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1.149.522 cortometrajes 


O eso es lo que IMDB, la gran base de datos online de cine, es el número de cortometrajes que tienes catalogados hasta la fecha, y todo ello clasificado por género, duración, fecha, y hasta popularidad, siendo el más “corto”, “Traffic Crossing Leeds Bridge de 1888 y con una duración de tan solo tres segundos. Aunque hay una pequeña pega: cuando nos ponemos a investigar en esta inmensa lista, nos damos cuenta de que por “Short” (corto), IMDB entiende también como episodios de televisión (113.407) o por Videoclips musicales (6.814) entre otros. Cortos, lo que se dice cortos (contenido en película o vídeo con una duración menor de 45 minutos) dice que hay 892.950, que no está nada mal.

Cuando nos ponemos a investigar esta amplia lista de cortometrajes y los ordenamos por fecha, nos damos cuenta una gran cantidad de ellos, son las primeras obras que se realizaron en la historia del cine: las primeras películas fueron en realidad cortos

“Como todo invento complejo, el cine surgió como fruto maduro tras una acumulación de hallazgos y experiencias diversas, en cuya base hay que colocar el invento de la fotografía”. Roman Gubern: Historia del cine. 

La primera proyección cinematográfica de la historia fue una sesión de cortos.
Desde la primera proyección cinematográfica pública que hicieron los Hermanos Lumiere el 28 de diciembre de 1895 en el Salon indien du Grand Café de París, las obras visuales en movimiento que se proyectaron duraban segundos y se hacía en grupo, como si de una sesión de cortos se tratara. Es cierto que no eran más que grabaciones de lo más sencillas, como la salida de los trabajadores de una fábrica, y no tenían ninguna trama ya que desde el primer momento el cine se gestionó por un rígido sistema de intereses industriales y comerciales, y las películas, se tratan como una mercancía que generaba ingresos a productores, distribuidores y exhibidores, y se exhiben como una atracción de feria más, al lado otras como las del faquir tragasables o la mujer barbuda, ofreciéndose como una experiencia mágica donde ver fotografía en movimiento de simples situaciones cotidianas. 

Una apuesta o una startup que lleva a crear “la máquina que imprime la vida”. 
Como todo proyecto extraordinario, los comienzos del cine surgen en San Francisco, muy cerca de lo que casi un siglo después será la zona cero del emprendimiento: Silicon Valley. En 1974, Leland Stanford, el millonario fundador de la universidad con el mismo nombre, se apostó, 25.000 dólares de la época en conseguir demostrar de forma visual que un caballo al galope, puede permanecer con un solo casco apoyado en el suelo. Para conseguir ganar esta apuesta, contrató al mejor fotógrafo de la época, Eadweard Muybridge, el cual llevaba años experimentando técnicas cronofotográficas con el fin de conseguir fotografiar el movimiento. Tras cuatro años y 40.000 dólares invertidos, Eadwear consiguió demostrar que era cierta la afirmación.

Después de años de investigación por parte de muchos pioneros. Llegamos a 1895, a la ciudad francesa de Lyon, donde los hermanos Lumiere (Antonie y Clément), deciden hacer una presentación pública de una máquina que “imprime la vida”. Aparte de generar una grandísima expectación que dura hasta nuestros días, hay un dato curioso que fomenta que no solo sea un invento de lo más curioso y singular, sino que será la herramienta más importante para difundir arte, espectáculo, ideologías, mitos y conocimiento, además de atrapar hechos históricos de la época en la que nace y es que entre las piezas que se proyectan, una llama especialmente la atención, se trata de la llegada de un tren a una estación en un sencillo plano general, pero según testigos de este evento, los asistentes quedaron “boquiabiertos, estupefactos y sorprendidos más allá de lo que puede expresarse”. Ya no hay vuelta atrás, el cine será a partir de entonces una forma casi fantasmagórica de proyectar la vida. 

Un Mago: El primer cortometrajista.
Los casi 400 “cortometrajes” que realizaron a lo largo de su andadura profesional los Hermanos Lumiere no eran más que inocentes testimonios de la realidad, aunque por otra parte grandes documentos de valor histórico. No había hasta entonces ninguna relación entre la calidad y la rentabilidad, se seguía viendo a las películas como mera mercancía y el público buscaba solo una nueva sensación, golpeándose en las salas de proyecciones improvisadas que en la mayoría de los casos eran parte de las atracciones de ferias ambulantes. 

Fue Georges Méliès, apodado “el Mago de Maonteruil”, y director del teatro Robert Houdin de París, quien quiso explotar la proyección cinematográfica más allá de la curiosidad científica que proponían los hermanos Lumiere. Al principio por puro azar, Méliès, realizó las primeras obras en las que “ocurrían cosas extraordinarias”, como en el cortometraje Fausto y Margarita (Faust et Marguerite, 1897) donde combina la desaparición con la sustitución y vemos como una dama se transforma, por arte de magia, en diablo.

A partir de la gran acogida del público, Méliès realizó en poco más de 16 años unos 500 “cortos” que raramente sobrepasan los 15 minutos y entre los que se encuentra “Viaje a la luna” cuya imagen clásica de la luna con forma de cara humana que recibe un proyectil desde la tierra, forma parte de cualquier libro de historia. Casi 100 años después, Martin Scorsese ganaría su primer y único oscar hasta la fecha dirigiendo “La invención de Hugo” basada en la novela del mismo título, en la que el autor crea una ficción alrededor de la figura de Méliés con escenas muy fieles a lo que debieron ser los rodajes de sus obras. 

Podemos decir entonces que los grandes pioneros de la época como Lumiere, Zecca, Porter, Feuillade y hasta Alice Guy, considerada la primera directora de la historia del cine, realizaron todo obras de menos de 10 minutos y por tanto cortometrajes. El primer largometraje del que se tiene constancia es el titulado “Lubin's Passion Play”, una representación de la Pasión de Cristo producida por la Lubin Manufacturing Company y estrenada en enero de 1903, cuya duración llegó a los sesenta minutos divididas en treinta y una partes. 

¿Crees que podemos afirmar con estos datos que las obras cinematográficas que se realizaron en la historia, ya sea para experimentar, probar, inventar o vender como mera mercancía de feria, fueron cortometrajes?¿Las películas al principio fueron cortos?

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