Aprenderás a reconocer lo que es tóxico y aprender a rechazar lo que no viene de Dios.
Lo tóxico en nuestras vidas envenena el alma e impide alcanzar nuestro potencial, seamos pues valientes y esforcémonos en alcanzar la suprema meta que está prometida para aquellos que son lo suficientemente humildes para poder verse de una manera objetiva y promulgar un cambio genuino en sus vidas.
|