¡Hola!

¿Cómo estás? La situación creada en el ámbito de la salud, y la medida de fuerza que iniciaron los autoconvocados se llevan la atención estos días.
La protesta cosecha apoyo de parte de la comunidad, y provoca el enojo de los choferes de camiones que se mantienen a la espera de poder avanzar. Sin embargo, las consecuencias se hacen sentir en el desabastecimiento de combustibles y de productos alimenticios como los lácteos y las carnes.
En plena pandemia, esta semana hubo un parate en el ritmo que traía el esquema de vacunación contra el coronavirus. Habrá que esperar a ver cómo se dirime el conflicto. Ahora si, repasemos lo importante.

Lo que necesitas saber:

Trabajadores de la salud autoconvocados permanecen en la ruta 22, al ingreso a Plaza Huincul. Hay desabastecimiento de combustibles y comienzan a escasear alimentos.
En Cutral Co ya comenzó a funcionar la fábrica de vidrios. Produce artículos vinculados a la iluminación.
El sindicato petrolero lanzó un paro total y rápidamente llegó la conciliación obligatoria. Ahora, se deberá esperar hasta el jueves 22.

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ANÁLISIS

El mismo escenario, diferentes actores

El corte de la ruta 22 que los autoconvocados de salud mantienen por una recomposición salarial tiene el mismo escenario que, hace 24 años tuvo a un grupo de docentes del gremio ATEN, acompañados por jóvenes y estudiantes.
En aquel momento, hubo orden de desalojo de la vía nacional y las tropas federales llegaron para habilitar la circulación. Las maestras y maestros se retiraron y los jóvenes intentaron hacerle frente a los uniformados, aunque no es difícil imaginarse quien ganó -si de ganar o perder se trataba- en la diferencia de fuerzas que terminó con los muchachos corriendo hacia la ciudad, y Gendarmería Nacional, con los gases lacrimógenos por detrás.
En esa carrera, los manifestantes se apostaron en inmediaciones de la ruta 17, en el puente sobre el zanjón y ahí el enfrentamiento se dio con la policía provincial. Muchos vecinos, asombrados y sin entender demasiado qué ocurría observaban cómo volaban palos, piedras, y disparos ese sábado por la mañana.
Una de ellas era Teresa Rodríguez, que parada al costado de la ruta 17 se quedó observando los disturbios. Fue cuando la alcanzó una bala policial, a la altura del cuello que le costó la vida. El proyectil era un calibre 9 milímetros y vino desde las filas policiales. Su muerte desató el enojo de la población que se levantó en otra pueblada, la segunda en menos de un año. Era un 12 de abril de 1997.
Este año casi no hubo recuerdo de la figura de Teresa, a excepción de los posteos en redes sociales, de parte, por ejemplo, del gremio ATEN y de su familia.
En estos días, aunque los actores son diferentes, y se trata de quienes enfrentaron a la pandemia en primera línea, la imagen de las cubiertas encendidas en la ruta, la torre de YPF desdibujada por el humo vuelve a repetirse.
Lo mismo que las largas filas de camiones, a ambos lados, y la escasez que ya se palpa en el combustible y alimentos. En este panorama se empiezan a tensar los ánimos. El deseo es que se encuentre cuanto antes una rápida, pronta y pacífica solución para este sector de trabajadores y trabajadoras esenciales. Y no es solo por quienes reclaman mejores condiciones salariales sino para todos.

Por ANDREA VAZQUEZ