Copy
Hace unos meses mi psicóloga me habló de un libro.

En él, un niño está pasando por una mala época. Se siente flojo, desanimado. Piensa que todo le sale mal, que no vale para nada. Se va alejando de todo y de todos, hasta que un día rompe a llorar. 

Y entonces otro niño se acerca a él, y le pregunta qué le pasa. Cuando se lo cuenta, el otro niño le dice: "ah, claro, ése es el monstruo que todos tenemos en nuestras cabezas".

Un monstruo capullo, que se encarga de señalarnos todos nuestros defectos, que nos desanima, que nos hace ver siempre el vaso medio vacío.

Pues bien, hoy te quiero presentar a mi monstruo. 

Se llama Cenizo. 



No es "malo", en el sentido de dar miedo. Pero es... eso, un cenizo. Un patán.

Un tocapelotas.

Se repanchinga en su sofá, y me mira con suficiencia. Le encanta decirme cosas como "ya te lo dije", "pero tú a dónde vas", "para qué lo vas a intentar", "esto no es lo tuyo", "con lo que podrías haber sido", "mira a ése, ése sí que vale", "estás haciendo el ridículo", "quién te va a preferir a ti", "mejor quédate quieto", "¿no te da vergüenza?", "te ha salido bien por casualidad"...

Y otras lindezas parecidas.

Y habla tanto, y con una voz tan fuerte...

Afortunadamente no es el único monstruo que vive en mi cabeza. 

También hay otro, que tiene un discurso más activo, positivo, vitalista. Que se enfrenta al monstruo malo, le discute, y a veces incluso le hace callar.

El mío se llama Livingstone, como el famoso explorador.



Livignstone es curioso, activo. Le gusta analizar las situaciones con calma, y poner el foco en posibles soluciones. Lleva una mochila cargada de herramientas y aprendizajes, y unas botas preparadas para ponerse en marcha.

Se enfada mucho con Cenizo, porque no soporta su discurso lleno de "fake news". A veces me agarra a mí de las solapas y me dice "no le escuches, que siempre está con lo mismo. Tú hazme caso a mí".

Lo que pasa es que Cenizo tiene mucha presencia, lleva muchos años campando a sus anchas y su discurso termina muchas veces llevándome al huerto.

A Livingstone, que es más chiquitillo, le cuesta hacerse oír.

Pero estoy aprendiendo a prestarle cada vez más atención.

PD.- El libro en cuestión es "Mamá, hay un monstruo en mi cabeza" . Vale para niños... y para no tan niños.






 
  • ¿Quieres ver este mensaje en tu navegador? Puedes verlo aquí
  • ¿Quieres ver un listado de los correos más recientes que he enviado? Puedes verlo aquí
  • Tu apoyo, y el de resto de personas que me leen cada semana, me anima a seguir enviando la newsletter. Ahora puedes apoyarme de manera más explícita, desde solo 3€, a través de ko-fi.
Copyright © 2021 Raúl Hernández González, All rights reserved.


Want to change how you receive these emails?
You can update your preferences or unsubscribe from this list.

Email Marketing Powered by Mailchimp