"Hace 100.000 años empezamos a desarrollar nuestro lenguaje hablado para transmitirnos conocimiento de generación en generación. Hace 27.000 años empezamos a hacerlo pintando en cuevas. Hace 3.500 años empezamos a hacerlo escribiendo. Hace 28 años que se lanzó Powerpoint. ¿A qué crees que está mejor adaptado nuestro cerebro?"
Esta pregunta se la hace David JP Phillips en una interesante charla TED sobre storytelling.
David es un tipo interesante, con unas fantásticas habilidades de presentación. Llegué a él por casualidad en Youtube, y me fascinó.
En serio, fan inmediato.
Es divertido, expresivo, claro, con un montón de recursos en los que fijarse...
Apuesto a que David preferiría no usar Powerpoint en ningún caso... "El powerpoint no es la presentación. Tú eres, siempre lo has sido, y siempre lo serás, la presentación. Y el powerpoint puede ser, como mucho, una ayuda visual".
Pero si no nos queda más remedio (o no nos atrevemos a hacerlo de otra forma), también nos ofrece una serie de consejos para que, al menos, no sea un powerpoint mortal de esos que dejan lobotomizados a todos los que lo ven:
- Limítate a un mensaje por diapositiva: si pones más, la atención de la gente se dispersa.
- Imagen y texto corto para apoyar tu discurso: no pongas textos largos para leer.
- Haz que lo más importante sea lo más grande: nuestros cerebros se focalizan y dan más importancia automáticamente en lo que tenga mayor tamaño.
- Utiliza el contraste para dirigir el foco a distintos elementos de la diapositiva.
- Utiliza un fondo oscuro en vez de un fondo claro para reducir el esfuerzo visual de los asistentes
- Limita el número de elementos de la diapositiva a seis: más obligan al cerebro a un esfuerzo extra.
Todos hemos sufrido la experiencia de una presentación de powerpoint insoportable.
Vamos a intentar no hacer sufrir a los demás.
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