¡Hola, comunidad LexLatin!

Les escribe Rosa Emilia Ramos. En este jueves de Propiedad Intelectual revisamos cuáles normativas pudieran proteger a los diseñadores de moda contra el plagio de sus creaciones.

En la edición de hoy también encontrarán:

• Cuáles son los países más innovadores según la Ompi.
• Cuál es el último avance en la disputa entre Islandia y una cadena de supermercados.
• Quién es el líder de la nueva práctica de activos intangibles de Chirgwin y otros movimientos en firmas.
• El decálogo con las consultas más comunes al momento de registrar una marca en México.
• Qué ha pasado con Cadbury y su solicitud del púrpura como marca.
• Cuál empresa tuvo que desmentir que había comprado los derechos de imagen de Bruce Willis, cuál empresa lanzó una campaña de perfumes en el metaverso, qué le dijo el sitio satírico The Onion a la Corte Suprema de Estados Unidos y de qué acusa Ben & Jerry's a Unilever.

En la moda ha habido un fenómeno recurrente y medianamente aceptado dentro de la industria llamado “la paradoja de la piratería”, en la que conciben el plagio como beneficioso, pues estimula las ventas y aumenta la fama de la marca original, por lo que cada copia debe verse más como un homenaje que alienta la innovación que como piratería, pero quienes se han visto afectados por este no concuerdan y se descubren muchas veces indefensos ante los “homenajes” que grandes marcas o empresas les hacen.

Los más afectados suelen ser los pequeños empresarios que ven sus diseños copiados al calco en las plataformas de venta de grandes marcas del fast fashion como Shein o Etsy. Una de las principales transgresiones es, como han denunciado sitios como Diet Prada, navegar los perfiles en redes de diseñadores independientes y copiar sus creaciones; otra modalidad: ver los desfiles de haute couture y copiar para el low cost fashion lo más vendible entre el público que no puede darse el lujo de comprar una marca cara.

Quien considere que fue despojado de su derecho de autor sobre una prenda determinada tiene el derecho de reclamar reconocimiento y parte de las ganancias que haya obtenido el plagiador con su diseño. Sin embargo, el mundo moderno, vivido en gran parte en plataformas virtuales y ahora el metaverso, comporta nuevos desafíos para los creadores a la vez que ofrece nuevas ventajas a grandes empresas o nombres así como a los piratas, tan ubicuos como peligrosos para cualquier industria y que también suman a la gran problemática de la “imitación” en la moda.

Para proteger los diseños propios, especialmente de las falsificaciones, hay una serie de medidas preventivas. Daniela Favaretto, socia especialista en contratos y derecho de la moda de la firma brasileña Chiarottino e Nicoletti Advogados, explica algunos de los que se aplican en su país.
 

Autora: Rosa E. Ramos Cabello

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Este septiembre volvieron al ruedo judicial Islandia, el país, e Islandia, la cadena de comida británica (Iceland Foods), que disputan el uso de este nombre como marca registrada. La controversia se dirimirá en el tribunal de la Gran Junta de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO).

Iceland Foods reinició la contienda al apelar una decisión de 2019 que los desfavorece al invalidar la exclusividad del registro de marca en la Unión Europea de Iceland Foods.

El origen de la desavenencia está en 2002, cuando Iceland Foods (en ese momento propiedad de un grupo minorista islandés) solicitó a la UE registrar el nombre nacional como marca, misma que fue concedida en 2014, a pesar de las aprensiones del gobierno islandés, que trató de impedir el registro mediante un acuerdo extrajudicial bajo el argumento de que concederle el registro a la empresa británica impediría que las compañías islandesas describan sus productos como islandeses o usen la frase “Inspirado en Islandia”.

De no poder evitar que la cadena de alimentos registre su nombre, Islandia verá afectada su marca país mientras las empresas locales recibirán un duro golpe ante la imposibilidad de usar la palabra Islandia en sus marcas registradas.

Lexology informó que “las decisiones han sido apeladas y remitidas a la Gran Sala de la EUIPO debido a la importancia del caso y las circunstancias especiales. (...) Estos desarrollos son particularmente poco comunes ya que muy pocos casos llegan a una audiencia oral en la EUIPO, o se remiten a la Gran Sala de la EUIPO. La audiencia ha brindado a las partes una oportunidad única para discutir los argumentos de hecho y de derecho en el asunto, así como para interrogar a los testigos de cada uno”.

No se espera que haya sentencia firme hasta 2023.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi) publicó el Índice de Innovación Global 2022 que determinó que Suiza ocupa el primer lugar en innovación global, ergo es la economía más innovadora del mundo. A Suiza la acompañan en los primeros lugares, Estados Unidos, Suecia, Reino Unido y la República de Corea, en orden.

El informe asegura que estas economías impulsaron la innovación mediante la investigación y el desarrollo (I+D) y otras inversiones, incluida la inversión de capital de riesgo, a pesar del aletargamiento causado por la pandemia de Covid-19. Sin embargo, el I+D se estancó entre 2021 y 2022, aunque Ompi espera que las invenciones del mundo digital y la ciencia profunda le den un nuevo aire a la innovación en estas y las demás naciones que ocupan la lista de 20 puestos del índice.

“La innovación se encuentra en una encrucijada a medida que salimos de la pandemia. Si bien las inversiones en innovación aumentaron en 2020 y 2021, las perspectivas para 2022 se ven empañadas no solo por las incertidumbres globales, sino también por el bajo rendimiento continuo en la productividad impulsada por la innovación”, plantea Ompi. “Es por eso que debemos prestar más atención no solo a invertir en innovación, sino también a cómo se traduce en impacto económico y social. La calidad y el valor serán tan críticos para el éxito como la cantidad y la escala”.

Algunas cifras del Índice de Innovación Global 2022: En 2021 se aumentó el gasto en I+D en 10 %, equivalente a USD900 mil millones, este gasto fue apalancado por las industrias del hardware de TIC y equipo eléctrico, servicios de software y TIC, productos farmacéuticos y biotecnología, y construcción y metales industriales. El capital de riesgo creció 46 % en 2021, con especial énfasis en América Latina y el Caribe y África, aunque se predice que “el endurecimiento de las políticas monetarias y el efecto sobre el capital de riesgo conducirá a una desaceleración en inversiones de capital de riesgo”.

El ranking lo completan (del sexto al décimo lugar) Países Bajos, Finlandia, Singapur, Dinamarca y Alemania.