás.

Conmigo te equivocaste

de programa y de canal.

Me tomaste por tu abuela

que aguantó sin pestañear.

Si tenés el monopolio

del acierto universal

yo te dejo vía libre

pero vos, dejame en paz.

Y cuando las papas quemen

¡arreglate sin mamá!

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Lila

¿Cómo están? Una mostra María Elena, ¿no? Merece un newsletter exclusivamente sobre su vida y su trabajo. Yo la conocí más con el libro "Nací para ser breve" de Gabriela Massuh y en el perfil que trazó Leila Guerriero de la fotógrafa Sara Facio. "Sara no tiene nada de hermana es mi gran amor que no se desgasta, sino que se convierte en perfecta compañía", dijo María Elena sobre ella.

Hoy vamos a hablar de otras mostras. Este verano leí "Lila y el aborto, una investigación ficcionada y socorrista con profesionales de la salud en la Patagonia". Lo pueden descargar en este link.

El libro se basa en una investigación académica que incluyó 21 entrevistas en profundidad a personal de salud que se desempeña en el sistema público de localidades patagónicas (Neuquén, Zapala, Plottier, Senillosa, San Martín, por ejemplo) que garantizan interrupciones legales del embarazo y que construyeron algún tipo de alianza con las socorristas. Sí, la red de activistas que acompañan abortos en Argentina articuló, y lo sigue haciendo, con efectores comprometidos con el derecho a la salud y a la vida de las mujeres y personas gestantes.

Los resultados de esa investigación se organizan en cuatro ejes: la elección de la carrera, hitos en la biografía personal, prácticas en el sistema de salud y qué ofrece el socorrismo a la hora de pensar el aborto.

Todo este insumo, más los resultados de las observaciones participantes realizadas en 2018 en la Cátedra Libre de Aborto que se dicta en la facultad de Medicina de la Universidad del Comahue fue tomado por la periodista y escritora Agustina Paz Frontera, que lo amasó y cocinó hasta transformarlo en Lila, una enfermera muy canchera que sirve de hilo conductor a todas las historias. Ella husmea en sus colegas y de ese intercambio asoman las conclusiones de aquel informe, traducidas a un lenguaje ameno.

El prólogo está a cargo de Ornella Infante, activista trans y militante del Evita que hoy se desempeña en el INADI y un epílogo de Gabriela Luchetti, la ginecóloga más linda de Neuquén.

La presentación del libro se frustró en 2020. El año en que comenzó la pandemia terminó siendo el del aborto legal. La pieza no es una reliquia histórica, muy por el contrario conserva vigencia porque nos permite pensar en el camino recorrido y en lo que falta. De hecho la tapa evoca la libretita en la que se llevaban los registros en el sistema de salud en épocas de clandestinidad.

Los carteles que había hasta 2020 en el hospital Heller de la ciudad de Neuquén. Foto Florencia Salto.

Charlé largo y tendido con Ruth Zurbriggen, pieza fundamental del libro, y con Agustina. Les comparto alguito de esos diálogos. Empezamos con Ruth:

-En "Lila" aparecen los médicos y médicas generalistas y el personal de enfermería como grandes facilitadores y garantes de los abortos legales hasta 2020, ¿qué pasa con los servicios de ginecología que en su mayoría son objetores?, pareciera que el mensaje es "te acompaño a parir, pero si decidís no tenerlo, no"
-Creo que hay que hacer un fuerte, fuerte trabajo en las facultades de Medicina, allí hay un lugar especial para adelantarnos, en las residencias de ginecología y obstetricia, allí también. Cómo hacemos para que no se conviertan en ginecólogos y ginecólogas de esas que decimos que maltratan, que violentan, que maltratan porque se apoderan de tu cuerpo sin necesidad de violentarte en términos claros, ¿no?

-Sin necesidad de insultarte

-Claro, que los maltratos son mucho más sutiles en términos de que se creen dueños de tu cuerpo. Se creen dueños, se meten en tu útero de una manera, bueno no sé qué goce les provoca todo eso a estas personas que consideran que pueden decidir sobre eso, sobre la materialidad de tu útero.
En las facultades de Medicina tenemos un trabajo muy fuerte, muy intenso, de revisión de la curricula, cómo se trata el tema del aborto, cómo se venía tratando y qué cambios hacen falta hacer ahora a partir de la ley que tenemos. Tanto se hizo en contra de lo que sí tenía el Código Penal que ahora tenemos que desandar todo eso y andar todo el camino de lo que trae este proceso.
En las residencias es clave que quienes estén a cargo de la formación de residentes no sean objetores. Más de la salud comunitaria hay que llevar a las cátedras de obstetricia y ginecología. ¿Por qué los ginecólogos tienen que estar en los barrios? No. Porque los ginecólogos y ginecólogas tienen que dejarse atravesar por otras concepciones acerca de la salud.

Ruth, en la madrugada del 30 de diciembre de 2020 cuando el Senado había aprobado la ley. Foto Florencia Salto.
-Lila dice "maduré a verde", ¿en dónde reside el cambio del personal de salud: en el contacto con pacientes que hayan vivido situaciones duras, dolorosas o en el impacto de las socorristas?
-A mí me parece que esos cambios se producen por un cúmulo de cosas. La situación de la salud dañada, de cuando llegan con un aborto clandestino, inseguro es un factor de cambio, pero si eso no se une al diálogo con quienes están buscando interpelar prácticas es muy difícil que provoque cambios. Vos podés atender de manera automática a la que viene con una hemorragia tremenda, porque se provocó un aborto con una práctica insegura, pero eso puede que no te provoque ninguna afectación. La atendés porque sos un técnico. El cambio es si te dispones a escuchar y a escucharnos.

A Agustina le pregunté cómo se le había ocurrido ficcionalizar un trabajo académico.

-Me aparece la idea de la ficción porque lo primero que charlamos con Ruth es que lo que ellas pretendían es que el informe que tenían en la mano, escrito en un lenguaje más cercano a la academia o más cercano a los informes institucionales, digamos, es que tuviera la finalidad de que sea leído, de que realmente circulara, no que quedara rebotando entre entendidas y entendidos que es lo que suele pasar con esos informes, que son muy valiosos pero no son consumidos por el pueblo, por decirlo de alguna manera.
Yo vengo de una escuela del periodismo que es también un poco como adaptar a géneros flexibles aquello que es información dura. Entonces le propongo eso a Ruth. Uno de esos personajes lo voy a recontra trabajar para que sea un personaje que va haciendo entrevistas, y va recogiendo los testimonios y entonces hubo que escenificar un montón de cosas de las cuales yo no tenía ni idea como habían sido los encuentros, las entrevistas puntuales, reponer territorios. Eso ahí ayudó que yo viví muchos años en Neuquén.

-¿Cuál te parece que ha sido el aporte de las socorristas a los feminismos en general, y de las socorristas al personal de salud? Siempre es un idea y vuelta, no es solo lo que las socorristas ofrecen sino que hay una comunidad de saberes ahí
-A los feminismos, el socorrismo aporta trabajo de campo, en el sentido de acción directa. Realmente hay un trabajo de acompañamiento, de cercanía con la persona que es perjudicada por el régimen patriarcal. En este caso una persona gestante que no puede tomar una decisión autónoma sobre su cuerpo. Y es un trabajo sostenido durante muchísimos años. A nuestro feminismo que estén las socorristas nos marca, nos pone una línea de piso. La base es: tenemos compañeras feministas que militan en los territorios efectivamente transformándoles la vida a esas personas que están atravesando una situación difícil. Me parece que es el piso para construir un feminismo popular, un feminismo en territorio, en situación y no por eso alejado de las estrategias políticas. Poner las manos en la masa, un buen referente.

-Un lindo faro

-Sí, te marca el horizonte. Si esto está, yo también puedo ir hacia eso. Feminista no es la que se queda tipeando en la casa, bueno por ahí nosotras las periodistas. Respecto a las articulaciones con el sistema de salud, o con les mediques, no es ni las socorristas solas, ni efectores de salud solos. A mí me parece eso interesante: un afuera y un adentro y cómo se ve esa retroalimentación. Es como mantener el saber circulando, como vos decías, una comunidad de saberes, con actores de diferentes extracciones.
 
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Lo que tenés que saber

Vamos con un bonus track aborto:

  1. Autobombo. Este fin de semana publicamos esta nota sobre cómo viene implementándose la ley 27.610 en Neuquén.
  2. +Miso. El ANMAT autorizó la producción y comercialización de misoprostol, el medicamento que se usa para las interrupciones en el primer trimestre de gestación, al laboratorio público LIF de Santa Fe. Esto implicará una reducción considerable de los costos que paga el Estado nacional actualmente, ya que se destinará únicamente al sistema público.

La cartita esta vez no estuvo cargada de memes, por eso les dejo este para la despedida. Es malísimo pero me hizo reír.

Hasta el martes que viene.

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