Por: Laura Loncopan Berti

¡Hola!

Estoy contenta porque se estrenó la segunda temporada de la serie de Luis Miguel, que para mí es algo así como la tabla sobre la que se sube Rose cuando se hunde el Titanic. O lo que también se conoce como una buena falopita.

¿Qué necesario es un subidón que nos conecte a la vida, no? Para muches fue el recital de Los Fundamentalistas en Epecuén. Para otres será ver sonreír a alguien que quieren, recibir el turno de la vacuna, hacer la masa casera para los tacos y que quede fabulosa.

Basta de cháchara y comencemos.

La semana pasada en Neuquén un jurado popular declaró responsable a Rodolfo Fabián Lucini del femicidio de María Marta Toledo. La decisión fue unánime. Aquí podrán encontrar la crónica de cada día, además de la última con el veredicto.

Creo que es un caso bisagra porque no se trataba de un femicidio íntimo, en el que el agresor es la pareja o expareja de la víctima, y en el que suele existir (no siempre, ni es condición) un historial de agresiones que fueron denunciadas.

Requirió un esfuerzo de parte de la fiscalía mostrar que había un contexto de violencia de género en ese crimen. No porque no hubiese evidencia, sino porque había que explicarles a esas doce personas cuáles eran los estereotipos subyacentes en esa relación.

Eso me llevó a pensar en que cuando se plantea la necesidad de una reforma judicial transfeminista, cuyo contenido es materia de discusión y construcción, pensamos en operadores judiciales: desde empleados hasta defensoras y se nos pasa por alto que en el sistema penal de nuestra provincia los delitos más graves los juzga la ciudadanía.

Malas noticias: no alcanza con capacitar en perspectiva de género al poder Judicial, hay que crear una sociedad más justa, consciente y no indiferente a las desigualdades.

Buenas noticias: las doce personas que juzgaron en este caso pudieron advertirlo, y eso tiene que ver, por un lado con la calidad de la prueba colectada en la investigación penal, y por otro con la potencia y masificación de los feminismos en Argentina cuya praxis político-teórica permea nuestra cotidianeidad.

Eso no significa que se cayó el patriarcado, sino que hay un camino trazado.

A propósito de esta idea charlé con la jueza de Garantías de Zapala, Carolina González, que se hizo nacionalmente conocida por el fallo en que destacó cómo una canción de Canticuénticos ayudó a una niña a develar un abuso sexual.

-¿Te parece importante pensar en la ciudadanía como juzgadores a la hora de analizar el contenido de una reforma judicial transfeminista?
-Es importantísimo porque nosotros tenemos que mirar hacia el futuro y pensar que todos los juicios criminales, cumpliendo el mandato de la Constitución, han de ser juicios por jurados. Si pretendemos de los jueces perspectiva de género, también de los ciudadanos en los que depositamos la administración de justicia en una parte tan importante como es la declaración de la responsabilidad. Claro que las personas están más abiertas a la consideración de la perspectiva de género en cosas que son más notorias.

-¿Y qué debería contener una reforma para vos?
-Hay estereotipos de género que están enquistados en el sistema penal. Identificar estereotipos estigmatizantes y afinar la mirada en cómo tradicionalmente leemos todos los institutos, tanto del derecho penal de fondo, del Código Penal, como del procesal. Y abrir espacios de crítica para replantearnos, porque si yo vuelvo la mirada atrás, mi crítica como jueza eh, yo hay cosas que hoy identifico que estoy segura que en el 2015 no las identificaba. Sobre todo en lo que tiene que ver con la comprensión a la víctima y a su autonomía. Es una gran falla en la que los impulsores de las acciones penales no pueden respetar esa voluntad de la víctima, dejar de tratarla patriarcalmente o maternizarla, decidir por ella.
En lo que respecta a la legítima defensa, por ejemplo, el Código habla de la agresión inminente, actual, brutal está pensada para otro contexto. Está pensado por hombres desde un ataque de un hombre hacia otro hombre, pero no está pensado de un hombre hacia una mujer en estado de vulnerabilidad. Entonces vos tenés que reinterpretar la legítima defensa y decir: "Bueno un ataque continuo no quiere decir que justo te está apuntando en ese momento con el cuchillo". Cuando hay una agresión durante años el ataque continuo está siempre, está latente, no se interrumpe. Por lo cual la mujer se defiende en el momento en que puede defenderse.

-Cuándo a vos te tocó imponer la pena en el caso de "Hay secretos" cuestionaste el concepto de "pena ejemplar" que muchas veces aparece como consigna de abogados y hasta es usado por feministas. Esa etapa no se delega en ningún jurado y es tarea de jueces y juezas ¿por qué crees que es una idea problemática para invocar?
-Sí, no nos sirve. Lo que tenemos que pensar es que no podemos pedir cosas irracionales que no nos van a dar ningún resultado. La "pena ejemplar" no es una pena. Legalmente no corresponde una "pena ejemplar" porque vos no podés usar a un hombre o a una mujer para que caiga sobre esa persona la responsabilidad de los delitos que hay que prevenir, los futuros, los pasados. Vos lo hacés responsable de su hecho concreto, no lo podés utilizar para que le sirva a los demás de ejemplo. Ese fin preventivo de la pena ya ha sido criticado durante años: la pena como acto de terror. No sirve, está completamente acreditado que el sistema punitivo cuando trabaja así no evita la reincidencia y no nos devuelve mejores ciudadanos.

Este listado lo vamos a llamar "vi, probé y me gustaron mucho":

1. Le echó perlas a los cerdos. "Las tres muertes de Marisela Escobedo" es un documental situado en Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Dos femicidios impunes, corrupción y crimen organizado. No quiero adelantarles más de la trama, sólo les dejó el tráiler aquí. La encuentran en Netflix. En esta nota de The Washington Post el equipo que trabajó en su confección, especialmente la periodista y jefa de investigación, Karla Casillas, relata cómo estas historias se te pegan en la piel, y lo poco que se conversa en las redacciones sobre los impactos emocionales que conllevan este tipo de coberturas. También el director cuenta que datos descartó, a raíz del enfoque elegido, y porque quienes trabajamos en medios deberíamos pensar más en el derecho al anonimato.
2. Desintoxicación digital. ¿No les pasó en este año de pandemia que aumentaron la exposición a pantallas, ya sea por el trabajo que desarrollan, por el estudio (propio o de hijes) o simplemente por ocio? Esa dependencia genera un estrés que no se quita fácil (sin mencionar las personas que mandan mensajes cualquier día a cualquier hora y esperan que una responda de manera inmediata). Sobre eso trata esta nota.
3. Es por acá. Gracias a una recomendación del newsletter "Ta News" llegué a esta cuenta de Instagram que reseña documentales. Por si no sabés que ver es un buen catálogo. Ahí encontré el de Marisela.
4. La poeta lesbiana de Cutral Co. A veces pierdo tiempo en You Tube. Otras lo gano como cuando me topé con esta entrevista a Macky Corbalán.